A LOS AMIGOS ; WOS

14.SER VIENTO EN OTRA PARTE

14.SER VIENTO EN OTRA PARTE

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“Universo paralelo en una proyección
como un espejo refleja otra dimensión”

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 Una vez que los chicos se van volvemos a quedar solos con Agustina. Ella sigue actuando como si nada hubiera pasado, como si todo estaría bien. Me pone nervioso verla de esa forma mientras empezaba a juntar los vasos sucios que quedaron en la mesa.

–Valentin…

–No, escuchame a mí primero. –estaba decido, era ahora o nunca. –¿Dónde estuviste todos estos días? ¿Qué te pasó para desaparecer así de la nada? Estaba preocupado, no fue divertido. Que lo hagas una vez bueno, lo entiendo ¿pero siempre? Si pasó algo sabes que me podes contar lo que sea que te voy a ayudar y apoyar, para eso estamos.

–Amor…

–No fue la primera vez que pasamos por este momento y lo sabes. Me duele muchísimo que sigas haciendo lo mismo a pesar de saber cuánto me lastima atravesarlo, me duele que no me tengas en cuenta para solucionar tus problemas…

–No fue como crees Valentin, tengo una explicación.

–Bueno, a ver… explicame.

Me apoyo en la pared, mirándola. Me lastima verla con sus ojos cristalizados sin decir nada, pero no puedo aflojarme ahora, no en este momento.

–Estaba agobiada. Volver atrás me hizo estresarme y tenerte a mi lado dándome constante atención me descolocó, por eso volví un tiempo con mamá…

No lo puedo creer. Tenía tantas cosas para decir que no entendía por qué al abrir la boca nada salía.

–Y entiendo que estés enojado, yo también lo estaría, pero por favor entendeme amor, no se va a volver a repetir, ya lo…
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“¿Qué más puedo contar?
Si solo queda tanto por callar”
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–No, ya sé que no se va a repetir... –la veo negar con su cabeza, acercándose a mí. –No se va a repetir porque no va a haber oportunidad para que se repita.

Doy unos pasos lejos de la pared, alejándome de ella. Su cara bañada en lágrimas, la mía en cualquier momento termina igual.

–Valentin, no estás pensando lo que decís.

–El tiempo para pensarlo me sobró en estas semanas que desapareciste.

Me duele hablarle así, incluso me traía recuerdos de la primera vez que pasamos por algo similar. Siempre era lo mismo, empezaba a creer que no valía la pena volver a este sufrimiento.

–No me estas entendiendo Valentin, estaba agobiada, tenes que entenderme.

–¡Es que te entiendo! –exclamo, mi voz saliendo un poco fuerte. –Te entiendo y no te culpo por eso, yo también paso por momentos de estrés donde termino completamente agobiado y sin saber qué hacer, lo que no entiendo es por qué en vez de hablarlo conmigo decidís irte... sabiendo que esa fue la razón que nos separó la primera vez.

La veo abrir su boca intentando decir algo, lo hizo dos veces más hasta que la cerró y se quedó mirándome fijo. Mis lágrimas empiezan a mojarme el cuello, y es recién ahora cuando noto que había estado llorando desde hace rato.

–Perdón, amor. No me di cuenta, actué sin analizarlo… prometo que la próxima vez no voy a actuar de esta forma, te lo juro…

Suelto una risa desganada, empezando a caminar hacia nuestra pieza.

–No prometas nada, no vale la pena.

–Si vale la pena Valentin. –su voz suena más cerca.

–Ya fue Agustina, dejá. Buenas noches. –me doy vuelta, encontrándola parada frente a mí. Sin embargo, cierro la puerta antes de que ella entre, estaba cansado y no tenía ganas de llorar frente a ella.

Por primera vez no la quiero cerca.