68. El final - Ultima parte

722 62 17
                                    

- Te vamos a ingresar, ¿vale? - Asiento de nuevo. La habitación empieza a moverse un poco. Por suerte casi estamos en la cama. Lo último que veo es a Jayden y a Manna venir corriendo.



Abro los ojos poco a poco. La cabeza me da un poco de vueltas aún. Noto un cable. Me fijo en que ya tengo la vía puesta y el suero conectado. El suero tiene algo escrito, pero no le prestó atención. Me encuentro con los ojos de Manna, que me mira fijamente.

- No hables. - Me dice. - Lo ha dicho el medico así que haz caso.

Me acaricia la cabeza suavemente.

- Me has asustado... - Dice. - Te has desmayado nada más salir del baño. La enfermera ha dicho que ha sido una bajada de presión. - Me da un beso en la frente. - Voy a avisar al médico, ¿vale? Ha dicho que le avisemos cuando despertaras.

Yo asiento con la cabeza y veo como se aleja. Me siento bastante débil. Es como si toda la vida hubiera estado aguantando, esforzándome por ser fuerte y ahora pudiera admitir que no soy tan fuerte. Soy humana, al fin y al cabo. Pero no me siento mal del todo... Es como, si por fin pudiera aceptar algo que llevo negándome mucho tiempo. ¿Que será este sentimiento?

- Muy bien, vamos a escuchar esos pulmones. - Dice el médico. Ahora puedo fijarme más en él. Es un hombre muy moreno, con una gran nariz aguileña y ojos oscuros. Tiene una mirada gentil pero una voz imperativa. Me incorporo cuando se acerca. La enfermera corre la cortina. Como en cualquier examen con el médico, me bajo la bata por los hombros hasta la cintura para que pueda escuchar los pulmones.

- Respira fuerte, si tienes ganas de toser o vomitar puedes echarlo aquí dice tendiéndome una pequeña palangana. - Respiro fuerte y aunque tengo ganas de toser, ya no tengo ganas de vomitar. Lo hago varias veces. - Ya está, puedes taparte. - Me dice. - Deberías poder decir frases cortas ahora. Poco a poco te sentirás mejor y podrás hablar normal.

- ¿Que me ha pasado? - Digo y solo toso un poco.

- Tienes los pulmones bien, pero tienes un resfriado extremo. Normalmente un resfriado no dura demasiado y se cura por sí solo, pero parece que el tuyo lleva semanas agravándose. Es tan fuerte, que de todo lo que has tosido y lo frágil que tenías la garganta, se te ha roto una pequeña vena de la garganta. La sangre se te acumulaba en la garganta y por eso sentías que vomitabas, pero no era bilis. Por eso la cantidad era pequeña también. Te he puesto Vitamina K, ayuda a los factores de coagulación del cuerpo.

- ¿Por eso ahora puedo hablar?

- Eso es. El mareo ha sido por el esfuerzo de toser, y por una anemia que he visto en el análisis sanguíneo. Oh si, también te hemos puesto paracetamol intravenoso, ya que tenías fiebre. Te daremos uno cada 8h.

- ¿Cuánto tiempo estaré ingresada?

- Lo más probable es que mañana puedas irte, pero esta noche mejor quédate para que podamos confirmar que todo está bien.

- Esta bien. Gracias. - Le digo.

Tanto el doctor como la enfermera se van y Manna no tarda en aparecer.

- Ya puedo hablar. - le digo con una sonrisa.

- Que bien. Pero qué raro, creía que te preguntarían por tus padres. Ya sabes, eres menor y tienen que hacer el registro.

- Estoy emancipada.

- Oh. Ya veo. - Manna se me queda mirando, como intentando decidir si preguntarme o no. Me tumbo y cierro los ojos un segundo.

- Nací en la India. Mis padres eran una mierda, no los recuerdo, pero me vendieron por dinero. Bueno allí, este tipo de cosas son bastante habituales. Sobre todo, en la clase más pobre. Me adopto un hombre que había perdido a su hija. Me dio el nombre de Sharon, me cuido durante un año más o menos. Me convertí en su hija y nos vinimos a Europa. Aquí se enamoró de una mujer y acabo abandonándome. No quería tener problemas con la policía, pero tampoco quería tenerme allí. Me llevo a un orfanato, y como no había ningún papel legal donde pusiera que yo era su hija, me dejo allí. Me dieron la nacionalidad, y en cuanto la tuve me escapé. Los círculos por los que me movía eran muy turbios, pero conocí a un juez adicto al éxtasis. Me ayudo a conseguir la emancipación antes de tiempo. Se puso en contacto con mis tutores legales que sería el orfanato y todo eso. A cambio de éxtasis, por supuesto.

La chica nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora