52. ➳ Oposición en desventaja ♡

1.2K 282 376
                                    

«Los hombres sólo se unen con sinceridad socialmente cuando se trata de reventar a un tercero»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«Los hombres sólo se unen con sinceridad socialmente cuando se trata de reventar a un tercero».
Enrique Jardiel Poncela

***

Lilith había aparecido en el despacho de Robbie, y esa sola visita de por sí ya presagiaba malas noticias.

—Señor —llamó Bruce a su puerta—. La maestra Lilith está buscando al dueño de los almacenes.

El que la anunciara con ese tono aprehensivo y desconfiado era entendible dado que Bruce conocía el recelo natural que los líderes de la oposición tenían con Robbie por ser el maestro loco de la traidora Marissa.

Robbie llevaba muchísimos años, muchos más de los que había esperado encerrado, cubriendo su posición como jefe y dueño de los almacenes, estaba completamente prohibido para los pocos que lo sabían el divulgarlo, sin embargo, desde que Jacobo había subido para llevar los mensajes a Robbie, el maestro ordenó que si Ambrosio o Lilith aparecían preguntando por el dueño —que era lo más probable—, no los engañaran sino que les dieran paso inmediato.

—Dile que pase —pronunció Robbie, inusualmente serio. Bruce salió y un par de segundos después, la cabellera clara de Lilith se asomó por la puerta. Entró sin mirar de inmediato al cupido tras el escritorio, mas al dedicarle un vistazo fijo, su sonrisa se borró—. Bienvenida, maestra Lilith.

Lilith no pudo evitar soltar un fuerte resoplido de fastidio, como si creyera que le jugaban una broma pesada y de mal gusto.

—¿Es en serio? ¿qué haces tú aquí?

—Tú pediste ver al dueño de los almacenes. —Robbie hizo un ademán hacia sí mismo, señalándose—. Heme aquí.

—Tiene que ser un chiste. Te dábamos por muerto.

—Lamento decepcionarte por seguir vivo, pero es lo que hay.

—Tu alumna nos...

—Alto ahí, Lilith —la frenó con una voz seca, fiera, amenazante—. No me interesa en lo más mínimo lo que digas en contra de mí o de Marissa fuera de estas paredes, pero en mi presencia te prohíbo terminantemente referirte a ella con desprecio.

—Marissa es...

—¡No hay excepciones! —tronó, al ver que a Lilith se le asomaba el veneno en la lengua—. Aaron y yo la hemos perdonado, así como se equivocó nos está salvando. Ella rescató a Aaron de las garras de Benjamín y ahora ha empezado a mover el cambio por el que nuestro líder dio su libertad. Yo veo el ahora y en el ahora estamos a punto de cambiar la historia con la ayuda indispensable de mi alumna, así que si no tienes nada bueno qué decir de ella, te callas. Si quieres hablar de cualquier otra cosa que sea de interés en esta revolución, soy todo oídos y no tengo rencores pero si solo vienes a hablar pestes de Marissa, te pediré que te largues ya.

Una flecha de Cupido •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora