- capítulo seis

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Habían pasado algunas semanas desde que el "incidente" (como solía llamarle Isabel) en el tren había sucedido.

Las cosas con Gilbert no habían vuelto completamente a la normalidad, sin embargo, ambos trataban de comportarse lo más tranquilo y controlado posible cuando estaban juntos. Y es que ambos pensaban que no eran correspondidos, lo que añadía un deje de amargura a su relación de amistad.

La primavera se comenzaba a hacer presente, y con ella, una sorpresa que dejaría a Isabel afectada.

Isabel

El edredón se sentía suave y cálido, cubrí un poco más mis brazos y solté un suspiro de tranquilidad, podría dormir todo el día.

Pero rápidamente salí de la burbuja, gracias a las sacudidas en mis hombros y los chillidos de Josie.

—¡... Josie! ¿Es que acaso tu no duermes? —Saqué sus manos de mis hombros y la empujé ligeramente hacia afuera de mi cama. Di la vuelta, dándole la espalda.

—¡Isabel, no te atrevas a dormirte de nuevo! —Volvió sus manos a mis hombros y me volteó otra vez. Solté un gruñido.

—Vamos...¿Qué es tan importante? Sabes que detesto cuando vienes y me despie— No alcancé siquiera a terminar, cuando la impaciencia de Josie la hizo soltar rápidamente sus palabras frente a mi.

—Benedict está aquí.

¿Benedict está aquí?... ¿Benedict? ¿Cuál Benedict?... ¡Oh, diablos!

La pereza abandonó rápidamente mi sistema cuando me senté en la cama y abría los ojos sorprendida.

Tiene que ser una broma

—¿Qué? ¿Cómo? ¿Porqué? — Las palabras salieron rápidamente, mientras miraba a Josie confundida.

—Yo, en verdad no lo sé, pero, por dios, no me vas a creer. ¡Es guapísimo! Casi me desmayo al verlo. No sé cómo pudo cambiar tanto en un año, pero... Dios— Ella respondió fascinada, con los ojos brillosos. —Mamá me mandó a despertarte y para que te pongas bonita, al parecer quiere dar un paseo contigo...

_¡Tiene que ser una broma! Oh, creo que mi peor pesadilla se ha hecho realidad. —Me levanté de la cama apretando los puños, casi clavando mis uñas en las palmas de mis manos. —¡Mamá sabe que él no me agrada! Es un descortés, mimado y arrogante niño.

—¡Era! Era, Isabel. Ahora es distinto, créeme, te caerás de espalda cuando bajes a verlo.

—Estás loca si crees que bajaré, Josie. Claro que no, ¿quién se cree, eh? -

• ✾ •

Por supuesto que bajé.

Bueno, obligada, vestida y molesta.
Josie había arreglado mi cabello y elegido un vestido, zapatos y mallas.

¿Porqué derrepente era tan, grandisimamente importante como luciera?

Oh, claro, Benedict Burguess era la respuesta.
Su madre era una gran amiga de la mía, ella y su familia, (su esposo Charles y su hijo) siempre pasaban vacaciones y cualquier evento importante en mi casa o nosotros en la suya.

Katherine Burguess era una mujer dulce y amable, muy buena cocinera, pero algo entrometida. De su esposo, nunca supe mucho, él no siempre venía con ellos, excusándose de que tenía mucho trabajo y cosas más importantes que hacer.

Luego estaba Benedict, Bennie como suele llamarlo la señora Burguess, era un niño regordete y mimado, demasiado gruñón como para participar en nuestros juegos y travesuras, porque él todas las veces hacía de soplón.
Mamá siempre se empeñó en que Ben y yo fuéramos más cercanos, que él ocupara el puesto de Gilbert. Claro, venía de una familia acomodada y podría ser un matrimonio a largo plazo.
Pero yo nunca le presté atención.

 isabel pye | ᵃⁿⁿᵉ ʷⁱᵗʰ ᵃⁿ ᵉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora