Otra vida (Shingeki no Kyojin)

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Fecha: 19 diciembre 2018

La vida de una estudiante de Erasmus es un caos completo. Sabes en qué país aplicas, pero no sabes en qué universidad del país vas a acabar. Y yo acabé en una ciudad más internacional que el mismo mundo.

Soy estudiante de traducción e interpretación. Mi idioma oficial es el francés al inglés, pero dado que tengo ancestros tanto alemanes como italianos y un poco de sangre española, pues tengo en mi persona un llameante y atractivo mix de lenguas. Esa es una de las razones por las que me siento tan cómoda aquí.

Llevo casi un año en esta ciudad, por lo que tuve que desenvolver un trabajo a tiempo parcial, hobbies, amistades... En mi caso, adoro todo ello; en la cafetería donde trabajo todos son demasiado amables, Hanji es (aunque a veces demasiado loca) una de las mejores compañeras de habitación que me pudo tocar, y el club de esgrima es fantástico.

La única pega es que tengo poco tiempo para mí, para pensar. Así que debo aprovechar estos pequeños momento para reflexionar sobre todo lo que llevo hecho y lo que me estoy perdiendo. Estos pequeños momentos, como ahora, en los momentos previos al cierre de la cafetería, cuando salgo unos minutos para relajarme.

- ¿Ahora, dónde estás?- un hombre habla a mi lado, amparado por la pequeña cornisa para cubrirse de la ligera lluvia que cae en estas calles.

Es curioso, habla en alemán. En mi año aquí solo lo escuché de boca de jubilados viajeros, no de jóvenes trajeados excesivamente atractivos-. Está bien, voy para allá cuando amaine la lluvia... No, ni te plantees que vaya por las calles mojándome.

Sonreí ligeramente cuando colgó el teléfono con una expresión molesta. Me parecía terriblemente familiar esa mueca, pero no sé por qué, dado que no he visto a ese hombre en mi vida.

- Si quiere, le puedo dejar un paraguas - le hablo en alemán y él voltea a mirarme, cambiando su semblante a uno ligeramente sorprendido-. Puede devolverlo al bar cuando lo estime necesario. Trabajo aquí, me lo harán llegar de alguna forma.

- ¿Eres alemana?- pregunta, aún con su expresión sorprendida.

-No, soy francesa. Pero tengo facilidades con los idiomas. Es raro de explicar. ¿Y usted? - noto como se acerca hacia mí, quedándonos a dos pasos, pero con un ambiente mucho más cercano. No sé por qué, pero toda esta conversación me resulta terriblemente familiar.

- Soy francés también - me sostiene la mirada, ahora hablándome en nuestra lengua. Tiene la misma altura que yo, así que me resulta un poco intimidante-. Mocosa, ¿cuantos años tienes ahora?

- Ahora... pues 23. Pero no me debería llamar mocosa, tengo un nombre - le digo de la mejor manera posible. Es algo extraño que alguien se interese por la edad de alguien sin saber su nombre antes-. ¿Y usted? ¿Cuántos años tiene?

-27.

- ¿¡De verdad?! Guau, parece que tiene mi edad... o incluso menos - exclamo sorprendida. De verdad que es extraño que alguien de su edad esté tan bien conservado. Es decir, demasiados compañeros míos a los 23 ya tenían canas, estaban en proceso de calvicie, tenían arrugas notorias y les salía una barba digna de Papá Noel.

-Mocosa, no hables como si fuese cuarenta y siete años más viejo que tú. Me haces sentir mayor de lo que soy - habla con fastidio. ¿Por qué las expresiones de este hombre se me hacen tan similares?

-Jaja, es la verdad Heichou - como si un interruptor se tratase, gira su cabeza hacia mí, atónito. De repente, me doy cuenta de como lo he llamado y que ni siquiera sé que significa.

- Me has llamado Heichou- parpadea varias veces aún confundido por eso. Y la verdad, yo ni sé por qué lo hice.

- Ehhhh, sí. Es que se parece a un amigo mío y lo llamamos así. La verdad no sé porque...- me para en seco tomándome de los hombros, pero con delicadeza.

One-Shots nobody asked for ((PEDIDOS ABIERTOS))Where stories live. Discover now