Cap.15

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Oía su nombre. Continuamente. Pensaba que era su imaginación pero cada vez sonaba diferente. Al principio era un voz desesperada que gritaba, luego se unió otra voz en el mismo tono. Más tarde los tonos cambiaron, los oía más cercanos y tranquilizadores. Notaba su cuerpo moverse pero ella no daba ninguna orden para que lo hiciera. Se notó tumbada, y las voces cambiaron de nuevo, ahora la llamaban, para captar su atención. Se dio cuenta de que tenía los ojos abiertos, todo era de un blanco brillante hasta que una sombra se puso delante.

-Niall...- dijo probando su voz que sonó ronca y lejana.

La sombra se echó hacia atrás y oyó un suspiro. Parpadeo varias veces para acostumbrarse a la luz, la sombra se definió y se convirtió en una figura, en un chico de pelo negro, rasgos delicados y largas pestañas que rodeaban unos ojos verdes que la miraban con cuidado.

-No, soy Elliot, se ha ido a por algo de comer- dijo.

-Elliot- su vista se acostumbró. Estaba en una sala completamente blanca, tumbada en una cama, una sábana le cubría hasta la cintura. Se fue a incorporar pero un cable en su nariz conectado a un aparato junto a ella se lo impidió.

-Con cuidado ___, aun no puedes incorporarte.

-¿Por qué? ¿Qué pasa?- llevaba un camisón blanco del hospital.

-¿No te acuerdas? Yo estaba en el coche y tú te quedaste hablando con... Niall, entonces oí a un coche frenar y a él gritar tu nombre. Cuando salí del coche fui corriendo hacia ti, estabas tirada en el suelo a unos metros del coche. Estaba inconsciente pero respirabas. Y tuve que llamar yo a una ambulancia.

-Vaya, recuerdo el golpe, pero nada más, ¿por qué dices que tuviste que llamar tú?- Elliot suspiró y se sentó a su lado en la cama. Se cruzó de brazos y miró al suelo.

-Porque Niall no podía moverse- dijo con cierta pena- él... sujetaba tu cabeza y te daba la mano. Te juro que nunca había visto a un chico así. No hacía más que temblar y acariciarte el pelo, te daba besos en la frente y te decía cosas tranquilizadoras, pero tú no no podías oírle- a ____ se le saltaron las lágrimas imaginando la escena- estaba... tan desconsolado, desesperado, creo que no se dio cuenta de que respirabas. Cuando vino la ambulancia se fue contigo, yo me quedé hablando con la policía y con el conductor del coche. Cuando llegué al hospital nos hicieron esperar una hora en la sala de espera, desde que nos dejaron pasar a tu habitación no se ha separado de ti, no ha dormido y a penas ha comido, yo he dormido a ratos, pero tampoco he comido mucho. ¿Sabes? Ahora ese chico me cae un poco mejor, siento que haya sido por esto- Elliot le acariciaba la cara.

-¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?

-Tres días.

-Y no habéis dormido por mi culpa, lo siento tanto...

-No ha sido culpa tuya, ____.

-Si hubiera mirado, si me hubiera asegurado de que no venía ningún coche... soy idiota.

-Olvidalo ____, ha sido un accidente, no ha sido tu culpa- en ese momento llamaron a la puerta.

-Elliot, ya nos quedamos baja a comer algo... ¡____!- sus padres acababan de entrar en la habitación y corrieron junto a ella.

-¿Cómo te encuentras cariño? ¿Qué tal tu costado, y tu pierna?- dijo su madre. Llevaba su pelo oscuro recogido en una coleta y su padre lo llevaba algo revuelto, pero por lo demás parecían estar mejor que Elliot.

-Me voy a comer algo, cualquier cosa me llamáis- dijo, y salió de la habitación.

-¿Mi costado? ¿La pierna?- ____ se miró. Tenía la costillas vendadas y la pierna escayolada hasta el muslo- vaya, no me había dado cuenta, pues, no me duele- se incorporó pero un dolor punzante le atravesó el lateral derecho- vale vale, el costado sí me duele- su madre le acarició la frente.

Cuando las luces se apagan...Where stories live. Discover now