El Hechizo al Nuevo Mundo.

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Habían pasado dos semanas desde que los telmarinos decidieron cambiar sus tácticas. Sabiendo que en combate directo no podían vencerlo a él y sus tropas se dedicaron a lanzar un bombardeo tras otro desde la seguridad de sus barcos; por si fuera poco también están empleando tácticas de tierra quemada destruyendo los campos de cultivo y envenenando el agua de lagos y ríos.

Mordred sabía que tenía que hacer algo de lo contrario su fortaleza se convertiría en su tumba.

El tenía una forma de salir de esto pero a costa de un alto precio que lo inquietaba y no podía tomar por si solo. Tomando una decisión se dirigió hacia la sala de su consejo de guerra.

Allí estaban los distintos comandantes que representaban a cada una de las razas bajo su estandarte. De los minotauros estaba por supuesto Otmin que al verlo el junto con los demás comandantes inclinaron la cabeza en señal de respeto y sumisión. De los ciclopes estaba uno particularmente grande llamado Polifemo. De los minoboars estaba uno con colmillos muy afilados llamado Gront. De los hombres lobo había era uno con un pelaje marrón tierra llamado Licaon. De los animales parlantes era un oso polar con armadura dorada llamado Byrnison.

_¿Que debemos hacer mi rey, el ejército telmarino se está congregando en dirección al castillo_ dijo Gront, el minoboars se veía bastante alarmado.

_Si deciden bombardear nos de nuevo con sus catapultas no podremos resistir_ añadió Licaon con todos los pelos de su cuerpo de punta.

_Incluso si no lo hicieran no tenemos los víveres suficientes para subsistir a un asedio de más de dos días_ dijo Byrnison uniéndose a la conversación.

_Necesitamos un plan si queremos seguir viviendo antes de qué acabé la semana_ termino por decir Polifemo.

_Por suerte tengo un plan para salir de esto_ dije dándoles esperanzas a mis comandantes.

_¿Como mi señor?, no podemos salir del castillo, no con los telmarinos dominando los mares, nos harían pedazos con sus ballestas y catapultas en el momento en que salgamos de la seguridad del castillo_ dijo Byrnison, el enorme oso polar había visto días mejores su armadura tenía una gran abolladura en un costado debido a un golpe de una de esas catapultas, el hecho de que hubiera logrado sobrevivir con tan poco daño físico era nada menos que un milagro.

_Si ¿cuál es el plan?_ dijo Gront.

_É buscado en mi libro de hechizos y he encontrado uno en particular muy poderoso que podría sacarnos a nosotros y toda nuestra gente de esta situación teletransportandonos a otro mundo _ anuncié mi plan, dejándolos a todos estupefactos por lo que acababa de decir.

_¿En serio, en verdad existe un hechizo tan poderoso?_ preguntó Gront.

_Si, si que lo hace,sin embargo el hechizo tiene un precio_ les dije.

_¿Un precio, de qué tipo?_ me pregunto Polifemo.

_El hechizo nos permitirá viajar a otro mundo pero no regresar al nuestro_ les contesté dejándoles sorprendidos una vez más por esta revelación.

_Queréis decir que no podremos volver a Charn... nunca _ hablo Licaon.

_Se como debe de sonar pero si nos quedamos aquí no nos espera otra cosa que la muerte_ fue mi respuesta con bastante pesar.

Sus comandantes se miraron unos a otros por unos minutos hasta que asintieron con la cabeza llegando a un acuerdo silencioso.

Finalmente Otmin hablo por primera vez desde que comenzó la reunión.

_ Estamos con usted majestad, ahora y siempre_ declaró Otmin con firmeza y lealtad inquebrantables.

-SSSÍÍÍ-gritaron de acuerdo los demás comandantes.

Ante eso lo único que pude hacer fue sonreír agradecido antes de que mi rostro volviera a adquirir una expresión determinada y mi mirada se volviera seria.

-Reúnan a todos los miembros de sus respectivas razas así como armas y suministros, quiero que la totalidad de la población de Charn este preparada para partir antes de que termine el día.

-A sus órdenes majestad-asintieron de inmediato mis comandantes y abandonaron la cámara para realizar sus tareas había mucho que preparar.

Cinco horas más tarde, la totalidad de los narnianos que vivían en Charn estaban en las afueras de la capital con carros llenos de equipaje, suministros y armamento listos para irse a la señal de su líder.

Sin más demora lleve a cabo el hechizo, y no me decepciono cuando dos enormes arboles blancos surgieron del suelo y entrelazaron sus ramas formando un círculo del cual se creo el portal.

Me volví hacia mi gente y les di la señal con el brazo indicándoles que comenzaran a pasar.

Tardamos otras dos horas en pasar a todos por el portal, pero finalmente cuándo el último de los narnianos cruzo el portal, yo mismo atravesé el portal después haciendo que este se cerrara.

Una vez que llegue al otro lado con mi gente, vi que efectivamente ya no estábamos en el páramo helado con edificios que era Charn en su lugar estábamos en... otro páramo helado diferente y sin edificios.

 otro páramo helado diferente y sin edificios

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