No paré de correr, giré sobre mi eje con la pelota en mis pies para confundir a mi atacante, vi un hueco entre sus piernas y el pasé el balón por ellas. Corrí y volvi a recoger la pelota, miré un solo segundo al frente y calculé las dimensiones de la porteria y el lugar donde se encontraba el portero, me preparé y chuté lo mas fuerte y colocado que pude. La pelota entró justa por la escuadra mas cercana a mi y el portero no pudo hacer nada.
-Muy buena Ian-gritaron mis compañeros. Quizas no era popular en el instituto pero a la hora de jugar al futbol era conocido por todos. Basicamente era el mejor del instituto y eso que nunca habia estado en un equipo ni nada, simplemente de un tiempo ha esta parte me habia vuelto mas rapido y fuerte. Tambien se notaba en mi apariencia ya que mis musculos parecian haberse desarrollado, y las chicas parecian haberlo notado tambien.
-Bien echo chicos, es la hora, todos recoged las cosas y a clase.-dijo el profesor. Me giré y me encontré con tres chicas de mi clase mirandome con ojos golosones.
-Buen tiro Ian-me felicitó una de ellas lo que estubo acompañado de unas risitas por parte de las demas. Yo me puse algo rojo y les di un pulgar arriba y una sonrisa lo que probocó otras risas y que se marcharan en corrillo.
Estabamos en clase de dibujo, habiamos estado estudiando las tecnicas para dibujar retratos y la profesora nos dejó dibujar la cara de cualquier persona. Podia ser el compañero de al lado, nuestro padre o madre, cualquier familiar o una persona a la que recordemos. Y yo tube que dibujarla a ella, a Lydia. Cerré los ojos en busca del mejor recuerdo de su rostro, y sin duda el elegido fue el de la pequeña fiesta en la playa. Con sus brazos rodeandome el cuello y sus ojos clabados en los mios. Cuando tube la clara imagen de su cara comencé a dibujar, primero lapiz, despues repasé mas fuerte para que se marcara bien, colores y por ultimo sombras.
-Increible señor Brown, es un magnifico dibujo.-dijo la profesora inclinandose en mi mesa.
-Gracias.-respondí con una sonrisa.
-Perdona la pregunta pero...¿Quien es?
-Una chica-respondí observando el dibujo embelesado-la conocí estas semana pasada, cuando estuve de viaje.
-Bueno, es muy guapa.-me susurró y al instante la puerta de la clase se abrió y la jefa de estudios apareció en su marco.
-¿Ian Brown?-preguntó y toda la clase se giró hacia mi y al instante me puse palido, yo no era un chico que se metia en problemas, ni de broma, nunca habia tenido que hablar ni con la jefa de estudios y mucho menos con el director.
-¿Si?-pregunté y la jefa de estudios miró en mi dirección.
-Por favor ven conmigo y recoge tus cosas.-asentí y despacio recogí mis cosas repasando todo lo que habia echo a lo largo de mi vida escolar, no habia nada malo ni nada reciente que pudiera ser merecedor de una expulsión, ni de una charla siquiera. Me levanté y me eché la maleta al hombro, subí mi silla al pupitre y salí de la clase con la jefa de estudios.
-¿He hecho algo?-pregunté algo asustado.
-No puedo decirte nada, de echo, no se nada.-no entendí que significo eso pero la sinceridad en los ojos de la mujer me decia que realmente no sabia nada así que me limité a seguirla hasta el despacho del director.-Entra.-me ordenó la jefa de estudios y obedecí. Dentro del despacho estaba el director, dos hombres de negro y mis padres. Entonces si que me preocupé de verdad.
-¿Qué pasa?-pregunté y rapidamente mi director señaló una silla vacia frente a él, tomé asiento y esperé mi respuesta.
-Estos hombres-señaló a los hombres vestidos de negro con gafas de sol-deben hablar contigo, yo no pinto nada así que me marcho.-el director se levantó y se fue. Su sitio fue ocupado por uno de los hombres de negro, el que parecia mayor.
-Como principal Ian, tranquilo, no es algo malo.-dijo el hombre con una voz fuerte y firme.
-Segun por donde se mire-susurró mi padre y yo me asusté aun mas.
-Te lo explico desde el principio.-aunció el hombre.-Segun los registros te realizaste el test de ADN en el aeropuero de Atenas. Tus muestras fueron comparadas con las de una persona normal y se percibieron diferencias, pequeñas mutaciones en tu ADN que deribarán en caracteristicas. Las cuales debes aprender a controlar.
-Genial, soy un X-Men ahora.-interrumpí al hombre. Realmente no sabia que pensar y cuando no se que pensar acudo al sarcasmo y las bromas, odio no tener respuestas para algo.
-Si prefieres verlo así. La cosa es que nosotros.-señaló a su compañero y luego a si mimo.-somos de una organización mundial de todos los gobiernos, nos llaman buscadores, y nos encargamos de buscar. En concreto a otras personas que dieran diferencias en esos test. Tu no eres el unico con estas caracteristicas, por ello todos sereís llevados a un centro donde os ayuden.
-La E.P.P.D-anunció su compañero que tenia una voz dulce y mas amable.-Escuela Para Personas Diferentes. En ella otros chicos como tu aprendereís a usar vuestros "poderes" y servireís de algo a los gobiernos. Os convertirán en algo parecido a agentes especiales.
-Para que puedas venir necesitamos la autorización de tus tutores.-habló el hombre mas mayor de nuevo y señaló a mis padres.-De todas formas el gobierno acabaría encontrando alguna otra forma de llevarte ya que tus poderes o caracteristicas podrían ser perjudiciales para las personas si no se aprende a controlarlos. En ellos esta una sola decisión, o vienes por las buenas con nosotros o mandaran a otros para que te separen de ellos por las malas.-miré a mi padre que apretaba la mandivula y mi madre que miraba al hombre fijamente.
-¿Tu quieres ir hijo?-me preguntó mi madre despues de unos minutos de silencio deliberando.
-¿Los volveré a ver?-me giré hacia hombre y le hablé con firmeza, sin titubear, sin miedo en mi voz.
-Claro, una vez acabeís el adiestramiento tendreís tiempo para visitar a vuestros familiares de nuevo.-me respondió.
-¿Cuanto durará nuestro "adiestramiento"?-resalté con desprecio la ultima palabra ya que parecia mas bien referirse al entrenamiento de un perro que al de personas humanas.
-Entre 1 y 3 años, según vuestro nivel y vuestra capacidad para aprender.
-¿Todos somos adolescentes?
-Si, sorprendentemente todos los que presentaís estas caracteristicas en vuestro ADN teneís entre 15 y 16 años.-me quedé callado y pensé. Realmente me picaba la curiosidad por ir, chicos adolescentes con poderes en una escuela vete a saber donde preparandose para ser agentes especiales. A cualquiera le picaría la curiosidad, pero era demasiado tiempo, mis padres, mi hermana, mi instituto, dejaría todo atras por un largo periodo. Pero merecería la pena.
-Si, quiero ir.