❤️Capitulo 28❤️

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La ceremonia ha terminando y la gran mayoría de invitados se han ido. Mike y yo nos encontramos sentados despidiéndonos de todos. La boda ha sido maravillosa.

Ahora soy oficialmente la esposa de Mike. Soy suya y él es completamente mío.

—¿Deberíamos organizar todo para irnos? —pregunta Mike sacándome de mis pensamientos.

—¿A dónde? —pregunto torpemente.

—A nuestra luna de miel.

—Oh sí, vamos —me pongo de pie, tomo su mano y lo ayudo a parar.

Nos despedimos de todos los presentes, vamos a nuestra casa, nos organizamos y en menos de dos horas ya estábamos montados en el avión.

Nuestro destino: Maldivas

Maldivas es un hermoso país con casi 1200 islas paradisíacas en donde en muchas de ellas solo hay un resort, por lo que el entorno es mucho más íntimo y privado. Es el lugar perfecto para una pareja de enamorados recién casados. 

Después de un largo viaje logramos llegar a nuestro destino. Bajo del avión tomando la mano de Mike para luego abordar un barco, el cual nos deja en una hermosa isla.

Miro todo el lugar maravillada ante tal hermosura frente a mis ojos.

El barco se aleja dejándonos solos. Mike se me acerca y se para detrás de mí para luego rodear mi cuerpo con sus brazos y dar húmedos besos en mi cuello. Me estremezco entre sus brazos y suelto un pequeño suspiro cargado de deseo.

—Todo es tan hermoso —comento sin dejar de mirar el maravilloso lugar.

—Sí, pero tú eres más hermosa —señala Mike en mi oído haciendo que un fuerte deseo crezca en mi interior.

Me doy media vuelta quedando frente a él mientras rodeo su cuello con mis brazos. Sin decir absolutamente nada, me acerca lo suficiente hasta que nuestros cuerpos quedan totalmente pegados y nuestros labios se dan unos leves roces.

—Hazme tuya... —susurro en su oído haciendo que me agarre con más fuerza.

Mike me levanta y en un solo movimiento quedo rodeando su torso con mis piernas. Empezamos a besarnos de una forma desesperada y no evito morder delicadamente su labio inferior haciendo que un pequeño gemido salga de su boca. Mike pega su cuerpo más con el mío y empieza a caminar hacia una pequeña cabaña. Nos adentramos en ella y él me carga hasta la habitación para luego depositarme con suma delicadeza en la cama. Se me queda observando con su mirada cargada de deseo y yo, sin pedir permiso, tomo el borde de su playera y la levanto hasta quitársela dejando su torso desnudo. Mike se sube sobre mí depositando húmedos besos en mi cuello que van bajando lentamente hasta mi pecho para luego quitar rápidamente mi blusa.

—Te deseo tanto —comenta mirándome de arriba abajo.

Ante su comentario siento mis mejillas arder y luego mis hormonas se apoderan de mí.

—Menos palabras y más acción —digo tomando su cuello con deseo y uniendo nuevamente nuestros labios para besarlo ferozmente.

Esa tarde hicimos el amor de forma delicada, contemplando mutuamente nuestros cuerpos totalmente desnudos, besando cada rincón de estos y disfrutando nuestra primera vez estando juntos. Me llevó a la cima del placer en diversas ocasiones mientras disfrutábamos de nuestra cercanía y del momento para repetir lo mucho que nos amamos el uno al otro.

Esa tarde solo fuimos nosotros dos y nadie más. Nos olvidamos por completo de las heridas que habían en nuestro interior mientras la habitación se llenaba de gemidos placenteros. Nunca creí que el acostarnos podría unirnos tanto hasta el punto en que nos hicimos una sola carne, compartiendo nuestros dolores y sanando mutuamente nuestras heridas.

Enséñame a Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora