Simplemente una historia de amor, pero lamentablemente no el amor al que están acostumbrados a leer. Una historia honesta y sincera de amor propio, que a fin de cuentas es el que todos necesitamos ¿no?
Si te interesa leer una historia cursi pero bo...
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☀︎ Capítulo Diecisiete ☀︎
❝ Never have I ever met somebody like you, used to be afraid of love and what it might do, but goddamn, you got me in love again... ❞
Hartley ☀️
Mi vista se fija en la puerta del colegio.
Primer día de clases.
Ya estoy aquí, sin embargo soy incapaz de avanzar unos metros más para oficialmente estar en el instituto.
Y es que tengo miedo. Tengo miedo de las personas, de lo que pensarán y dirán de mí. Me da vergüenza mi apariencia y siempre estar sola. Me aterroriza hablar en clase frente a todos, y que todos me miren y juzguen.
Comienzo a considerar la opción de darme la vuelta y correr, pero Salvador se encuentra en el auto observándome, porque sigue sus órdenes de no irse hasta estar seguro de que realmente ingresé a la escuela.
De repente siento que alguien toma mi mano y giro mi cabeza a la izquierda asustada, aunque ese sentimiento se va cuando veo a Cole parado a mi lado con una sonrisa tranquila en el rostro.
Me da un rápido beso en los labios y me susurra un dulce "¿lista?" a lo que mi corazón responde saltándose un latido y mi cabeza con un asentimiento.
Y juntos, de la mano, Cole y yo finalmente ingresamos al colegio justo a tiempo.
Una vez allí puedo sentir las miradas de todos clavadas en nosotros pero las ignoro (o al menos eso intento). Una vez que el timbre anuncia el comienzo de las clases, caminamos por los pasillos hasta que no nos queda otra opción más que separarnos.
Antes de poder dirigirme a mi salón, escucho que Cole habla.
-No seas demasiado dura contigo misma,- me dice.
-Lo intentaré.
Con el corazón en la garganta y las manos temblando ligeramente, camino rápidamente al aula 14, donde tengo clase de Física.
Ni bien abro la puerta siento como las miradas de todos mis compañeros de clase se clavan en mí, y ya puedo imaginar lo que están pensando.
Intento darles el menor tiempo posible para juzgarme y avanzo cabizbaja hacia los bancos del fondo.
Me quedo en silencio mientras todos gritan y ríen. Barro la mirada por el aula y puedo distinguir los grupos de amigos allí. Hay unas chicas hablando emocionadas con enormes sonrisas en el rostro, y chicos mirándolas, e incluso algunas parejas. Todo me parece falso.
