Capítulo 17

2.4K 437 279
                                    

Ir de un lado a otro sin poder encontrar un hogar, eso ha sido su vida desde hace años, desde que salió de su destrozado país y se adentró a lo que no conocía. Quizás Minghao ha vivido demasiado rápido desde entonces, pero siente que su vida nunca ha llegado a un lugar estable, que siempre ha tenido que huir o esconderse, o que lo han llevado y lo han escondido. Ahora que sus memorias están construidas no puede evitar ver lo innegable; nunca ha sido tan feliz como cuando todo está ordenado.

Cuando tiene la situación en sus manos, cuando puede verla y controlarla y saber que todos están bien, cuando los protege y puede verlos como lo hace en ese momento; viendo a Hansol jugar con Seungkwan en el pequeño jardín del hospital. Ellos están bien, están vivos y felices mientras que Minghao cuida de ellos. ¿en que otro lugar estaría mejor? Todo está bien si los cuida.

Su sonrisa se extiende por largos segundos mientras que el viento comienza a pasar con rapidez. Su corazón está tan tranquilo como nunca antes, aliviado del mundo y de que este ya no esté incompleto o cayéndose a pedazos.

—Te ves feliz— Escucha la voz de Joshua justo a su lado y asiente. —¿Jun aceptó?

—¿Crees que no iba a hacerlo?— Responde sin mirarlo. —Nunca me preocupé por eso, sabía que Jun terminaría aceptando. Me preocupé por Woozi y Jeonghan. Sé que Seokmin va a seguirme, y Wonwoo solo quiere vivir, Mingyu lo aceptará si él lo hace.

—Pareces conocerlos demasiado bien.

Minghao casi se ríe. Claro que los conoce, tan bien como la palma de su mano aunque antes no los recordara. Desvía su mirada hacia Joshua y observa como este se limita a no ver nada frente a él, como si sus ojos estuvieran perdidos en alguna parte del mundo donde Minghao no pudiera alcanzarlo. Bien, la costumbre de ambos es ocultar secretos así que Minghao puede reconocer uno cuando lo ve.

—Mi padre amaba a su país.— Dice sin ánimos. —él era completamente fiel, un soldado más que persona. No comprendía su devoción por algo que lo estaba dejando morir. Hasta que me quedé sin recuerdos.— Joshua por fin gira a verlo. —Cuando no eres feliz te aferras a cualquier cosa para dedicarle tu vida, porque sabes que no podrás vivir sin ello. Yo nunca podría ser feliz alejado del mundo, tan diminuto entre montañas, mirándolas desde abajo...Así que me aferre a encontrar la verdad.

Joshua parece estar a punto de reír, su sonrisa apareciendo de la nada y muriendo tan rápido como llegó. Minghao comprende ese gesto en él, por alguna razón sabe lo que Joshua intenta mostrar.

—Eres como tu padre ¿verdad? Tan aferrado a cuidar de lo que ama, aunque tenga que dejar su vida de lado, o su familia. Las personas así no pueden ser felices.

Minghao se encoge en hombros. Quizás Joshua tenga razón, quizás Minghao no puede ser feliz porque es imposible lograr lo que él quiere, lo que desea desde que su hermana menor nació, pero da igual. Mientras pueda acercarse a ello, mientras que pueda mantener su ideal estable y nada lo tambalee puede estar en paz. Su padre vivió infeliz con la impotencia de no poder servir más a lo que ama, y Minghao no tomaría el mismo camino.

—Soy feliz.— admite en voz alta. —Justo ahora lo soy, aunque me tiraste un edificio encima.

—El objetivo era matar a Woozi, me asegure de que estuvieras lo suficientemente lejos para hacerlo. Y me asegure de que nosotros estuviéramos cerca para salvarte. —Joshua suspira dando tres pasos hacia atrás. — Despues de todo eres nuestra moneda de oro.

Minghao asiente.

Se siente como una herramienta, como su padre alguna vez fue orgulloso de sentirse, apenas un peón en los planes de un ser intangible. Y es que las tres ciudades más grandes parecen amantes de las armas; ya sean las construidas o las de carne y hueso como Minghao. Y es gracioso para Minghao, porque trabajó para ellos sin darse cuenta, como un localizador y negociante para por fin atrapar a Woozi. Un proyecto que llevó dos años crear.

Perdido [JunHao][M-PREG]Where stories live. Discover now