trece

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Capitulo 13

*Alice Roberts*

El frio aire del exterior volvía a golpearme la piel, pero esta vez solo el rostro.

Después de cerrarle la herida a Héctor necesitaba aire fresco, un escape, algo, pero Arlet seguía diciendo que fuera no había seguridad. Por mucho que le preguntaba la razón, ella no soltaba prenda, así que agotada de discutir habia abierto una de las ventanas de la sala de estar.

Mis cuidados hacia mi amigo no habían sido perfectos, ni mucho menos profesionales, pero servirían para que se recuperara.

¿En que estará metido el dulce y simpático Hector Grace?

Aquella pregunta llevaba rondandome por la mente desde que lo había encontrado herido en su sofá hacia cuatro horas.

Negué con la cabeza ante mis pensamientos, mientras el viento provocaba que algunos mechones de mi melena se interpusieran en mi campo d visión.

Un quejido llamó mi atención en el interior.
Me giré y observé a Hector. Estaba frunciendo el ceño con desagrado, aun con los ojos cerrados, y de sus labios entreabiertos salían algunos quejidos de dolor.

Caminé hacia el, y me senté en el suelo.

- ¿Como te encuentras?- pregunté en tono dulce.

Hector abrió los ojos con lentitud, y después de parpadear un par de veces habló.

-¿Alice? ¿Que haces a- su frase fue interrumpida por un gruñido de dolor al intentar levantarse.

- No te muevas, necesitas reposo.- insté.- Es una larga historia, pero dime ¿Te acuerdas de que te ocurrio?

Hector se miró el torso desnudo, con una gasa nueva y limpia rodeandolo y frunció el ceño de nuevo.

Arlet entró en escena, observandonos desde el marco de la puerta. Seguía vistiendo solo la camiseta del chico.

- Te encontré tirado en la puerta trasera del club- le dijo ella.- No sé en que mierdas andarás metido, pero no volveré a ayudarte Héctor. No quiero problemas.

Yo la miré extrañada, aquello no lo sabía.

- No estoy metido en nada, Arlet.- gruñó el.- Además, no pedí tu ayuda.

Ella bufó incrédula. - ¿Preferías que te hubiera dejado allí desangrandote? Genial, lo tendré en cuenta la próxima vez.

- Arlet y yo hemos curado tus heridas, no creo que tengas ningún problema con ellas.- dije, uniéndome a la conversación.

-¿Por que la llamaste? - preguntó a la rubia, con enfado.- ¿Tienes idea de lo que significa eso?

Arlet caminó hacia el, hablándole desde las alturas al chico que seguía tumbado.

-No habia otra cosa que pudiera hacer, Héctor. No podia llevarte al hospital y yo no sabia como curarte.- la rubia le gritaba, histérica y enfadada- Por una vez en tu puta vida podrías agradecerme algo.

El silencio se hizo en la habitación, formándose tal tensión que resultaba ser incomodo hasta respirar.

- ¿Fueron ellos, verdad?- le preguntó ella sin siquiera mirarlo.

Un suspiro salió de la boca del chico.

- ¿Cuanto esta vez?- volvió a preguntar.

Héctor me miró de reojo y luego volvió a mirarla a ella.

- ¿Podemos hablar en otro momento?

-¿Cuanto?- gritó ella.

- ¡Da igual cuanto!- gruñó el, olvidándose completamente de que yo seguía ahí, escuchando todo.- No pienso volver a pagarles ni un puñetero euro más.

Cansada de no comprender de que hablaban, volví a interactuar.

- ¿Alguien puede explicarme que ocurre?

Arlet y Héctor me miraron a la vez, ambos callados como tumbas, para luego mirarse a ellos dos.

-Será mejor que te vayas, Roberts.- me invitó Arlet.

-¿Que? No, quiero ayudar.- pedí.

- Arlet tiene razón, Alice.- continuó Héctor. - Muchas gracias por tu ayuda, de verdad.

Ofendida por su rechazo y exclusión me puse en pié.

-Bien, me voy.- hablé con orgullo.

Cogí mi móvil y mi abrigo y salí de allí, totalmente enfadada y confusa por la situación.

Una micromilesima parte de mí esperaba que alguno de ellos me parara y me contara todo lo que estaba sucediendo, pero eso no pasó. Así que simplemente me subí al coche de Christian y lo arranqué.

El camino a casa se me hizo eterno. No sabia que hora sería, pero estaba empezando a amanecer.

Miles de preguntas se apoderaba de mi cabeza.

¿En que estarua metido Hector?

¿Le debía dinero a alguien? ¿Porque?

¿Por que no podia ir al hospital?

¿Seria algo de drogas?

Empezó a dolerme la cabeza, estaba exhausta tanto física como mentalmente.
Necesitaba con urgencia mi cama y no levantarme de ella durante tres días enteros.

Al llegar, dejé el coche en su lugar y entre a casa. Todo estaba en silencio, algunos chicos dormidos en el sofá, mientras que otros dormían en el suelo.

No habia rastro de Odette ni de Patch por ninguna parte, pero tampoco me apetecía hablar con ella. No sabía si debía contarle lo que había ocurrido, no sabia que mierda hacer con mi vida en ese momento.

Atravesé el salón y el pasillo y, una vez dentro de mi cuarto, me dejé caer como peso muerto sobre mi cama.

Quien sabe, igual todo había sido una estúpida pesadilla.

O eso esperaba.

*******

Capitulo cortito pero interesante, ¿no creéis?

Bueno mis campanitas, aquí termina la narración de Alice, por el momento.
En el siguiente capítulo sabremos que ocurrio y ocurre con Patch y Odette, ¿Donde estarán estos dos? Jijiji

Bueno, me gustaría que dejarais AQUI vuestras opiniones sobre Héctor y vuestras propias conspiraciones sobre lo que le ocurre jajaja

Y AQUI que pensais sobre Arlet.

(Me encanta saber que opinais sobre cada personaje juju)

No tengo nada más que añadir. OS DESEO UNA FELIZ CUARENTENA Y UNA SALUD A PRUEBA DE MOSQUITOS

Corto y cierro









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