13.

426 29 16
                                    

Mis manos temblaban mientras sostenía mi móvil, mi respiración se había quedado atascada en mi pecho y mis ojos se habían quedado pegados a ese mensaje.

¿Cómo podía hacerlo?

¿Cómo se atrevía siquiera a volver?.

Le pregunté eso y mucho más. Le dije que no quería verlo y mucho menos hablarle.

Pero Harry insistió en que quería remediar las cosas, en que sabía que había sido un patán y lo único que quería era recuperar mi amistad.

Desde hacía un tiempo, yo le contaba a Ni que, aunque fuese novio de Migue, algo dentro de mi seguía siendo de Harry, algo dentro de mi me hacía querer estar cerca de él.

Así que con el corazón cegado, acepté.

Al principio nuestras pláticas no duraban más de cinco minutos y alguno de los dos dejaba de contestar, pero conforme pasó el tiempo, se volvían más y más duraderas.

Aunque, no hablábamos en persona, aún no habíamos dado ese paso, aún no nos atrevíamos.

En la escuela nos topábamos de vez en cuando, casi siempre iba acompañado de Zion, Josh, Ni y los demás, por lo que él no podía acercarse, y sólo de lejos hacia un asentimiento de cabeza a modo de saludo.

Conversábamos casi como al principio, aunque ahora con un poco más de confianza. Yo le contaba cosas sobre mi relación con Migue y él escuchaba (leía) y eso estaba bien, bien para mi.

No fue hasta que un día, habría una pequeña fiesta de cumpleaños, de Mark, un compañero que había sido amigo mío mientras estaba en el club de idiomas, me había invitado, a mí y a Harry.

Esa vez, por obvias razones, no podía ir acompañado por mi novio o mis amigos, así que decidí ir.

Me encontraba en la fiesta de Mark, era una Pool party muy pequeña y selectiva, casi todos los del club de idiomas se encontraban ahí, excepto Harry.

Así que decidí enviarle un texto.

«Hey, ¿no vendrás a lo de Mark?.»

Me contestó minutos después.

«No, no sé. No tengo muchas ganas de ir.

¿Estás allí?»

Respondí:

«Sí, llegué hace poco.

Deberías venir, el ambiente es bastante bueno»

Al instante recibí una respuesta.

«Bien. Iré.

Sólo para verte.»

Sentí ahogarme con el trago de soda en mi garganta y tosí,  sin apartar la mirada de aquel mensaje.

¿Por qué sentía ese aleteo en mi estómago?.

¿Por qué demonios estaba sonriendo?.

«Oh.

Está bien. Esperaré aquí»

La única verdad es que no sabía si él había hecho algún hechizo sobre mi, o simplemente mi cabeza no estaba bien, porque sentí como si estuviese en una nube después de eso.

Ese día él llegó a la fiesta y nos pasamos todo el día juntos, ninguno había llevado bañador así que no podíamos meternos a la piscina.

Hablamos muchísimo, bromeamos y estaba pasándola demasiado bien.

Migue estaba enviándome textos, diciéndome que me extrañaba y que sí quería, podíamos ir al cine al día siguiente.

Quizás el rizado sentía que mi atención ya no estaba completamente en él, así que preguntó:

–¿Con quién hablas?.– se oía un poco molesto.

Quité la mirada de los textos y contesté.–Con Migue, quería ver si saldríamos mañana.

Sonreí, y bloqueé mi celular, dejándolo en la mesa donde estábamos sentados.

El rodó los ojos y dijo.–No puedo seguir así, o hablas con él o hablas conmigo. No puedes estar con los dos.

Estaba demasiado serio y me miraba casi enojado.

Y yo me sentí muy confundido.–¿Cómo?, no tengo que elegir. Él es mi novio y tú mi amigo.

Me miró en silencio, parecía sopesar mi respuesta, entonces negó y me sonrió.–Oh, no. No hablaba de eso. Es que, estábamos hablando ahora y pues, tú sólo veías tu teléfono. Es todo.

La confusión se esfumó y asentí, disculpándome.

Después de ese día, siguieron varios reclamos de parte de él.

Quería que habláramos casi las veinticuatro horas del día, me reclamaba por tardar en contestar y cada vez que comentaba algo acerca de mi novio, él se enojaba y reclamaba.

Me sentía muy confundido y no entendía el porqué lo hacía, hasta que sentí el foco imaginario de mi cabeza encenderse.

Acaso...

¿Estaba celoso?.

Fall again.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora