Soltó un suspiro cargado de cansancio mientras dejaba su abrigo en el gancho junto a la puerta, había sido un día agotador, como todos los anteriores.
Sin querer arrastraba los pies debido al agotamiento que sentía, apenas había aflojado su corbata y abierto la puerta de su habitación cuando se tensó al ver que había alguien ocupando su cama.
Su primer instinto fue sacar el arma que llevaba al cinto pero la otra persona reaccionó más rápido en cuanto percibió su presencia en la habitación.
-Pensé que llegarías más tarde -la voz, en lugar de calmarlo, hizo que su espalda se enderezará a más no poder, provocando una mayor tensión en sus músculos.
-Nakiri... -con el ceño fruncido cerró la puerta tras de sí y apoyó su espalda contra la misma, mirando a la mujer con incredulidad.
Ni siquiera le preguntaría cómo había entrado a su casa.
-No sé si te alegras de verme o no, Yukihira -espetó la mujer, cruzándose de brazos. Ahí se percató que llevaba una bata de dormir color oro viejo, de seda, sin mangas, haciendo relucir su piel bajo la luz de la lámpara de noche como si estuviera espolvoreada en oro.
-También me estoy preguntando lo mismo -murmuró él, decidiendo acercarse a la cama, para empezar. Los intrigantes ojos color amatista de ella le miraban con humor y picardía.
Había algo muy intrigante en la forma en que le hacía sentir. En cómo sabía que debía mantenerse en guardia pero siempre quería doblegarse ante ella. Quería luchar contra lo que le provocaba, pero sabía por igual que era una batalla perdida.
Decidió relegar sus pensamientos lógicos al fondo de su mente y actuó en automático, inclinándose hacia la figura femenina que le miraba ahora con curiosidad.
Sus labios se posaron en la frente de Erina, suave y fugazmente, sorprendiéndola.
Cuando Sōma se apartó, ella no pudo más que admirar su rostro, aún cargado de cansancio.
-Fallaste -fue lo que Erina dijo, después de un breve silencio que duró un latido.
-¿Que fallé...? -Su ceño se frunció, luciendo contrariado, hasta que Erina lo inclinó hacía sí, tomando sus labios entre los suyos.
Ah. Con que a eso se refería.
Le enmarcó el rostro con las manos, acariciando la suave piel de sus mejillas con sus pulgares en el proceso, mientras sus bocas seguían en su labor de arrancarse suspiros mutuos.
Sintió los dedos de Erina hundirse en sus cabellos y suspiró de forma placentera. Nakiri Erina sería la causante de su final, estaba seguro.
Se apartaron, respirando de forma un poco forzosa mientras se analizaban mutuamente. Erina podía ver el brillo en aquellos ojos dorados, de que lo había tomado por sorpresa pero había sido de buena manera.
Era increíblemente encantador.
-No falles la próxima vez, Yukihira -acarició los labios de él con la punta de sus dedos.
-No lo haré, Nakiri -respondió con voz rasposa, pero ni el mismo sabía si se refería a no fallar de nuevo ante el deseo por ella, o volver a besarla.
-Fin-
Creado: 15-08-19
Corregido: 03/04/2020.
YOU ARE READING
«Our Encounter» Series
FanfictionÉl era un detective y ella sospechosa del caso en que trabajaba, se suponía que esa era la única relación que tendrían pero el destino y sus encuentros fortuitos estaban listos para demostrarles lo contrario.