One-Shots nobody asked for ((PEDIDOS ABIERTOS))

First Love (Shingeki no Kyojin)

Fecha última revisión: 27 julio 2018

Llevo en el infierno ARMY desde verano del 2016, y creo que ya es hora de que escriba algo inspirado en ellos. Siempre tuve el headcanon de que Heichou sabe tocar el piano pero nunca se me ocurrió preguntarme, por lo que nació esta historia. (Eso sí, no le pude poner un final triste, soy patética como escritora)

"First Love"

En los rincones de mi memoria, suena un piano color café. La primera vez que lo escuché fue al pasar por debajo de una ventana, camino a casa. Apenas tendría cinco años, pero recuerdo que esa fue la primera vez que escuché ese sonido. El sonido de la música. Tenía prisa, por lo que no me pude parar a mirar quién era el que tocaba, y cuando volvía por allí nunca estaba esa melodía que ocupó mi mente por tanto tiempo. Se lo dije a mi madre, un poco emocionado, y ella me sonrió. Fue una de sus últimas sonrisas

La segunda vez que la escuché fue entrando a un bar con Kenny. Ni siquiera me acuerdo si era el mismo bar que la otra vez, solamente sé que sonaba esa canción de nuevo. Pedí permiso para inspeccionar el bar y saber de donde provenía, el cual se me coincidió a duras penas. Y entonces llegué a aquel instrumento, más alto que yo. Era un aparato largo con una tapa abierta hacia arriba, pedales accionados desde un asiento y una tabla llenas de teclas blancas y negras que eran pulsadas por aquellos que hacían esa música. Era un hombre mayor, de pelo más bien largo sobre el que se podían distinguir numerosas canas, expresión no tan deprimida como los hombres de esta ciudad y una barba algo cuidada. Pero lo más interesante era lo que estaba sentado a su lado. Una niña de más o menos mi edad, con grandes ojos que me miraban atentos mientras su padre seguía tocando esa melodía ininterrumpidamente. Te volteaste y tiraste de la camisa al hombre, quien intuía que era tu padre, dejando éste de tocar y volteando su mirada ante mí.

- Pequeño, ¿estás bien? Lo siento, pero no tenemos dinero de sobra...- odiaba cuando me miraban con lástima. Odiaba que en este antro asociasen la curiosidad sobre algo con una búsqueda de dinero. Y odiaba aún más que me llamasen pequeño.

-¿Cómo se llama?- ignoré su pregunta y señalé el gran artefacto color marrón/café que producía esos sonidos.

- ¿Esto...? - lo señaló y asentí efusivamente desde la lejanía. Él tampoco se complicó en su respuesta.- Esto es un piano. Sirve para producir sonidos que intentan ser música y canciones.

-¿Cómo se llama lo que estaba sonando hace dos minutos?- pregunté, olvidando la cortesía que nunca tuve.

- Hace dos minutos... estaba tocando esta enana. ¿Qué estabas tocando, cariño? - preguntó dulcemente a la niña, quien se encongió de hombros.

-No sé -respondiste, con una voz algo aguda de más-. No tiene título ni está acabada. Eso solamente era el estrebillo.

No me miraste siquiera, se lo dijiste a ese hombre. No me importó en ese momento, no me importabas. Solo eras una niña que hacía sonidos raros con sus manos. Me fui de vuelta junto Kenny después, sin despedirme, y una "canción" algo más alegre empezó a sonar. Salimos del bar, pues ya habían ganado suficiente en sus partidad de ese juego que llamaba póker. Y no sabía si volvería a escucharlo.

Varios años más tarde, cuando ya tenía esa pequeña "banda" volví a verte. En un principio no lo sabía, solamente veía en tu persona a una mocosa que entró sola al bar en el que estábamos con naturalidad, elegancia y confianza. Los que eran habituales en el bar te saludaron con algunas palabras asquerosas y tú solo respondiste con una ligera inclinación de boca, como si te causase gracia que borrachos de dos metros amenacen con violarte. Te perdí de vista un momento, y poco después volví a escuchar la melodía. Ya era la tercera vez, y sonaba aún más hermosa que la primera. Entonces me dí cuenta de que estaba en ese bar, con ese artefacto llamado piano. Me levanté y me acerqué para quedar a unos metros de tí, apoyado en una pared y esperando a que terminaras para hablarte. Yo no lo sabía en aquel entonces, pero creo que era feliz solamente viéndote tocar.