CAPITULO 44

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CAPITULO 44

     –¡Eva! Pero... ¿Cómo es posible? Dijeron que reducirían la sentencia pero que pasarían meses para tu liberación –,digo cuando me recupero de la impresión. Es tan extraño estar en casa de nuevo después de semanas, aunque hace semanas me había preparado para no volver en un tiempo pero por circunstancias totalmente distintos y el no ver a Eva había sido el momento unos de los principales motivos que lamentaba mudarme a NY. Y ahora aquí estoy abrazada a ella; la vida siempre encuentra la manera de sorprenderte...

     –Acabo de llegar, ahora te explicamos ¿Sí? Te eché de menos Valen –responde Eva y un par de segundos más rompe el abrazo alejándose de mí un poco. Lágrimas se desbordan de sus verdes ojos y yo me quedo viendo su rostro; luce más demacrado de lo que recuerdo la última vez que la vi, con ojeras debajo de los ojos y visiblemente más delgado. Tampoco la pasó bien estas semanas.

     –Te extrañé, te extrañé mucho... ¿Me vas explicar qué está pasando? –,digo. Desvío la mirada del rostro de mi hermana para dirigirla al grupo de personas que aguardan en silencio esperando que el reencuentro entre hermanas termine– ¿Por qué nadie nos informó de que Eva sería liberada? ¿Chino, Mateo, Lupe? Señora Beatriz, ¿Cómo ha estado? –pregunto con evidente molestia en el tono de mi voz. Nadie abre la boca, es más tengo la impresión que están igual o más sorprendidos que Juls y yo ante nuestra llegada. Ni siquiera papá dice nada.

     –Estoy esperando, ¿Saben? Mejor continúen en lo que estaban, disculpen por la interrupción de nuestra llegada, –digo. Mi paciencia está al límite.

     –Val, cálmate... –susurra Juls a mi lado– seguro nos dirán lo que está pasando.

     –Ok –,digo aunque siento que la cabeza me estallará de la impotencia de sentirme perdida, ignorada, siento que todo está lejos de mi control y los demás deciden por mí.

     –Juliana tiene razón Valen, ven vamos a sentarnos –sugiere Eva.

     –Bueno será mejor que nos retiremos, nuestro trabajo termina por hoy; la señora Carvajal está en casa sana y salva –,dice Montilla– estamos en contacto Mateo. ¡Muchachos nos vamos!

     –Perfecto, gracias por cumplir con su palabra, mañana me comunico con usted –responde Mateo– lo acompaño a la salida

     –No es necesario conozco la salida. Señoritas me alegra verlas mejor –,dice a Juls y a mí. Tengo preguntas que hacerle a Montilla pero no es el momento y lo dejo pasar. Escucho el cerrarse de la puerta.

     –¡July! que gusto verte, a ti también mija. –ahora es el turno de Lupe el recibirnos con un efusivo abrazo.

.    –Hola, Lupe, que sorpresa encontrarte aquí –,dice Juls molesta con Lupe y ella siente ese enojo de parte de su hija y agacha la mirada quedándose callada.

     –Voy a avisar a Chivis que traiga a Eva para que te vea, cuando me vio lo primero que me dijo es que si yo traería a mami Valentina ,–dice Eva pero la detengo del brazo.

     –¡No! No vayas todavía Eva –,digo y Eva se me queda viendo sorprendida ante mi negativa– No quiero que me va así, quiero estar tranquila para ella –agrego para que comprenda, Eva asiente.

     –Hijas siéntense, no se queden ahí se ven cansadas –,dice papá hablando al fin desde que llegamos. Y tiene razón sigo cansada a pesar de la siesta que tomé en el regazo de Juls después de... Los recuerdos de lo traviesas que fuimos Juls y yo; como devoraba sus redondos pechos, como juntas llegamos al clímax...

     –Mi vida, ¿estás bien? Se pusiste roja y te sudan las manos –pregunta Juls preocupada. ¡Vaentina detente! Me grito mentalmente. No estamos solas, asientos como me observan todos, unas caras preocupadas y un par de ellas expectantes; los jóvenes sentados a junto a Lucía que no reconozco. ¿Qué carajos me pasa?

.    –Mi cuñadita tiene razón Valen, estás...

     –Sí, sí sólo necesito agua y sentarme como dijo mi suegro –,respondo interrumpiendo a Eva.

     –Voy por agua a la cocina –,se ofrece Juls.

     –Voy contigo amor, ahora volvemos discúlpenos un momento –,digo y arrastro de la mano a Juls fuera de la vista de los demás y nos dirigimos a la cocina. En mi caminar de prisa casi choco con una de las cocineras, no recuerdo bien su nombre, ¿Flor?

     –¡Uy perdón! –digo y ella abre más los ojos de la sorpresa. Sí nadie en esta casa esperaba nuestra presencia hoy.

     –Señor la merienda está lista, ¿la servimos en el jardín?

     –Amor, más despacio –,dice Juls mientras tomo rápidamente el agua– dime la verdad, ¿te sientes mal? Llamo a un doctor... –Muevo la cabeza en señal de negación mientras termino de beber el contenido del vaso.

     –No, no es necesario amor no te preocupes sólo necesitaba salir de ahí unos minutos. Todo ha sido abrumador...

     –Si quieres nos podemos ir a la casa, o subimos a tu cuarto para que descanses, lo que tu quieras morrita –, me ofrece Juls, se acerca y me acaricia la mejilla.

     –Amo cuando te preocupas así por mí. Pero te juro que estoy bien –,digo y agarro su barbila partida– ahora no me iré de aquí hasta averiguar las respuestas a todas las preguntas que tengo atoradas dentro de mi cabeza.

     –¿Segura?

     –Segura amor –respondo y a abrazo.

     –Bien porque Lupe y Panchito me tienen que responder una cuantas preguntas también –,dice recargada en mi hombro– Que raro que Beltrán no esté.

     –No lo había notado pero tienes razón. Vayamos a averiguarlo...


Hola chicas , aquí el cap. Las votaciones intensas hoy eh!😅😅😅 Nos leemos en el siguiente cap 😘 Gracias💜

El Pacto Continúa   (JULIANTINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora