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Los pasillos de camino a la sala de reuniones, en el cuartel general, estaban vacíos y silenciosos, como siempre

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Los pasillos de camino a la sala de reuniones, en el cuartel general, estaban vacíos y silenciosos, como siempre. Danae llamó a la puerta y entró sin esperar respuesta.

¿Y bien? - preguntó ella observando cómo sus compañeros miraban el mapa con detenimiento. Sabemos que uno de los capitanes de la otra muralla saldrá de expedición con sus subordinados, serán unos cinco contando con él, así que la formación será la de siempre, pero hay que estar atentos y guardar las distancias. – Diciendo esto, Kilian marcó los puntos clave en el mapa y dio por finalizada la reunión.

Antes de salir de la sala, Danae notó un tirón en el brazo. Era Kilian, con mirada de pocos amigos. Esta lo entendió y, con cara de desagrado, se dirigió a él de mala gana.

- Dime, qué quieres.

- Ya te tengo dicho que no llegues tarde a las reuniones, ¿dónde estabas? 

- Por ahí. 

Kilian abrió la boca para echarle una buena bronca, cuando de repente se escucharon murmullos mezclados con leves risas de fondo.

Nil, shh, cállate que nos van a escuchar. – dijo una voz femenina tras la puerta.
Cállate tú, que no me dejas... ¡Aaaaaah! – Antes de que pudiera terminar de hablar, Kilian abrió la puerta y ambos cayeron a los pies de su capitán, que con cara de desaprobación se dirigió hacia Danae y le hizo un gesto para que lo siguiera.

Al llegar a la oficina de Kilian, él la invitó a acomodarse.

Te noto ausente. 

Danae suspiró.

Me preocupa Aine, tiene poca experiencia para esto. Además, es demasiado joven y me distrae de mis prioridades. Lo siento. 

No te preocupes, si está aquí es porque puede cuidarse ella sola. No uses esto como excusa, todos sabemos lo distraída que eres. 

¿Distraída yo? Venga ya.

 ¡Siempre llegas tarde a las reuniones, en ocasiones ni siquiera te presentas, te olvidas de dónde has puesto la capa y tu equipo tridimensional, incluso confundes nuestros nombres!

Bueno, cada uno es como es. Además, siempre salgo del paso con cosas muy ocurrentes, ¿o no? – Guiñando un ojo y mostrando una sonrisa de no romper ni un plato, fue abandonando la oficina bajo un suspiro de Kilian.

Al día siguiente, Danae se despertó más temprano de lo normal para que nadie tuviera que reprocharle nada. Después de vestirse y desayunar fue a los establos a preparar a su caballo para la expedición. Escuchó el sonido de los cascos de los caballos contra el suelo. Terminó de asear a su caballo, se subió, lo espoleó y se encontró con sus camaradas en la salida.

Cabalgaron durante un cierto tiempo hasta ver finalmente el bosque de los Árboles Gigantes.

Mantened la formación por aire. Ojo con el gas, no quiero que pase como la última vez. - Avisó Kilian.¿La última vez cuando tuviste que rescatar a Danae? – Aine juntó sus manos para formar un corazón. – ¡Au! – Recibió un leve golpe en su nuca.
No hables más de la cuenta enana. – Le dijo Danae, sonriendo.

Saltaron de los caballos y soltaron los ganchos a una distancia prudente para maniobrar. Una horda de titanes se acercaba. Se miraron entre ellos y de un único corte, cada uno de ellos acabó con la vida del conjunto, menos uno que iba por su cuenta.

¡Un excéntrico! ¡No os separéis ¡Sí, Capitán! – Asintieron al unísono.

De alguna manera algo llamó la atención de aquel titán e hizo que desviara su rumbo.

¡Ajá! ¡Aquel asqueroso titán vio el filo de mi cuchilla y optó por irse! ¡Muy hábil! - Aine habló mirando hacia el camino que tomó el titán sin darse cuenta que se había separado del grupo, y cuando volvió la vista al frente, se encontró de bruces nuevamente con ese excéntrico de aproximadamente 4 metros, con el que se chocó.
¿Dónde se ha metido esa cría? – Dijo Kilian con notorio enfado.
¡Dios, te lo dije Kilian! Seguid vosotros, iré por ella. – Danae cambió su trayectoria para buscar a su compañera. Saltó de copa en copa hasta visualizar por fin al titán excéntrico y a su compañera en el suelo un poco dolorida.

Sacó las cuchillas y soltando gas pasó delante de la cara del titán, clavándose en sus ojos.

Vete con la formación Aine, os alcanzo ahora mismo. 

En cuanto estuvo lo suficientemente cerca del punto débil del titán, no dudó ni un segundo en hacerle un buen corte, pero entonces agudizó la vista, y sus ojos se abrieron quedándose pasmada. "Mierda". Tenía que actuar rápido y, sobre todo, evitar contacto visual. Soltó nuevamente gas y se adentró en el bosque. Escuchaba unos gritos algo distorsionados por la distancia. - ¡Detente! – Pero la voz fue cediendo hasta perderse en el murmullo del bosque. La adrenalina del momento le provocó una respiración errática.

¿Qué te pasa? ¿Estás bien? - La familiar voz de Kilian hizo que ella volviera en sí.
Uno de los soldados de la otra muralla me ha visto. 

En ese momento, todas las miradas se posaron en ella, seguidas de un silencio sepulcral.

En nombre de YmirWhere stories live. Discover now