Te esperé

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Notó el reflejo de la luna en el canal debajo del puente aún en la distancia. -Luna llena. -musitó, y siguió el camino que marcaban sus pies. Se detuvo después de un tramo y levantó la vista una vez mas, miró hacia la barandilla que daba al agua y al joven que estaba de pie con los antebrazos recargados en esta.

Su cabello era inconfundible, cobrizo y siempre alborotado. Lo reconoció desde lejos, aún cuando el chico estaba de espaldas y una inevitable sonrisa brotó de sus labios.

-Marco. -dijo en medio de un suspiro. Se acercó con cautela, procurando que sus pasos no emanaran sonido alguno. Trazó sus huellas en la nieve a lo largo del trayecto y se posó justo a espaldas de él, entrelazando sus heladas manos en su regazo. Aún con la baja temperatura éstas comenzaron a transpirar a tiempo que su corazón bombeaba a velocidad.

-Se que estás ahí Amber. -masculló sin girarse y la chica abochornada lo rodeó por la espalda con ambos brazos.

-¿Cómo lo supiste? -preguntó seguido de ponerse sobre la punta de sus pies para alcanzar su mejilla y besarla tiernamente.

Marco giró el cuello hacia su costado para mirarla a los ojos -Porque te siento. -musitó antes de atrapar los labios de Amber con los suyos.

-Te quiero. -le susurró ella al chocar su frente a la de él sin separar sus brazos del dorso de Marco ni un centímetro. Sintió una punzada de decepción cuando él no correspondió con un <También te quiero>.

-Ven. -indicó él. Así en la posición en la que estaban Marco la obligó a saltar al momento que él se inclinó hacia adelante y Amber soltó un pequeño grito. No tuvo opción mas que rodearlo con sus piernas a manera de candado detrás de él, mientras el rubio la tomaba por la parte trasera de sus muslos.

Amber no tuvo la necesidad de preguntar a donde se dirigían, pues lo sabía a la perfección, así que se dejo llevar por él. Marcó rectó su columna para que la chica bajara de su espalda y pisara en la sólida madera a la mitad del puente. Amber se acomodó su abrigo y se acercó al joven una vez mas, suplicaba un abrazo suyo, un beso, suplicaba sus labios y sus brazos tirando se su cintura hacia él.

-Marco. -rogó buscando su mirada pero él le dio la espalda y sin decir nada se alejó. Amber no tuvo la capacidad para reaccionar, sus reflejos la abandonaron por completo y los músculos de sus piernas se inmovilizaron, para no dejar que saliera a perseguirlo como cuando niños.

Cuando sintió que las lágrimas estaban a punto de brotar sus ojos lo captaron de vuelta, mas llevaba algo en las manos, algo colorido. Eran flores, las cuales ella no fue capaz de reconocer hasta que estuvo suficientemente cerca.

-¡Tulipanes! -exclamó Amber. Rosas, amarillos y violetas, era la flor de principal producción en los Países Bajos. Las tomó entre sus manos cuando Marco se las ofreció, las miró con detenimiento y sonrió abiertamente. -Gracias. -musitó al volver la mirada hacia Marco, pero él mantenía un semblante serio y continuaba sin articular palabra.

Quiso preguntarle si sucedía algo, pero su mirada le ahorró las palabras.

-Estoy listo. -pronunció al fin y Amber lo miró esperando una explicación. -Esto no es una declaración.. Es una propuesta. -aclaró antes de continuar y llevo la mano a su bolsillo para tomar una caja diminuta. Se arrodilló ante ella, tomó la cajetilla entre ambas manos y la abrió para mostrar un hermoso anillo plateado con una única piedra brillante en el centro. -Antes de la declaración oficial.. ¿Me darías el honor de convertirte en mi Pre-mujer?

Amber se quedó inmóvil un segundo y ahogó un chillido tras llevarse ambas manos a la boca. Dio pequeños saltitos y pronunció <Si> en múltiples ocasiones. Estiró su mano izquierda para que Marco deslizara la argolla por su dedo anular y él se puso de pie únicamente para sentir el cuerpo de Amber atacando el suyo en un abrazo que los convertía prácticamente en un solo ser.

Night Changes •Shot• Marco ReusWhere stories live. Discover now