|C A P I T U L O : 4|

1.3K 128 73
                                    

-Eres un hijo de perra, ¿Lo sabías?- lo dijo tranquilamente, tan tranquilamente que le dio ganas de llorar.

-¿E-Edd?- a pesar de que en su sueño ocurrió exactamente lo mismo, esto no le gustaba. Estaba muy cerca de sus ojos y obviamente no distinguía lujuria en ellos, sólo ira y temor, y tal vez, sólo tal vez, estaban comenzando a humedecerse; Tord no sabía el porqué. Notaba que aunque su agarre era fuerte sus manos temblaban, y eso se lo confirmó: el británico podía verse grande y fuerte, pero en su interior aún seguía siendo un niño, un oso de peluche, y eso le atraía más.

Y por otro lado le daba una pista de como llegar a él.

-¿No puedes simplemente tomarte esto en serio?- lo soltó, estaba muy exaltado, sin duda el noruego estaba agotando más que su paciencia -Creo que Tom ya te hablo de "eso" ¿No?

-Él me hablo de muchas cosas- se sentó desinteresado, mirando al piso, Edd suspiró.

-Me refiero a que hay muchas personas protestando porque te quieren ver muerto, y no creo que paren hasta que se aseguren de que eso pase- eso disgustó al noruego, aún así decidió disimularlo.

-Sí, recuerdo que mencionó algo al respecto... Pero no fue especifico.

-¿Si sabes que la pena de muerte no es legal en Inglaterra? Es una suerte que no hayas cambiado ese detalle- "Es una suerte que el tintero cayó encima del proyecto de ley" pensó Tord, con un poco de nauseas.

-¿Entonces porque nos preocupamos?- volvió a su tono coqueto por unos segundos.

-No lo sé, tal vez por cosas como... ¡Qué muchas de las personas que forman parte de las protestas son políticos que tienen el poder para cambiarlo! ¡¿Por qué crees que me estoy estresando tanto?! Estoy tratando de que no te condenen pero parece que solo quieres hacer tus bromas raras.

"No son bromas" pensó.

-Gracias por preocuparte, Edd, es bueno que me sigas tratando como a un ami...

-No- lo interrumpió de golpe, desconcertandolo.

-¿Disculpa?

-No te estoy "tratando como un amigo", Tord- hizo comillas con los dedos, también era serio al hablar y lo miraba fríamente -tal parece que nadie quiere ser tu abogado, por lo tanto me están obligando, ¡Qué gran coincidencia!- dijo asqueado.

Sus palabras eran como un ataque para el vulnerabilizado noruego, quien volvió a sentirse enfadado, sin duda ese día había sido una montaña rusa de emociones.

-Eres un idiota- susurró entre dientes.

-¡Tu eres un idiota!- dijo de repente, como si el Edd adolescente hubiera vuelto a su ser por un rato.

-¿Qué?- preguntó casi riéndose, solo Edd podía calmarlo tan rápido y con un insulto.

-Nada- dijo avergonzado, mientras Tord no podía creer como incluso sus expresiones avergonzadas podían ser tan interesantes. Era como si simplemente estuviera cayendo lentamente a un punto sin retorno desconocido.

-Edd...

-Si tu historia es cierta- dijo volviendo a ser el serio que fue durante todo el interrogatorio -Puedo sacarte de aquí, puedo decir que no solo eres inocente, si no que eres otra víctima.

Y la alegría en su rostro vino de a poco, pero al final las mejillas sonrojadas de Tord eran como las de un niño feliz por alguna cosa de niño feliz, tanto que le hubiera recordado a Edd los viejos tiempos en la primaria, o hubiera sido así de no ser que ver su cara dañada sólo le recordaba aquella vez que destruyó su casa, por la que ambos trabajaron tanto durante años.

«Hey, Handsome!» ;EddTord;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora