10.REINA

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10. REINA



"Calmando toda tu locura
el tiempo no nos perdonó
y nos buscábamos,
sabes dónde me quedo yo"


Agus, hola, ¿qué pasó? -pregunto preocupado al encontrármela llorando en mi puerta, a la medianoche.

−¿Puedo pasar?

−Si, pasa.

Doy un paso atrás y la veo entrar con naturalidad.

Y como no, si este era nuestro hogar.

−¿Queres algo para tomar? ¿Un mate cocido? -pregunto ante el recuerdo de que esta bebida la calmaba en momentos como estos.

La veo asentir, secándose las lágrimas. Me daban muchísimas ganas de acercarme y abrazarla, pero decido darme la vuelta y poner a calentar el agua, tenía toda la noche para contenerla.

−Le puse tres de azúcar −informo, sentándome a su lado en el sillón. Agustina sonríe y acomoda sus piernas sobre el asiento para dejarme lugar a su lado.

−Gracias -su voz suena en susurros, totalmente destruida. Me traía malos recuerdos escucharla tan débil.

−Ahora sí, contame, ¿qué pasó?

Me acomodo mejor en mi lugar al notar que no estaba en sus planes empezar a hablar ahora, la conocía tan bien que con solo verla me daba cuenta. Llevo mis manos a mis rodillas, apretándolas levemente, la conocía demasiado bien y me ponía nervioso no saber cuál era la razón de su llanto.

−Valen... −murmura, luego de varios minutos en silencio. La miro atento. -Gracias.

Intenta sonreírme, pero sale como una mueca. Sin dudarlo la abrazo, apretándola contra mi cuerpo. Me dolía muchísimo verla así otra vez.

−Me pelee con mamá -confiesa, todavía entre mis brazos. -Básicamente me echó de casa y como no sabía qué hacer vine con vos. Espero no haber interrumpido...

−Agus −hablo cuando noto que no iba a completar su última frase. -Hiciste bien en venir acá, de verdad podés contar conmigo siempre. -sonrío, escuchándola sonar su nariz. -No sé qué fue lo que pasó, pero si necesitas hablar y descargarte estoy acá, te puedo escuchar...

−No fue nada, Valen, de verdad -se encoge de hombros, alejándose de mi cuerpo. -Llegué a casa después del trabajo y como dormí mal y ella también nos pusimos a discutir por algo sin sentido... bueno parece que solo para mí era sin sentido porque fui yo la que terminé sin donde pasar la noche y no ella.

Se ríe y mantengo mi mirada en ella, se la veía tan vulnerable y a la vez tan abierta conmigo. Me sentía como antes sabiendo que pensó en mi como primera opción para recibir ayuda.

−Sí tenes donde, Agus, me tenes a mí.

Vuelve a sonreír, esta vez ella es quien me rodea con sus brazos.

−Gracias, de verdad.

−No agradezcas tonta, posta que podes contar...

Me besó.

Agustina me estaba besando nuevamente y no hago nada para evitarlo.


"Te vi trepar hasta el final,
te vi partida en dos
y luego te enmascaras,
y yo vuelvo a caer"



−Pero vimos esa película millones de veces, seguro hasta sabes los diálogos. -me quejo cuando veo que en la televisión estaba empezando Monsters Inc; su película favorita.

−Shh que esta parte me gusta.

−¡Es la introducción, amor! -vuelvo a quejarme, esta vez jodiendo.

Siento su mirada sobre mí, sabía que la había vuelto a llamar como antes, me había salido sin darme cuenta. Sin embargo, no dice nada, solamente se queda mirándome un rato para después volver su atención a la pantalla.

Suelto el aire contenido y paso mi brazo por sus hombros, atrayéndola más hacía mi cuerpo. El sillón no era un lugar muy amplio, pero de alguna forma hicimos lugar para acomodarnos los dos, juntos.

Vuelvo a mirarla, notándola concentrada en la película.

Y sonrío. Me encantaba su forma de ser, me encantaba que sea tan fan de películas infantiles, me encantaba todo de ella.

Es que, como para no estar encantado, si con solo verla volvían a aparecer los momentos que vivimos. Era inevitable no emocionarme al recordar cada cosa linda que viví a su lado.

El recuerdo de cuando nos mudamos juntos aparece primero en mi cabeza. Definitivamente era uno de nuestros momentos favoritos. Había sido un paso súper importante, convivir con ella fue una de las mejores cosas que me pasaron, sin exagerar. Y tenerla de vuelta en casa haciendo cosas que nos encantaban hacer en el pasado me conmovían.

−Agus... −la llamo, sin obtener respuestas. estaba completamente dormida en mi pecho.

Y ahí es cuando me doy cuenta de algo, viéndola abrazada a mi cuerpo me hizo notar que quería volver a tenerla de esta forma como antes, la necesitaba viviendo conmigo otra vez.

Porque si, la amo.

Definitivamente sigo sintiendo cosas por Agustina.

A LOS AMIGOS ; WOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora