Cap 49

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-¡GASTON!- gritó Nina desde la cocina causandome un gran susto -¡EL BEBÉ YA VIENE!- gritó de nuevo

-¡¿QUÉ?!- grité alarmado y ya que estaba en el baño sentado en el inodoro me levanté y sin si quiera limpiarme o levantarme los pantalones fui saltando hasta la cocina. No debí comer esos frijoles en la cena de recién. En cuanto llegué vi a mi esposa apunto de desmayarse, apenas podía respirar, y por sus piernas se derramaba agua. Me levanté los pantalones y me abroché el cinturón rápidamente para acercarme a ella y llevarla hasta el sofá

-Tranquila, tranquila, tranquila mi amor- dije intentando calmarla pero ni yo podía calmarme no imagino ella -Voy por el bolso, respira- corrí hasta la habitación, suerte que ya tenía listo el bolso desde hace días nunca se sabe cuando tu bebé querrá salir.

Después de tomar el bolso, regresé a la sala y levanté a Nina para llevarla al auto. Metí el bolso en el baúl y me subí al asiento del conductor.

-Respira, Nina, ya vamos en camino- le dije a mi mujer quien estaba sentada en el asiento trasero -Oh, no- dije al darme cuenta de algo

-¡¿Oh, no qué Gaston?! ¡¿Qué pasó?!- gritó

-Olvidé las llaves en el cuarto- salí del auto y volví a entrar a la casa ¿Cómo pude olvidar las llaves?

-¡Apurate, Gaston! ¡Estoy a punto de dar a luz!- oí que gritó

Cuando por fin tenía las llaves del auto en mis manos, volví a bajar por las escaleras y cerré la puerta de la casa. Me subí de nuevo en el auto y ahora sí lo puse en marcha para dirigirnos al hospital. Por suerte no había tanto tráfico ya que era de noche pero para nuestra mala suerte el camino más corto hacia el hospital se había cerrado debido a que estaban reparando la calle y tuvimos que tomar el camino largo.

Durante todo el camino intenté calmar a Nina, estaba muy alterada, su cara estaba roja y empapada de sudor aún faltaba unos minutos para llegar al hospital así que intenté manejar lo más rápido que estaba permitido.

-Ten calma, mi vida, ya casi llegamoa vos solo respirá-

-¡Rápido, por favor!- dijo

-Tranquila-

-¡Ya viene!-

-Sé paciente, nuestro hijo no puede nacer en un vehículo-

-¡¿En serio me pides que sea paciente?! ¡Nuestro hijo ya quiere salir! ¡¿Acaso tienes idea del dolor que estoy sintiendo en este momento?!- gritó eufórica -¡No lo lograré, Gaston, no lo lograré!-

-¡Claro que sí! ¡Lo vas a lograr! ¡Confía en mí!- dije volteando a verla y le sujeté la mano para calmarla.

Mi error, no vi que el semáforo se había puesto rojo. Cuando regresé mi vista al frente alcancé a ver el semáforo cambiar de color y a nuestra izquierda venía un camión enorme. No tuve tiempo de reaccionar y lo último que escuché fue un tremendo ruido y mi vista se apagó.

...

Sentí un fuerte dolor de cabeza apenas podía recordar lo que había pasado. Escuchaba a mi al rededor voces, llantos y sirenas, no podía sentir mi cuerpo y no veía nada.

Intenté abrir los ojos pero los colores se mezclaban pero pude distinguir que seguía siendo de noche ya que no se veía la luz del sol, sólo algunas luces de faroles. Podía sentir como me levantaban del suelo y sentí muchos dolores en el cuerpo como si un camión me hubiera pasado por encima.

Esperen ¿No fue eso lo que pasó?

Me recostaron en algo que se sentía un poco más cómodo que el suelo. Mi vista por fin se aclaró y pude divisar la ruta, había mucha gente al rededor, y muchos policías, bomberos, y sus autos. Alcancé a ver un gran camión volcado y un auto destruido, un segundo ¡¿Es mi auto?! No puede ser.

El Regreso de Gastina [TERMINADA]✔Where stories live. Discover now