CAPITULO 9

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CAPITULO 9

     —¿Qué hacemos aquí Juls? —Pregunto cuando el coche se detiene. Ella no ha querido decirme a dónde nos dirigíamos pero mi estómago se revuelve al ver por la ventana. Las lápidas blancas resaltan en el pasto verde, estamos en el cementerio...

     —Hablé con tu papá, después de que me dijiste sobre las sospechas de que Lucía podría estar viva y me contó que cada día siempre encuentra un misterioso camino de cempasúchil en la tumba de Lucía y en la tumba que lleva el nombre de tu papá... —Dice Juls, no comprendo a dónde va esto.

     —¿Qué pasa con eso? —Pregunto.

     —Tú papá dice que Lucía no tenía a nadie más que a su mamá y le preguntó a ella sobre esto y pues nada... alguien más tiene que ser, no me dijo mucho más, quiero que lo veamos nosotras. —Juls me mira, sé que está leyendo mis expresiones. Dejo de mirarla y pongo mi atención a la nada de enfrente. Estoy asustada y quiero ocultárselo. —Val... —Juls pone su mano sobre la mía que he dejado paralizada sobre mi muslo. Su tacto suave siempre es reconfortante —Es tiempo... yo estaré contigo en todo momento.

     —Lo sé y te Amo mi amor. —Respiro profundamente tratando de llenar mis pulmones de aire y calmar mi acelerado pulso. Sé bien a que se refiere Juls —Tienes razón debo enfrentar esto de una vez y contigo a mi lado puedo hacer cualquier cosa...

     Caminamos tomadas de la mano entre las tumbas, mi estómago se revuelve más con cada paso que doy, no había regresado al cementerio desde el entierro de Lucía, ni para visitar la tumba de papá o de mamá cada año como se supone mínimo debería hacer una hija que perdió a sus padres. Veo escritos los nombres tallados en varias lápidas, extraños para mí pero deben tener familia que les extraña...

     —¡Ey Val cuidado! —Dice al jalar de mi mano para detener que deje de caminar. Me detengo y veo hacia abajo, he quedo a centímetros de golpearme con una lápida.

     —¡Perdón! Soy una pendeja, no estaba viendo. —Digo. trato de sonreír. Juls me devuelve la sonrisa.

     —Pues eres la morrita pendeja más hermosa que he visto. —Dice y acaricia mi cabello.

     —Sólo tú puedes decirme una pendeja y no me provocarme enojo. —Digo. La sonrisa de Juls se amplía por un momento después su rostro se transforma serio.

     —Amor... Esta es la tumba de Lucía. —Dice y yo me quedo paralizada. En su funeral bloquee todo, sólo no podía creer que ella fuera parte responsable de la muerte de papá y seguí adelante con lo que pasaba con mi familia y Juls. Estoy confundida. —¿Val?

     —Sabes... no sé qué siento, no sé si es peor pensar que ella está aquí enterrada o que existe la posibilidad de que esté viva... —Digo. Juls se acerca a mí, me pone de frente a la tumba dando un par de pasos hacia atrás, se coloca a un lado y me rodea con un brazo atrayéndome a ella.

     —Dice lo que le dirías si la tuvieras frente a ti. Todo lo que no pudiste porque la mataron. —Dice. Veo el nombre de Lucía grabado en la lápida y me llega todo aquello que sentía por ella... el nudo en la garganta me atraganta, y mis ojos arden. Me muerdo el labio. —Amor no lo reprimas, sé que Lucía era importante para ti. Si quieres te dejo sola. —Dice. ¿Sola!

     —¡No! no te vayas, no me dejes sola. —Digo, me acerco más a ella. Quiero respirar su olor, su cercanía.

     —Nunca... — Dice. Me tomo un respiro. Estoy hecha un desastre; dolor, una tristeza me invade pero también de decepción; coraje...

     —¿Por qué? Por qué lo hiciste, por qué la mentira... Traicionaste a papá, que te amaba, sé que te perdonó porque te sigue amando y sufre por tu ausencia cada día... me mentiste durante meses, cómo podías mirarme a la cara cuando sufría por la muerte de papá y me consolabas, ¿te importaba o sólo fingías? porque yo sí te quería, te quería mucho... Y Es en serio cuando digo que te extraño Lucía... —Dejo salir lo que sentía, mi frustración, la traición dolió pero más me dolió no tener la oportunidad de decirle esto a ella, y no puedo dejar de extrañarla. Juls me abraza mientras yo no dejo de llorar si es que Lucía también transmigro papá no parará hasta encontrarla y yo estaré ahí con él.

     —¿Cómo supiste que esta era su tumba? —Pregunto aún fundida en el abrazo con Juls. Ella se aparta y señala hacia un lado.

      —Por eso. —Me limpio con las manos las lágrimas de los ojos. Veo hacia donde Juls me indicó y ahí está un camino de pétalos de cempasúchil con su colorido color anaranjado y amarillos sobre el pasto vede. —Tal como tu papá dijo. 

Chicas aquí les dejo el cap. no pensaba subirlo hoy por la tristeza q hoy invade a las juliantinas pero por ustedes que me leen lo hago. Por cierto mi antigua cuenta ya no regresará del limbo. Aceptaré la transmigración definitiva. Besos.

El Pacto Continúa   (JULIANTINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora