Segunda parte de la novela "EL PRECIO DE UNA TRAICIÓN" Es necesario haber leído la primera parte para poder entender esta.
Un nuevo lugar, nuevas personas y una nueva vida. A veces empezar desde cero es lo mejor. ¿O no?
Tras encontrar a Jake, su nov...
—No puedo entenderlo. —Le digo a todos mientras subimos el elevador del sitio en donde se supone que está mi hermana con Clari.
—¿Y crees que nosotros si? —Alan se ve algo molesto.
Su padre nos acompaña y solo por eso decido no darle ninguna respuesta ofensiva. Al fin de cuentas, el señor Roberts nos ha dado la mano en todo, incluyendo esto último.
Luke está a punto de hablar, pero las puertas del ascensor se abren y yo salgo de inmediato. Fijo mi vista en el pasillo y a lo lejos puedo ver a mis dos chicas en cuclillas fuera de la puerta de una habitación en la que, al parecer, estaban antes.
Corro hacia ellas y cuando escuchan el ruido de mis pisadas alzan la cabeza en señal de alerta, se ven realmente horrorizadas.
—Jake. —Me llama Clarissa con un llanto ahogado y logro abalanzarme sobre ella y abrazarla. Casi al instante, llora en mi hombro.
Los chicos llegan con pasos apurados detrás de mi y Alexia se para frente a ellos para explicarles lo ocurrido, especialmente al alguacil.
—Yo hice la reservación en el hotel a penas ayer, nadie podría saber donde estábamos. —Alex tiene lágrimas secas en sus mejillas, puedo verlas desde el suelo en donde sigo abrazando a mi chica.
—¿Qué diablos pasó? —Matthew mira asustado a mi hermana y todos estamos expectantes del que dirá.
Clarissa se para de pronto, frena su llanto y yo imito su acción. Le rodeo con el brazo y acaricio su fría piel como señal de apoyo, está helada.
—Cuando llegamos todo estaba bien. —Sus palabras son frías por alguna extraña razón. —Fuimos a la playa a tomar unos tragos y cuando volvimos y entramos al baño ese horrible mensaje estaba allí, con sangre.
Toma la manilla de la puerta y la abre, ella no entra, pero hace ademán de que nosotros lo hagamos. Alexia es la primera en ingresar a la habitación que por cierto, está muy desarreglada.
Quiero quedarme fuera con Clarissa, pero la curiosidad de saber que fue lo que les ocurrió, me mata por dentro.
—Ve. —Susurra Clarissa antes de abrazarse a sí misma y resbalar lentamente por la pared hasta llegar al suelo.
Entro sigilosamente y el alguacil llama por motorola a su equipo el cual se ha quedado en la recepción haciendo preguntas a los responsables y revisando las cámaras, en el caso de que las tengan.
—Esa copa, estaba allí también. —Alex le indica al padre de Alan una copia similar a la que me ofrecieron en aquel bar en donde nos encontrábamos hace unos minutos.
