De a poco

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Todas las noches Izuna dejaba su ventana abierta con la esperanza que Tobirama lo fuera a visitar. Incluso si el albino no se apareciera la ventana quedaba abierta y esto lo podían notar sirvientes que eran fiel a la familia y quiénes no.

Una noche de invierno la ventana se deslizó lentamente, por suerte Tobirama había llegado minutos antes y vigilaba el sueño de su novio. Así vio una sombra que se deslizaba en la oscuridad de la noche, de manera sigilosa agarro su espada que descansaba a su lado y sin que esa persona se diera cuenta, Tobirama ya estaba detrás de él y sin dudar corto su garganta.

Izuna a los minutos se despertó debido a olor a sangre aún así su sueño no se perturbo demasiado ya que pestañeaba ya que estaba despertando apenas.

Tobirama suspiro cansado y eloezo a regañarlo- ¿Ves? Por esto te digo que cierres tu ventana-

- Pero quiero que vengas a verme- Se acurrucó de nuevo Izuna- Ven a dormir-

- No, algún día un extraño vendrá a tu puerta y tú abrirás como si nada-
Hiruzen tenía una duda que le venía afectando hace días y es que su sensei ya no iba a los entrenamientos ni tampoco pasaba mucho tiempo en la oficina. Eso le preocupo a Hiruzen pues quería mucho a su Sensei.

Lo veía como su segundo padre al cual le podía contar todo y viceversa. O eso creía el hasta que un día después de la madrugada vio como Tobirama se dirigia hacia la salida de la aldea.

No era un muchacho chismoso pero necesitaba saber que pasaba entonces decidio seguirlo. En ningún momento Tobirama lo vio y tampoco sintió su chakra dejando la tarea de Hiruzen más fácil. El camino se le hizo muy largo pues era como 20 km lejos de la aldea y a cada paso no entendía porque Tobirama se tomaba tanto tiempo en ir allá. Cerca del amanecer llegaron a una casa que a ojos de Hiruzen parecía abandonada

Tobirama abrió la puerta como si nada y exclamó un "ya llegue". Hiruzen ya tenía una teoría y es que su Sensei se había vuelto loco hasta tal punto de creer que esa casa era su casa esperando que alguien lo recibiera

El Sarutobi se lamento por aquello pero su teoría fue descartada cuando sintió a alguien bajar la escalera y saludar al albino.

En ese momento las neuronas de Hiruzen dejaron de funcionar.

- ¿Quien mierda es?- Pensó en voz alta y sintiendo como alguien se acercaba a la puerta. Hiruzen reacciona rápido y se escondió en las ramas de un árbol antes de que su maestro lo viera

Algo estaba claro y es que Hiruzen iba a descubrir quien era la persona que estaba dentro.

Dentro de la casa Izuna veía como Tobirama abría la puerta enfadado. Izuna no había escuchado nada ni había sentido el chakra de nadie pero al parecer el Senju si

- Tobi- Llamo Izuna haciendo reaccionar al mayor para que cerrará la puerta.

- Perdón, pensé escuchar a alguien- Se disculpo.

- No pasa nada- Izuna rodeo el cuello de Tobirama y lo beso en los labios haciendo que el albino se calmara- Aunque estoy enojado contigo- Fingió estar enojado y hizo un puchero

- ¿En serio? ¿Por que?- Pregunto Tobirama caminando aún con Izuna abrazado a el

- Porque te fuiste y no te quedaste desde ayer. Ahora no te daré la sorpresa que tenía pensada darte, Tobi malo- Golpeó su nariz despacio haciendo reir al albino

- Fue porque tenía que darle entrenamiento a mis alumnos y buscarles un buen reemplazo en lo que yo me quedo aquí- Respondió tirándose en uno de los sillones de la sala

El regreso de Izuna (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now