1.LA INMENSIDAD

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1.LA INMENSIDAD

Y te solté la mano,
hicimos ese trato

 Otra mañana donde Valentin sale de la cama con la sensación de vacio en su pecho. Hace un tiempo que viene sintiéndose así y el hecho de saber que su relación cada vez se desgasta un poco más no lo ayuda a mejorar.


Mentiría si dijera que no intentó acercarse más a su pareja y volver a lo que eran, cualquier persona a su alrededor sabe bien como son las cosas y la cantidad de veces que lo intentó. No hay momento del día donde Valentin no se encuentre maquinando maneras para volver atrás y convivir con la antigua versión de su relación.

—¿Segura que estás bien Agus? —pregunta, cansado del silencio en la habitación.

—Si Valen, solo estoy apurada.

Agustina sale de la pieza en busca de sus llaves, dejándolo en la cama a la espera de un beso de despedida que no llega.

—Banca que te llevo...

—No te preocupes, estoy bien, quedate y seguí durmiendo.

—No me jode, me pongo las zapatillas y te llevo. —habla él mientras sale de la cama y trata de encontrar el par de sus zapatillas.

—Necesito tiempo sola para despejarme, nos vemos más tarde.

Y una vez más ahí queda Valentin: solo y con esa angustia tan familiar acumulada en su pecho.

Extrañaba su antigua vida.

❝Hábitos a perder❞

Agustina llega a casa después de un día estresante en el trabajo, miles de situaciones se le acumulan, entre ellas la más importante, rendía un final en pocos días y no llega con el tiempo.

—Buenas noches Agus, te hice la cena.

Ella sonríe y se acerca a abrazar a Valentin, agradecida con los detalles que siempre tiene con ella. Él siempre fue tierno y detallista, justamente fue eso lo que la enamoró en el pasado, y por esa misma razón no entiende qué fue lo que pasó para que últimamente esa chispa dejara de sentirse al estar juntos.

—Sos un amor—Agustina se acerca y lo rodea con sus brazos, dejando su cabeza contra su pecho, él hace lo mismo y la rodea por la cintura.

—Es lo minimo que mereces amor.

Ella sonríe y se separa. Se quedan mirando a los ojos por varios minutos que parecen una eternidad para ambos.

—¿Comemos? —sugiere ella para romper la tensión e incomodidad del momento.

¿Desde cuándo no disfrutaban mirarse a los ojos si antes era una de sus cosas favoritas?

Él asiente y la deja ir, tomando asiento frente a ella sin entender bien qué acaba de pasar.

❝En la inmensidad no hay nada que nos pueda atar y si lo pensas es tarde para hablar igual

Cuando terminan de cenar Valentin se queda en la cocina levantando los platos mientras ella pasa al baño para ducharse.

Los dos están en la misma, ambos tienen rondando en su cabeza el incómodo momento que habían pasado en la cocina.

Por un lado, Valentin no puede evitar sentirse inquieto y nervioso, creyendo que todo es su culpa. En su cabeza no dejan de aparecer momentos donde podría haber actuado distinto y dado mucho más de si mismo, arrepintiendo por no haberlo hecho, convencido de que ella lo vale.

En cambio, Agustina hace tiempo siente que la relación había perdido eso que los caracterizaba, sentía que esa parte divertida que los unió se había desmoronado por completo pero que por costumbre no se anima a decirselo y arruinar lo poco que quedaba, prefería mil veces quedarse callada y guardarse todo para si misma antes que lastimarlo a Valentín.

Pero si tan solo hubieran hablado y replanteado la situación juntos, todo hubiera sido distinto.

A LOS AMIGOS ; WOSWhere stories live. Discover now