Capítulo 8: Consecuencias

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¡Lo siento, Izuku!

¡No vengas a la U.A, inútil!

¡Lo has matado!

No puedes convertirte en un héroe

¿Por qué me mataste, Izuku? ¿Qué te hice yo?

Con un grito, Izuku abrió los ojos, sobresaltado. Respiraba entrecortadamente y varias gotas de sudor se deslizaban por su rostro. Tras el ataque a la USJ, apenas era capaz de conciliar el sueño. Seguía teniendo pesadillas de cómo acuchillaba a los alumnos y cómo vio caer a Ojiro al suelo.

Flashback

—¡Hemos fallado! —gruñó Shigaraki, exaltado, nada más regresar a la cafetería cuando los héroes profesionales casi los capturan.

Reaper se mantenía cabizbajo. Sentía una mezcla de emociones contradictorias; tristeza, pero a la vez felicidad por haber cumplido la misión de Sensei, se sentía culpable, a pesar de haber disfrutado clavar su cuchillo santoku en la carne de sus compañeros.

—Eh, siento interrumpir, pero Kurogiri nos tiene que regresar para que no sospechen de por qué no estamos ahí— Hakki se mantenía impasible. Comprendía al peliverde, nunca antes había actuado como villano, y, además, nunca había hecho daño a una mosca. Matar a Ojiro le debía de sentar horrible.

Izuku no dijo nada más. Volvieron a sus trajes de héroes que resultaron bastante dañados con las explosiones. Llegaron a la entrada y varios médicos los atendieron. Tras revisar al chico, aparte de quemaduras, contusiones y cortes por todo su cuerpo (algunos cortes se los hizo él mismo sin querer por los nervios), tenía algunas costillas rotas y una fractura en la clavícula, probablemente de haber caído y rodar por el suelo cuando All Might llegó. La chica, por su parte, tenía más cortes que él, algún desgarre muscular y hematomas, sobretodo por los brazos (cuando forcejeó con Iida le golpeó varias veces en los brazos)

La escuela se canceló durante una semana debido a la gravedad del ataque. Todos los estudiantes fueron llevados al hospital, donde se declaró muerto a Ojiro. Mina Ashido estuvo crítica durante unas horas por la pérdida de sangre pero finalmente lograron estabilizarla. Dieron a Izuku de alta el mismo día del ataque. Su madre había ido corriendo a verle nada más se informaron a las familias.

—¡Ay, mi pequeño Izuku! ¡¿Estás bien?! Has... —interrumpió su pregunta por un ataque de tos

—¡Mamá, tranquila! ¿Ves? Estoy bien, me dieron de alta. Venga, salgamos fuera, aquí molestamos —el chico intentó tranquilizar a su madre abrazándola y sonriendo, algo triste. Ella seguía tosiendo, pero logró recuperarse y se aclaró la garganta

—Izuku, realmente me tienes preocupada. No pareces tú los últimos días —dijo, mirándolo a los ojos mientras caminaban de regreso a casa

—Es que... me lleva un rato acostumbrarme a mi nueva vida. —odiaba mentirle a su madre, pero no podía desvelarle la verdad— Aunque últimamente has estado muy pálida y toses mucho por la noche, no creas que no lo he notado. 

—Izuku, es que... me tienes tan preocupada... no sabes lo orgullosa que estoy de ti

—Mamá... —Midoriya se deprimió un poco al oír estas palabras, pero le mostró una amplia sonrisa para tranquilizarla

«¿Me seguirías amando si supieras en lo que me convertido?»

Fin del flashback

DesesperaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora