2 agentes, 4 niños y muchos, MUCHOS desastres

16. Enojo y enfrentamientos

POV MARIETTA

Vi los ojos de Elena llorosos al notar su carta de desalojo, Sali del departamento dejando a mis hermanos asustados por mi reacción, regrese al departamento, y fui hacia la habitción de Dereck y lo vi como paraba últimamente, hechado en su cama mirando al techo.

- Te vas a levantar ahora mismo – al notar mi entrada abrupta se levantó fuertemente y pude notar lo descuidado que se encontraba – iras al departamento de Elena y le pedirás disculpas, le dirás que enserio lo lamentas yque la quieres – levanto una ceja mirándome confunido – que la quieres de vuelta tonto, lo demás lo dejo en tus manos.

- Y por qué crees que voy a hacer algo así, estas loca, tienes 16 años tu no me vas a mandar a mi – se levanto por completo y lo vi, parecía un vagabundo con su piyama y sin rasurarse, habían pasado horas pero tomo muy enserio esto, como si fuera una ruptura.

Decidí ir hacia sus cajones y le saque ropa, camisa y unos pantalones lmpios.

- Te vas a bañar y te pones esto – lo levante a como pude pero sorprendentemente aunque de mala gana él estaba haciéndome caso. Lo encerré en el baño con su ropa limpia y espere a que saliera.

- ¿estoy bien? – salió del baño cambiado bañado y afeitado - aún sigo sin entender por qué te hago caso.

- Por qué en el fondo también quieres hacer eso.

Lo lleve al departamento de Elena y fue un encuentro muy incómodo, ambos se miraron por un momento fuerte, con los ojos llorosos.

- Dereck tiene algo que decirte – lo mire fuertemente por un momento.

- Te escucho – dijo Elena.

- Ven aquí – la tomo del brazo y la llevo hacia su habitación .

Nosotros decidimos respetar su privacidad y quedarnos en la sala, por un momento todo parecía ir normal pero luego de un tiempo empezaron los gritos y al rato empezamos a oir cosas volando y Dereck salio rápido del cuarto.

- Estas loca – le grito desde la puerta y salió un zapato volando. Y luego la puerta del cuarto se cerro bruscamente. – no va a volver a la casa ni aunque me ruegue.

Y todas mis esperanzas murieron, como el tacón de Elena que salió volando.