Capítulo 27: Misión de Facción #2

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"No dejaré que manches mis zapatos con tu asquerosa saliva. Ahora, conviértete en una pequeña zorra obediente y muéstranos el camino." soltó Káel, mientras continuaba intimidando al hombre; que ahora olía a orina.

« Nota mental: Jamás provocar a Káel. » pensaron Lennox y Nicov simultáneamente.

« Káel da más miedo que Kendra. » pensó Killian, apartando la mirada de la escena rápidamente, mientras recordaba el día que lo abandonó en el bosque por culpa de un enorme oso rojo.

« Espero que ya haya olvidado aquella pequeñez y no me guarde resentimiento... » suspiró con temor. Kendra podría ser una loca demente por momentos, pero Káel era un genio psicópata de 8 años de edad, que actualmente podría faenar humanos sin pestañar ¿Qué pasaría en un par de años? ¡Sería mejor no tenerlo de enemigo para entonces!

Pero los más impactados por las acciones de Káel, fueron Cedric y Aldair.

« ¿Qué hubiera sucedido si en aquel entonces me comportaba como Káel ahora? ¿Si yo hubiera sido diferente cuando se rumoreaba sobre que aquel traidor nos quería vender a todos? ¡He sido muy indulgente y estúpido en el pasado! Por mi culpa, y debido a mi indulgencia, toda mi facción casi fue destruida por completo. Pero, Káel no dudó al matar a los enemigos que encontramos en el bosque antes, para no dejar testigos. Ni tampoco titubeó al castigar a este idiota que quería arruinar nuestra misión actual, justo antes de empezarla... ¡Debería aprender de Káel sobre como ser un líder más decisivo! » Aldair tenía sus ojos inyectados en sangre, hoy sentía que había aprendido lo que era ser alguien, decisivo, temido, y confiable como aliado. Y todo gracias a un niño, que tenía menos de la mitad de su edad. De haber actuado así en el pasado, no habría perdido a varios de sus amigos en las manos de los Toros Negros durante aquella fatídica noche...

Aldair odiaba hasta la medula a los Toros Negros. Su novia y su mejor amigo, ambos habían sido severamente lesionados durante aquel ataque sorpresa a la base de su facción, y tuvieron que abandonar la vida en la Academia Celeste a raíz de esto.

Luego de ser aprovechada brutalmente por varios miembros de los Toros Negros, el rostro de su novia fue quemado por algún tipo de ácido; provocándole una total ceguera. Por otro lado, su amigo de la infancia quedó cuadripléjico después de una brutal golpiza.

El odio que sentía Aldair no era algo que pudiera explicarse con palabras.

« Si realmente voy a vengarme de ellos, debo ser más como Káel desde ahora. » Aldair tomó esta decisión con fuerza en su corazón, intentaría dejar de ser tan blando desde ahora.

Cedric, por otro lado, estaba sin palabras. Siempre supo que Káel era un poco retorcido en su forma de actuar, pero el día de hoy le había llevado este pensamiento a otro nivel.

« Si en aquel entonces me hubiera opuesto totalmente al hecho de que él asuma como el nuevo líder de la facción ¿Estaría yo vivo hoy? » Cedric considero esto con cuidado. Aunque antes le había llevado la contra a Káel en algunas ocasiones, nunca había sido nada demasiado exagerado. Pero hoy sintió que había alcanzado una nueva perspectiva sobre la personalidad retorcida de Káel, y sintió que sería sensato no volver a provocarlo.

Algunos pocos minutos después, el grupo alcanzó a la caravana de comercio.

Estaba compuesta por cinco carretas y un elegante carruaje de madera. Cada carreta estaba siendo tirada por dos grandes mulas de carga y estaban cargadas totalmente con mercadería; la cual no era visible, debido a que estaba completamente tapada con gruesas lonas y mantas de colores.

Káel pudo apreciar que había un conductor en cada carreta, y también unas dos personas en el elegante carruaje.

Un hombre alto, y con bigote puntiagudo, salió del carruaje y se acercó al grupo, diciendo:

Mi Séptima Reencarnación ✔️ Libro 1 ✔️ Deidades Arcanas saga ✔️ COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora