CAPITULO 6

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CAPITULO 6

     —¿A qué hora planeaste e hiciste todo esto? —Pregunto después de comerme una porción del mousse de durazno, está delicioso, Juls pensó hasta en el último detalle, ahora entiendo porque no quiso pedir postre en el restaurante. Estamos sentadas sobre el tapizado de pétalos de rosas y resulta que debajo está un acolchonado y trajo de dentro un par de cojines, una canasta con los postres y bebidas.

     —Panchito y mi mamá me ayudaron. —Dice.

     —Así que panchito no te compró ningunas telas. —Río.

     —No, me llamó para avisarme que ya estaba todo listo. —Me como el último trozo que quedaba del mousse. —¿Te gustó el postre? —Pregunta. Su plato está vació también.

      —Me encantó, sabes que es mi favorito; y a ti también te gustó por lo que veo. —Digo. Y señalo su plato vacío.

      —Me gusta, pero mi postre favorito sabes cuál es... —Dice Juls con esa sonrisa juguetona.

      —No sé, ¿cuál es? Y si me refrescas la memoria... —Sigo el juego. Juls deja el plato y acorta la distancia entre nosotras, me acaricia la mejilla, yo también me acerco lo suficiente para poder estar a centímetros de su rostro.

      —Tú. —Y ya tengo sus labios sobre mi boca, un beso intenso pero corto. —¿Te queda alguna duda? —No respondo mis ganas de seguir besándola se han despertado, me le lanzo y la beso con pasión y fuerza su sabor mezclado con el sabor a durazno es delicioso, me pongo de rodillas, la sujeto del cuello, Juls responde con la misma intensidad, besándonos sin parar, sin darme cuenta termino arriba de juls, ella se encuentra recostada sobre la cama de pétalos de las rosas, comiéndonos nuestro preferido postre, saboreándonos, podría pasar así el resto de mis noches...

     —Espera... Val... —Dice Juls con voz entrecortada apagada por mis labios, no me detengo, y me empuja hacia arriba con sus manos para tener espacio.

     —¿Qué, qué pasa? —Pregunto desorientada.

     —Mi teléfono, mi teléfono está sonando. —Dice Juls. Otra vez el teléfono, voy a proponer que los pongamos modo avión cuando estemos juntas. Me quito de encima de Juls y ruedo a su lado, respirando agitadamente, ella busca a tientas su celular, cuando al fin lo encuentra se sienta y ve la pantalla; el celular deja de sonar pero ella no parece contestar llamada alguna. La observo manipulando la pantalla y al instante comienza a sonar otra canción de la bocina que antes yo no había visto porque estaba en las sombras del porche.

     —Ven, quiero que bailemos otra vez... —Dice Juls y se pone de pie frente a mí y estira su brazo para que tome su mano.

     —Yo quiero continuar en lo que estábamos. —Digo. Y me muerdo el labio. —¿Por qué no contestaste?

     —No era nada importante, Por favor hazlo por mí... —Insiste. —Quiero que me complazcas en esto, por la sorpresa que planee. — y por su cara creo que soné más molesta de lo que debía. No puedo decirle que no, Juls tiene razón. Acepto su mano y regresamos dentro del semi círculo formado por las velas. Y Comenzamos a bailar de nuevo abrazadas...

     Esta vez identifico la canción, Perfect de Ed Sheeran.

     —¿Juls? —susurro recargada en ella.

      —¿Qué?

     —Me alegro que no bailáramos bachata hoy, —sonrío. —estas canciones que elegiste son super románticas. —Juls se ríe ante mi comentario.

     —Elegí estas canciones porque quería que estuviéramos así, sin separarnos. —Dice. Y en cuanto termina de hablar de nuevo se escucha su celular. ¡definitivamente propondré cero celulares, quedan super mega off, cancelados! Juls lo saca de su bolsillo trasero como puede y lo apaga. Van dos veces en pocos minutos que su celular suena debe ser algo importante, doy un poco de espacio.

     —Juls... —Intento decir pero ella me detiene poniéndome su dedo índice en los labios.

     —Preguntaste si habías olvidado una fecha importante, y hace una hora no lo era, ahora sí, mi morrita despistada. —Juls se burla de mí. Yo me quedo sin habla, ¿qué fecha estoy olvidando? ¡Que oso!

      —Tranquila mi morrita; esto me incumbe más amí... —Juls me atrae de nuevo hacia ella y me abraza con fuerza, acomoda mi cabello dejando al descubierto mi oreja, acerca sus labios y escucho su respirar.

      —Estas son las mañanitas, que cantaba el Rey David, a las muchachas bonitas se las cantamos así, despierta mi bien despierta mira que ya amaneció, ya los pajarillos cantan la luna ya se metió... ¡Feliz cumpleaños! Te AMO...  


GRACIAS de corazón chicas por leer, significa mucho para mí. Besos.

El Pacto Continúa   (JULIANTINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora