El Pacto Continúa (JULIANTINA)

CAPITULO 41

CAPITULO 41

Chicas aquí les dejo el cap. No olviden dejar sus estrellitas 😁😋 y seguir apoyando a Juliantina sobre todo en tw plis porque se necesita, miren que somos pocas las activas y yo también en estos meses estaré full de ocupada. No dejemos  que juliantina deje de sonar en redes.  Ver desenfrenadas este finde... Uff ya les pedí un buen de cosas. 🤣

PD. Voten en los british 😁

     Los días pasaron y lentamente Juls y yo estamos de mejor ánimo, mi rehabilitación está por terminar, sólo tengo que hacer unos ejercicios dos veces al día que mi Juls atenta me ayuda. Ella sigue creando nuevos diseños, no para de decirme que soy su musa y eso me fascina. Por mi parte contacté a los creadores del sitio web que trabaja con diferentes fundaciones que apoyan a la mujer y me han aceptado de maravilla. Estoy por recibir noticias; hoy sabré si mi primer artículo pasó la prueba y será publicado en la página web y estoy nerviosa. Espero mis conocimientos en la carrera de periodismo sean suficientes. Refresco la página esperando un correo nuevo aparezca. Nada...

     –Amor ya deja de estar viendo cada cinco minutos tu correo electrónico –,dice Juls entrando a la cocina. Se acerca y se pone frente a mí y agarra el celular de mis manos. –a ver no porque estés viendo el correo llegará.

     –Lo sé Juls pero no puedo evitarlo, estoy ansiosa.

     –¡Ay mi morrita! No tienes que estarlo estoy segura que lo aprobarán, lo que escribiste está increíble, ¡perrón! –,dice, deja mi celular en el banco y acaricia mi mejilla –pero, ¿sabes? Lo mejor de todo es que lo escribiste con esto -,dice colocando la palma de su mano sobre mi pecho justo donde dentro late mi corazón.

     –¿Enserio? Es que... no sé, tengo miedo creo que me expresé de manera comenta y demasiado explicito –,digo y agacho la cabeza.

    –¡No! No pienses así, escribiste lo que nos pasó y lo que sentiste y sientes, escribiste lo que muchas mujeres no se atreven a decir ni escribir. Mírame –dice y hace que levante a cara para verla– yo no soy capaz de hacerlo y te admiro por ser tan valiente amor. Agradezco que fuera a la primera persona que permitiste leer lo que escribiste –,dice y me besa lenta y tiernamente mis labios. Mis ojos se llenan de lágrimas.

     –No sé si es demasiado pronto, ¿Y si eso nos perjudica? –pregunto cuando terminamos el beso.

     –No, Mateo dijo que el abogado dijo que mientras publicaras con un seudónimo por ahora no tendrían que averiguar que se trata de Valentina Carvajal quien escribió eso.

     –¿Estás segura?

     –No, pero Val este país y mundo está tan jodido que nuestra historia es la historia de miles de mujeres, así que ya no te atormentes y no te atrevas a llorar más. Vamos a preparar algo para comer.

     –El mundo es una mierda a veces –,digo y sonrío amargamente.

     –Así amor, pero muchas cosas que valen la pena. Una de ellas eres tú.

    –Amor, ¿Vas a ir a ver a Karen? –pregunto. Terminamos de comer y estamos recogiendo la mesa.

    –Sí, terminamos de limpiar y llamo un taxi.

    –¿Cómo que taxi?

    –Pues aunque ya podamos salir de la casa me dijeron los guardaespaldas que no era bueno que maneja mi carro todavía.

     –No amor nada de taxi que te lleven en la camioneta no quiero que andes sola en un taxi.

     –Mi vida ya hablamos de esto antes, sabes que me gusta ser independiente y no me agrada andar con chofer y guardaespaldas –,dice. Y tiene razón, acordamos que nada de lujos de mi parte hacia ella pero eso fue antes de que nos pasara esto.

     –Por favor amor, acepta que te lleven.

     –Pero Val; no...

     –¡Juliana no! No voy a estar tranquila si andas por la ciudad en un taxi donde te puede pasar cualquier cosa, y si... No sabría que hacer si algo vuelve a pasarte, Yo... –,digo levantando la voz cortando cualquier argumento que tenía pensado salir de su boca. Y empiezo a llorar.

    –Mi vida, ¡ey! no –,dice Juls abrazándome– nada va a pasarme, no llores. No iré a ningún lado.

    –Es que, no podría soportarlo... de tan sólo pensarlo, no... –,digo entre sollozos entre sus brazos.

    –Ya tranquila mi vida, no saldré; le enviaré los diseños a Karen .

    –Pero Juls tienes que ir y además no podemos estar encerradas o vivir con miedo todo el tiempo.

     –Lo sé, recuerda que Camilo nos dijo que era normal sentirnos así y que tendríamos momentos como este. ¿Qué tal si vienes conmigo? Y así podemos salir a tomar un café, al cine; hacer algo normal. Y dejas de ver tus correos cada cinco minutos.

    –Umm... no sé no podemos estar todo el tiempo juntas, Camilo también dijo eso.

    –No me importa, hoy vendrás conmigo.