Mi soldado rebelde (LuffyxNami) LuNa

51. Reencuentro

Nami se encontraba dentro del autobús, ansiosa, no solo por el hecho de que se vería de nuevo con sus grandes amigos, extrañaba a Robin, a Usopp, incluso al pervertido de Sanji o al malhumorado de Zoro, a pesar de que todos eran bastante caóticos y poco comunes... se encariñó muy rápido con ellos. Y por supuesto, por sobre todo, extrañaba al idiota de su novio, a Luffy, hace meses que no se veían y estaba feliz de que pronto lo volvería a ver, que va, incluso, por primera vez en mucho tiempo, Nami se maquillaba con tanto esmero, nunca le importó realmente este tipo de actividades, pero algo le incitaba a hacerlo.

Eso ocupaba la mitad de sus pensamientos, la otra mitad, y la que más le causaba intriga, era el hecho de que... Era su último año en preparatoria, dentro de poco tendría que ir a la universidad, por supuesto que la carrera no era el problema, Geografía y Náutica son las dos carreras que sin miedo la pelinaranja estaba dispuesta a estudiar, el problema era donde... Realmente tenía muchas opciones, pero muchas de ellas eran privadas, y sabía de antemano que su familia no podría cubrir jamás esos gastos, en cuanto a las públicas, incluso eran de calidad superior que muchas privadas, pero su lejanía era exagerada, muchas cosas pasaban por su mente... ¿Cuando vería de nuevo a su padre? ¿Y su hermana? ¿Vería a Luffy de nuevo? ¿Tendrían que terminar y volverse solo amigos a distancia? ¿Y Robin? Cientos de pensamientos la atormentaban. 

Pero ya tendría que pensar en esas cosas más tarde, por el momento debía centrarse en terminar como se debía su preparatoria, ya después podría pensar en universidades y en planes a futuro plazo, después de todo, este era su presente y debía disfrutarlo.

Para distraerse un poco, recordó los sucesos ocurridos hace poco en Cocoyashi, la forma en la que Luffy y los demás, sin pensarlo ni un poco arriesgaron su integridad y hasta su vida, solo para salvarla, y ahora Arlong seguro se estaría pudriendo en prisión, o quizá le estarían electrocutando las bolas para que confiese quién más está involucrado en la mafia, pero de lo que estaba segura es de que estaba pagando por todo el daño que había hecho no solo a ella, sino a su familia y a su pueblo en general, estaba feliz, no podía ocultarlo. También recordó ese momento, el momento en el que Luffy le colocó el sombrero, simplemente cuando vio aquella acción quedó atónita, nunca pensó que el conocer a alguien le traería tantas cosas buenas, literalmente ahora Nami tenía una deuda de por vida con su tonto capitán, que estaba segura jamás podría pagar, suerte que se notaba que  lo que menos le hacía falta a Luffy era dinero. 

Y por sobre todo... aquel grito ensordecedor. 

"¡NAMI... TÚ ERES... MI NAKAMA!"

Espectacular, aunque solo era un título que seguramente todos en algún momento de su vida habían usado, para Luffy aquella palabra tenía un significado especial, invaluable, tanto que si insultabas ese término el pelinegro era capaz de destruir lavadoras sin parar, y sin desearlo también se volvió una palabra especial para ella, todavía no sabía el porque, pero con sentirlo especial le bastaba. 

Un tope provoca que la pelinaranja saliera de su trance por un momento, hasta que una voz conocida para ella resuena por todo el autobús.

-¡MALDITO CONDUCTOR, ABRE BIEN LOS OJOS!- Gritó a los cuatro vientos Boa Hancock

Y si, en la segunda fila de asientos se hallaba Boa Hancock junto a otra peliverde a su lado, suerte que Nami siempre se sentaba hasta atrás.

-Mierda... lo que me faltaba

¿La razón de porque Hancock no venía haciendo escándalo por todo el camino? Fácil, hasta ese momento estaba dormida, pero ahora que el conductor la despertó... el viaje ya no sería tan agradable ni para Nami ni para nadie en general dentro del autobús.

-Que descaro, te dije que era mejor ir en mi auto para no pasar por este tipo de infiernos... conductores de mierda

-Pero Hime, te recuerdo que perdiste tu licencia por atropellar al gato de aquella anciana, y a ella casi también, y yo aún no tengo edad para sacarla