CAPÍTULO 43

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Hola, aquí les dejo un nuevo cap. Espero les guste. Besos y abrazos. 😘Cuídense, Be Safe. 💜💓💜


CAPITULO 43

     –¿Estás seguro Rafa que todo está bien con papá en la casa? –pregunto.

     –Sí Valentina, Alirio me dijo que su papá está en una junta muy importante y pidió no ser molestado. ¿Está segura de que quiere que las lleve a la mansión? Seguramente su papá, digo el señor está en las oficinas. –responde Rafa al volante mientras recorremos las calles de la ciudad con dirección a la casa. Por momentos sigo sintiendo extraño que personas ajenas a la familia sepan que El Chino, Jacob es realidad papá pero así lo quiere él y es su decisión. Me dijo cuando le cuestioné si sería seguro que de nada serviría si dijeran la verdad, nadie les creería y tiene razón supongo.

     –Sí –respondo, no puedo sacarme este angustia desde que Rafael nos dijo que no había podido comunicarse con papá.

     –Seguro tu papá está bien, tranquila mi vida –,dice Juls apretando ligeramente mi mano.

     –Tal vez tengas razón pero tengo un mal presentimiento.

     –¿Qué no siempre tengo razón?

     –No sé –Respondo secamente. Sé que Juls está tratando de tranquilizarme pero... Juls levanta mi mano entrelazada a la suya y la besa. Volteo a verla, una sonrisa me recibe y sus brillantes ojos cafés que me transmiten amor me observan.

     –Relájate mi vida, no te hace bien que estés tan nerviosa –,dice y recarga su frente en a mía– no me gusta verte así, ¿lo sabes verdad morrita?

     –Lo siento amor.

     –Nada de disculpas, sólo quiero que no te preocupes demás ante cualquier situación; nos costó estar bien estos años y siento que regresamos al pasado y...

     –Abrázame sí –,digo. No quiero ponerme a llorar. Y si Juls seguía hablando eso pasaría; siento sus brazos rodearme, cierro los ojos y me dejo llevar por su olor y la seguridad que me provoca su cercanía. Es un poco incomodo; abrazar con los cinturones de seguridad no es agradable pero así nos quedamos en silencio dentro de la camioneta. De repente me siento agotada, como si me quedara sin energía de pronto, el movimiento de la camioneta me provoca más sueño...

     –Este... Señorita Juliana ya llegamos, parece que todo esta libre, no se ven periodista cerca. –escucho la voz de Rafael a la lejanía. ¿Me quedé dormida?

     –Entra a la mansión Rafa –responde Juliana. ¡Ay! Sí, quiero dormir en la cama... ¿espera qué? ¿Mansión? ¡Carajo!

     –¡Papá! –,digo más alto de lo debería, abro los ojos de golpe y me alejo del regazo de Juls.

    –¡Tranquila amor! Todo está bien; acabamos de llegar, ¿ves? –, dice Juls y veo a mi alrededor y ella tiene razón, acabamos de cruzar el portón y me siento tranquila de que estamos dentro de la propiedad pero al mismo tiempo la ansiedad hace acto de presencia de nuevo al ver lo que tengo de frente– respira mi vida, no sabemos si algo malo está pasando. Las palabras de Juls no llegan a mi entendimiento, no puedo pensar en algo positivo.

     –¿Amor! –,digo en un susurro.

     –Aquí estoy –,dice e inmediatamente aparto la vista de la patrulla y el carro de montilla que están frente de donde Rafa aparcó la camioneta. Juls aunque trata de tranquilizarme no puede ocultar su sorpresa y temor propio ante lo que nos encontramos en casa.

     –¡Tengo miedo! –,digo en voz alta lo que es evidente.

     –Lo sé –,dice. En ese momento Rafael apaga el motor y baja de la camioneta reaccionando, supongo que a él también le tomó por sorpresa esto. Volteamos a verlo y vemos como se une a un par de policías y otros guardaespaldas. No escucho lo que hablan. Después de un par de minutos Rafael regresa a la camioneta.

    –¿Qué pasa Rafael! ¿Qué te dijeron, por qué está la policía en casa? ¿Papá está bien!

     –Tranquila señorita Valentina, todo está bien. Puede bajar y entrar a la casa, su papá está bien, ya sabe que llegamos y debe estar esperándola –,dice y se me devuelve el alma al cuerpo, pero me quedo sin moverme. Juls es quien abre la puerta y comienza a bajar de la camioneta sin soltar mi mano y me jala para que baje después que ella y así ponemos los pies sobre el terreno de la casa. Caminamos a prisa a hacia la puerta, al llegar es Juls quien la abre y entramos. No está Chivis para recibirnos, me percato de que otro agente policial está a un lado de la puerta, a él lo ubico; es de la gente de Montilla. Pero tampoco nos detiene en nuestro entrar frenético hasta que llegamos a la sala y quedamos de frente con un montón de rostros conocidos y unos tan conocidos y otros totalmente extraños...

     –¡Pero qué carajos esto!

     –¡Mierda! ¡Ay perdón morrita!

     Ahora sí no entiendo nada, qué están haciendo todos aquí, pero cómo es posible, por qué nadie me dijo nada de esto...

     –¿Eva! ¿Cómo es posible? –,digo. Con la mirada fija en ese par de ojos verdes cristalizados a causa de lágrimas contenidas.

    –¡Valen! ¡Hermanita! –,dice, se pone de pie y corre a abrazarme...

El Pacto Continúa   (JULIANTINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora