cap 18: mal sueño y noche loca

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Sus ojos no daban crédito a aquella escena por más que la veía. Seiya, su Seiya, en los brazos de otra mujer ¿Cómo pudieron terminar las cosas de esa manera? Saori solo veía a su amado Pegaso siendo consentido en la cama por una bella rubia. Los dos estaban desnudos dando rienda suelta su pasión en el mismo momento en el que ella abrió la puerta del viejo apartamento del joven que se encontraba cerca del muelle.

El labio inferior de Saori temblaba mientras sentía como algo dentro de ella se rompía y gruesas lagrimas rodaban por sus mejillas ¿Pero quién era esa mujer de largo cabello que se había atrevido a robarle a su más fiel Caballero
Saori (): S-Serena– Pero de inmediato se dio cuenta de que no era ella.

Esa chica, de monumentales atributos físicos, ojos azules como los de un ángel, su piel blanca y tersa, casi de porcelana, con unos labios gruesos y muy apetecibles para cualquiera, era devorada por los besos del hombre de quien anhelaba una caricia suya en silencio. Aquella mujer probablemente era mucho más bella que Saori y Serena juntas, ¿Pero quién era? Ella se giró para ver mejor a su espectadora y le dedico una sonrisa con una mezcla de burla y triunfo, mientras que Seiya ladeaba la cabeza para mirar a su Diosa.

Seiya: ¿Sigues aquí? ¿Por qué no me dejas en paz Saori? Entiende que no te quiero cerca ahora. Cuando estés en peligro iré a ayudarte. Ahora déjame estar a solas con ella.

La respiración de la peli lila iba en aumento por tratar de reprimir sus sollozos. No podía creerlo, no él, ¿Por qué él? – Seiya, por favor no… - Ella no sabía que decir, se sentía desesperada y desconsolada por sentir que le habían arrebatado a su Pegaso de su lado. Solo una cosa le gritaba su mente y era recuperarlo. Pero no podía, Athena no debía enamorarse de ningún hombre y menos uno de sus Caballeros.

?: ¿Qué es lo que esperas Athena? – Reto aquella mujer. – Si quieres recuperar a tu lindo Pegaso solo dilo. Dile que lo quieres solo para ti y volverá a ser tuyo.

Saori: Seiya, yo… - Pero no podía terminar la oración. Ni siquiera sabía si lo que iba a decir le devolvería a su Santo, combinado con su voto de castidad desde la época del mito, todo la paralizaba con miedo e incertidumbre.

De pronto, sin aviso alguno, la chica despertó con un sobresalto en su cama. Respirando agitadamente, Saori se sujetó la cabeza. 

Saori: ¡¿Pero qué diablos fue eso?! –Prendió la lámpara a un lado de su cama y reviso el reloj sobre el buro– Apenas son las 12 de la noche. No puedo creer lo que sucedió en ese sueño. Pero por alguna razón lo sentí tan real.

Dirigiéndose a su baño con la intención de lavarse la cara para desperezarse un poco, Saori recordó cada fragmento de aquel sueño. Todo, aunque supiera que había sido solo en aquella fantasía provocada por su mente la lastimaba. Sabía que de un momento a otro, esa pesadilla se volvería realidad, y su amor por Seiya se iría de la mano con otra.

En la habitación de Serena, ella y las chicas seguían platicando de diversas cosas, revistas de modas, ropa, zapatos, y todos esos temas que un hombre se volvería loco si estuviera escuchándolos por media hora.

Serena: oigan, ahora que lo pienso, ¿Por qué no usamos la teletransportación de las Sailors para llegar al santuario de Saori?

Lita: tienes toda la razón. ¿Por qué rayos no se nos ocurrió desde el principio? – lo dijo mientras jugaba con Rei en un test de personalidad.

Saint Seiya y Sailor MoonTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon