Rayden

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El cuartel imperial se encontraba más lleno de lo que habían previsto. Miles de soldados aguardaban en la entrada norte e incluso logró ver a uno de los inquisidores dando órdenes a los presuntos generales imperiales.
"¿Habían tres, donde estarán los otros dos?" Pensaba Rayden desde una pequeña protuberancia lejana, mientras observaba por los binoculares de Kira.

— ¿Entonces que haremos?— preguntó impaciente Kyle a su derecha mientras separaba su ojo de la mira del francotirador.

— Tendremos que entrar, y distraerlos.—dijo Kira.

—Necesitaremos una carnada.— dijo Rayden desde el interior de su casco.

Tanto Kira como Rayden dirigieron sus miradas a Kyle, quien solamente levantó los hombros.

El terreno que rodeaba a la base imperial era árido, el suelo tenían grietas y solo algunas protuberancias donde el trío podía pasar desapercibido ante los ojos de los imperiales. Kyle iba en la cabecilla, seguido por Kira y al final Rayden, siempre con la vista atenta a cualquier objeto sospecho. Recordaba que los imperiales eran bastantes ingeniosos, cuando Mandalore cayó, logró salir de ahí con Yannick y algunos miembros de su clan y el de Beatrix, pero había sido difícil.
Siguieron caminando con la cabeza abajo, moviéndose rápida y sigilosamente, cada vez más cerca de la entrada a la base imperial. Este estaba custodiada por siete soldados imperiales, y un caminante imperial. Uno de los nuevos artefactos que el imperio había agregado a sus tropas y ejércitos.

— Yo derribare al caminante.— dijo Rayden.— Mientras que Kyle se acerca hacia los imperiales. Kira tú rodea el terreno, asegúrate que no vengan más.

Ambos asintieron, Rayden comenzó a apuntar al caminante con su muñequera que disparaba cohetes. Mientras que Kyle se mostraba antes los imperiales y Kira desaparecía en lo oscuro del planeta.

— ¡Manos arriba!— grito unos de los imperiales apuntando a Kyle.

— Tranquilos me estoy entregando.— dijo en un tono burlesco mirando a Rayden.— Soy Kyle Hoytt.

Los imperiales comenzaron a bajar las armas, y Rayden estaba a punto de disparara sus cohetes hacia el caminante, ignorando su entorno y escondido detrás de unos enormes contenedores imperiales. Sintió una arma cargar detrás de su casco, al dar media vuelta vio que alguien le estaba apuntando en su cabeza.

— Querido Rayden, suelta tu arma.— dijo Kyle riendo.

—¿Que haces Kyle?— preguntó confundido.

— No debieron confiar en mi, como sabrás solo soy un cazarrecompensas y lo primero es el dinero.— esbozó una sonrisa malévola.— ¡Vamos, llévenselo!— grito hacia los soldados imperiales.— No le quiten su casco, es algo muy importante para los mandalorianos.— dijo unos de los imperiales que tomó a Rayden de lo hombros. — Hay una chica Twi'Lek, búsquenla.

Kyle entró en la base imperial seguido de un Rayden esposado y desarmado. Los imperiales a le quitaron su armas y partes de su armadura, pero no le quitaron su casco. Lo escoltaron por un pasillo negro y blanco, con varias compuertas a sus lados, por ellas logró ver que habían seres en sus interiores. Abrieron una de las celdas y lo encerraron, se sentó el en piso de la celda. Espera poder ver mediante su visor algo, pero las paredes eran muy gruesas y no le permitían ver nada.

Al tiempo después Kyle apareció entrando  en su celda, se quedó parado mirándolo durante mucho tiempo, Rayden no hizo nada.

— No hemos encontrado a Kira.— dijo Kyle.— Pero te aseguro que la encontraremos y me aseguraré de que veas su cabeza.— lo apunto.— Dicen que si a un mandaloriano le quitan su casco, es peor que morir.

Kyle silbo y tres soldados imperiales entraron y pusieron de pier a Rayden, quien mantenía su cabeza abajo. Kyle lo
miro de pies ha cabeza, y de un solo movimiento le quito su casco, mostrando su cara por primera vez después de mucho tiempo.
Rayden cerró los ojos, había defraudado a su familia, a su clan y su planeta, a sus amigos, le había fallado a todo y sentía que se merecía eso.

— Siempre pensé que eras rubio.— dijo riendo pasando su mano sobre la espesa cabellera negra de Rayden.— Y pensé que tenías los ojos cafés. Pero son verdes.

Sacó un pequeño cuchillo de su cinturón, y pasó su filo por la cara inexpresiva de Rayden. Para después volver empujarlo contra la pared de la celda.

—¿ Porque haces esto?— preguntó Rayden desde el piso.

— Dinero.— respondió Kyle acuclillándose.— Todo es sobre el dinero.

Rayden se abalanzó contra el, haciendo que su puño chocara contra la recta nariz de Kyle. Los imperiales volvieron a tomar de los hombros a Rayden, mientras que Kyle se levantaba con su mano en su nariz, intentando sacar la sangre.

— ¿Lo matamos, señor ?— preguntó unos de los soldados.

— No.— miró fijamente a Rayden.— Hoy no.

Kyle dejó la celda con su mano sobre su nariz, seguido de los tres imperiales. Rayden se volvió a sentar en el piso, y tomó su casco que estaba en una de las esquinas de la celda.
" rompí mi promesa, ya no soy digno de vestir el casco" pensó con tristeza.

Metió su mano dentro de una de sus muñequeras, y sacó el cuchillo que logró quitarle a Kyle durante su corto enfrentamiento. Lo miró fijamente, tenían la empuñadura negra, y la hoja era metálica, tenían un pequeño botón en su empuñadura, el lo apretó lo que causó que una corriente eléctrica recorriera la hoja del cuchillo.

Ahora solo le faltaba idear un plan para escapar, y ademas otro para matar a Kyle.

Star Wars: THE BROKEN ORDER Où les histoires vivent. Découvrez maintenant