O6.

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dices que las arañas se arrastraron dentro y se hicieron un hogar donde la luz alguna vez estuvo.


—¿Podrías tranquilizarte, por favor? —le preguntó el hombre, mirándolo fijamente.

Luzu temblaba en aquel momento. Negó con la cabeza y cerró los ojos, tragando saliva.

Había pasado una semana de lo ocurrido. El estado físico de Borja había mejorado notoriamente. Algunas heridas habían comenzado a cicatrizar, otras sencillamente seguían ahí.

Pero su estado mental era otra cosa. El castaño seguía teniéndole pánico a cualquier hombre —a excepción de Raúl y de sus amigos— que se encontraba.

Aquello era porque todos se comportaban igual con él. Parecía que ninguno se preocupaba, que todos tenían algún tipo de interés. Y eso hacía que todos le recordaran a su agresor.

Era completamente consciente de que no todos los hombres eran así, pero todos los que habían estado con él desde entonces sí, y eso hacía que le costase cambiar sus pensamientos.

Agradecía que, en ese corto tiempo, Raúl hubiera estado siempre a su lado. No había día que el moreno no consiguiese sacarle una sonrisa, y aquello le hacía feliz.

Por otro lado, sus dos mejores amigos también habían ido a visitarle en los últimos días. Se sentían demasiado culpables y se los veía destrozados por lo ocurrido.

Borja no sabía cómo decirles que estaba bien, que no pasaba nada, que iba a salir de aquella.

Si no lo hacía era porque no estaba convencido de que aquello sucedería.

f l a s h b a c k  🌙

Era lunes por la mañana y Luzu se encontraba en su cama, mirando el techo en silencio, algo triste porque Raúl aún no había ido a verle aquel día.

Eran cerca de las once y entendía que el chico tenía que dormir, pero es que él en verdad disfrutaba de su compañía. Se sentía algo egoísta en ese momento.

El tiempo que habían pasado juntos era algo que quedaría siempre grabado en la cabeza y en el corazón de Borja.

Se había despertado hacía casi dos horas. Había tenido una pesadilla y no había podido conciliar el sueño de nuevo después de despertarse, sobresaltado, por ella.

Así que ahora estaba sumergido en sus pensamientos, disfrutando del sonido que los pájaros hacían afuera y de la suave brisa que entraba por la ventana, levemente abierta.

Miró a su izquierda, de pronto. Encima de una silla se encontraba la chaqueta que Raúl le había dejado el día de la violación para que no pasara frío. Sonrió para sí mismo, se la tendría que devolver.

Raúl. No lo conocía desde hacía mucho, pero le inspiraba una gran confianza.

Aquel chico tenía algo que hacía que Borja quisiera estar junto a él para siempre. No sabía por qué ni el qué era, pero había algo, más allá del físico del moreno, que le atraía.

Quizás era lo atento que era con él, o tal vez era otra cosa, pero no podía negar que, de algún modo, sentía algún tipo de atracción hacia Auron.

Estaba sumergido en sus pensamientos cuando llamaron a la puerta y, sin esperar respuesta, entraron.

Su impulso fue el de esconderse bajo las sábanas, pero, al ver de quiénes se trataba, trató de esbozar una pequeña sonrisa.

seguro ; luzuplay.Where stories live. Discover now