Espero que te guste, gatita.
¿Frío? ¡Por favor! Victor era más dulce que el chocolate y eso no me ayudaba a marcar los límites. No podía con tanta ternura.
—Menos mal no está cerca para verme —dije, colocando mis manos sobre mis mejillas para sentir su calor.
Yo _ 14:13
Espero que no sea un dulce, porque eso sería más para ti.
Idiota sexy _ 14:14
¿Por quién me tomas, cariño?
Creo que he aprendido a conocerte lo suficiente para saber cuál es tu debilidad.
Yo _ 14:14
¿Me regalarás a Furia nocturna?
Idiota sexy _ 14:15
Tu otra debilidad, gatita... No puedo creer esto, eres la única mujer que puede causarme celos de mi propio auto.
Increíble. Aun estando a kilómetros de distancia, Victor seguía causando todas esas sensaciones y calores en mi interior. Era como si lo tuviera justo al frente diciéndome todo eso.
Yo _ 14:16
Deja de jugar, lobito.
No vas hacerme sonrojar.
Idiota sexy _ 14:16
No necesito verte para saber que estás roja, gatita.
Lo malo es que debo usar mi imaginación para disfrutarlo.
Yo _ 14:17
¡Anda a trabajar!
Idiota sexy _ 14:17
Nos vemos en la noche, preciosa. Estoy ansioso por nuestra sesión.
Y aunque no se lo dijera, yo también lo estaba. Quizás por eso la tarde se estaba haciendo larga, casi interminable. Definitivamente, la paciencia no era lo mío.
De un momento a otro, el día comenzó a oscurecerse. Me asomé por el ventanal y observé como las nubes amenazaban con dejar caer otro diluvio. ¿Pero qué rayos pasaba con el clima? Se suponía que en noviembre no llovía.
—¿Crees que vuelva a diluviar como hace dos días?
—Espero que no... —le respondí a Miranda. Si volvía a llover con esa intensidad, el transporte se congestionaría horrible y me tomaría mucho tiempo llegar a casa... sin contar con que me mojaría porque no había cogido mi paraguas.
Y como si el clima quisiera demostrarme que estaba en mi contra... las gotas comenzaron a caer y no tardó mucho tiempo para que la ligera llovizna, se convirtiera en una tormenta con rayos incluidos.
A las seis, todavía seguía lloviendo con la misma intensidad y ya no tenía las mismas ganas de salir. Mientras me cambiaba, pensaba qué hacer: podía pedir un paraguas prestado, pero el trayecto hasta la parada era largo y tendría que esperar un buen rato allí porque, gracias a la lluvia, el tráfico estaría de locos. ¿El tren? Descartado, había retraso en todas las líneas según había leído en twitter. Si las cosas seguían así, llegaría a casa como a las nueve de la noche... y empapada.
![](https://img.wattpad.com/cover/211943955-288-k758769.jpg)
ESTÁS LEYENDO
21 preguntas para enamorarse
RomanceIsabella Durán es una estudiante de psicología que tiene por tarea crear un cuestionario creativo de 21 preguntas, para conocer a profundidad a un perfecto desconocido del género opuesto. De eso depende su calificación, su beca y su permanencia en l...
Sesión numero 12
Comenzar desde el principio