Capítulo Uno

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Ahogué un suspiro al tenerlo tan cerca de mí. Sus labios rozaron los míos. Tenía miedo, miedo de lo que pudiera llegar a hacer. Finalmente me besó y le correspondí temerosa.

A mis dieciocho años de edad, no había besado a tantos chicos a lo largo de mi vida. Solamente a mi novio de primaria algunas veces y estos dos últimos meses me he estado besando con... Joder, debería concentrarme en el maldito beso.

Realmente no se sentía mal, casi podría decir que lo estaba disfrutando hasta que sentí su lengua invadir mi boca. Hubiera sido genial si yo también lo hubiera querido así, pero no. Todo estaba yendo muy rápido y me sentí incómoda.

—Matthew, espera —dije intentando  apartarlo con una mano en su pecho, lo cual fue peor, puesto que se acercó más. —Espera —insistí alejándolo de una vez con más seguridad.

Matthew rodó los ojos y por la expresión de su rostro se notaba que estaba fastidiado.

—¿cuál es tu maldito problema? —preguntó cruzandose de brazos.

¿Mi maldito problema? No lo sé, quizás el hecho de no sentirme confiada cuando estoy cerca de él. No confiar en él.

Se acercó a mí y me robó un beso, pero rápidamente lo aparté.

—Ni siquiera se tú edad, vamos —comenté cabreada. —¿cuántos años tienes en realidad?  —pregunté entrecerrando los ojos.

—veintiuno, ya te lo dije. —se acercó nuevamente con la intención de besarme.

¿Veintiuno? No, no, no.

—¡Dijiste que tenías diecinueve! —solté enojada alejándome de él.

—¡hoy es mi cumpleaños! —dijo haciéndose el ofendido.

—¡¿hoy es tu maldito cumpleaños?! —pregunté, realmente ofendida. —nos conocemos hace dos jodidos meses y no fuiste capaz de decirme que hoy era tu cumpleaños.

—Ahora lo sabes. —soltó tranquilo.

—¡pero de todas formas, no dijiste que tenías veinte, dijiste que tenías diecinueve! —ya a estas alturas mi voz se había alzado considerablemente —¡y tienes veintiuno! —finalicé indignada.

—Ya, Está bien —dijo poniendo sus manos en mi cintura —solo déjalo bebé...

—Me mentiste, eso es lo único que me duele. La edad es lo de menos. —Solté sin mirarlo a la cara, ofendida.

No recibí respuesta y entonces lo miré a la cara, Se veía enojado. ¿Enojado? ¡Pero si yo debería ser la enojada!

—¡y ahora qué te pasa! —grité harta.

Harta de esta situación. Harta de sus mentiras, de sus manipulaciones. Harta de él.

—¡Es mi maldito cumpleaños y ni siquiera te importa! —escupió fuera de sí.

—¡Me mentiste con tu edad! ¿Qué clase de persona miente con eso? —contraataqué.

Me sentía decepcionada, traicionada, engañada por él.
Agradecía que la costanera estuviera vacía a pesar de ser sábado, de no ser así muchas personas estarían mirando el escándalo que estábamos haciendo en público.

—¿sabes qué? —preguntó sarcástico —vete a la mierda.

Cerré mis manos en dos puños a mi lado al oírlo. la adrenalina corría por mi cuerpo a mil. Podría haber respondido muchas cosas, pero me desconcertó tanto su actitud que solo daría media vuelta para irme sin decir nada. Entonces me detuvo.

—Bebé, perdón... —dijo reteniendo mi brazo. Lo ignoré. —No quise decir eso, hey, no te vayas.

Su tono de voz era tan suave, que ni siquiera parecía que me hubiera mandado al carajo hace menos de un minuto. De pronto parecía otra persona.

—Me voy, no perderé mi tiempo contigo —dije avanzando por la costanera. —Además, Tengo ensayo de banda.

—Ah, claro —rió sarcástico —Ahora entiendo todo.

Me detuve abruptamente. Lo miré sin entender.

—Él, ¿verdad? —habló otra vez —No puedes estar sin verlo cinco días a la semana.

—Joder. Es la banda, Matthew, entiende. —solté cansada —no puedo faltar a los ensayos o el director va a castigarme con las presentaciones.

—Eres una mentirosa, Alexandra. —dijo alejándose —admite que solo vas porque quieres ver al tipo con el que te acuestas de vez en cuando.

Basta, no lo soportaba. No podía soportar sus palabras.

—Eres un  imbécil —Solté al borde de las lágrimas —¡Aarón es parte de la banda! Qué quieres, ¿que lo eche? ¡No puedo hacerlo!

—Es tan fácil, ¡solo abandona la banda y ya! —soltó como si fuera lo más fácil del mundo.

—¿sabes cuántos años de mi vida he entregado a la academia? ¡Siete! —grité empujandolo levemente —no voy a dejarlo por culpa de tus malditos celos, ¡cantar es mi pasión! —dije al borde de la desesperación. —Matthew, entiende. No estoy interesada en él, ¡estoy contigo!

¿En qué momento intercambiamos roles? Ahora resulta que yo era la que estaba dando explicaciones y él era el enojado. ¡Maldita sea, siempre manipulaba las situaciones!

—¡Es tu culpa! —habló furioso. —es tu culpa que yo esté celoso, ¡tú estas conmigo pero estás enamorada de él!

Cerré los ojos, cansada.

¿Que debía hacer? Ya estaba harta de la misma escena todo el tiempo, los  malditos cinco días de la semana que tenía ensayo de banda.

¿Debía dejar la banda? ¿Debía alejarme de Aarón? ¿Debía alejarme de Matthew?
Estaba demasiado confundida.

Lo peor de todo, es que Matthew tenía razón.

🌻🌻🌻

¡Hola girasoles!

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¡Hola girasoles!

Cuéntenme, ¿qué les pareció el primer capítulo?

Me haría muy feliz que apoyen ésto con una estrellita para saber si alguien me está leyendo, lo agradeceré mucho.

Los capítulos serán breves, pero intensos.
Pd. Este capítulo es el que debería haber subido mañana viernes 06.

¡Besos!

Aaron Beckett ©| Completa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora