Aqua (5)

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Una chica sin nombre vagaba por las calles buscando a esa chica rubia, aquella a la que había odiado desde aquel instante en el que la vió por primera vez en medio de ese incendio que llegó a matarla y hacerle revivir. La odiaba aún más desde que apareció en los periódicos y en todos lados veía su rostro.

Lana caminaba por ese mismo lugar. El verano había terminado, y debía volver a sus estudios; aprender a manejar un poco su vida aún con los poderes.

Los ojos azules de la chica sin nombre llegaron a observarla desde un estrecho callejón, pero la muchacha de los poderes de fuego ni se percató de ello. Continuó su marcha hacia el colegio.

De pronto, algo parecido a una ola atacó a Lana con tal fuerza que cayó de cara hacia la acera, quedando desorientada y quitándole las fuerzas para poderse levantar.

Como si fuera poco el estar tirada en el suelo sin poder ponerse de pie, de pronto le faltaba el aire porque le apretaban el cuello. Cerró los ojos y gimió de dolor.

La levantaron de la banqueta con una fuerza brutal y le estamparon la cabeza contra una pared. Abrió los ojos para contemplar a la persona que le atacaba; una chica de su edad, pelinegra, con la piel pálida y los ojos del mismo azul del cielo.

La chica sin nombre volvió más fuerte su agarre, y Lana gritó como nunca había hecho mientras sentía cómo el aire se iba de sus pulmones. Pataleó intentando hacerle daño a su atacante.

—¡Ayuda!

—¡Te odio, te odio! ¡No intentes volver a hacer tus buenas obras, no sirven de nada!

La rubia volvió a gritar, y la chica de los ojos de cielo soltó su agarre. No dejó que Lana reaccionara antes de poner uno de sus dedos en medio de su pecho y amenazarle:

—Estás advertida.

La rubia recuperó el aire e hizo la primera pregunta que se le vino a la mente, todavía:

—¿Quién eres?

Su contrincante dudó. Ella nunca había tenido un nombre de civil, mucho menos tenía un apodo con el cual encubrir sus malos actos. Balbuceó un buen rato hasta que una idea le cayó del cielo.

—Eh… Aqua.

Flama: Una heroína en llamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora