Tres

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Los gritos del entrenador Choi retumbaba en nuestros oídos de atletas

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Los gritos del entrenador Choi retumbaba en nuestros oídos de atletas. Ya habíamos dado como treinta vueltas a la cancha, hemos hecho más de cien abdominales y lagartijas. Los entrenamientos para la intercolegiales eran muy duras, hasta el punto de dar con la última célula de tus músculos. Reventarlos hasta que no los puedas mover, pero la palabra "suficiente" no está en el vocabulario de nuestro grandioso entrenador que solo nos grita en insultos y pura mierda. Se me es cansador de solo tener que escucharlo.

— Bien, niñatas. Al parecer no pueden superar ni a mi esposa con el poco rendimiento físico que tienen, los quiero aquí mañana a primera hora. ¿¡Entendieron!? —grito con los brazos detrás de su espalda.

— ¡Si, señor! — al unísono.

— Más fuerte, ¡¿Les pregunté si entendieron?! —volvió a gritar con más fuerza.

— ¡Si, señor! ¡Entendido, Señor! — joder. Mañana jodida voz de pito que tendré.

— Bien. Pueden retirarse a descansar. — se dió media vuelta y se retiró de la cancha.

— Aigo... Estoy muerto. — Jungkook fue el primero en caer al suelo dando su cara contra el césped.

— Mejor dicho, todos estamos muertos —. Tae se lanzó a un lado.

Todos estaban sudando como cerdos recién salidos del horno. Tomé una botella de agua fría y bebí de está, debería de irme a darme un baño. Ya eran pasadas de las seis y media de la noche, los entrenamientos cada día eran más duros.

— Si seguimos de está forma mis músculos de las piernas me van a explotar. — Exagero un poco Hoseok quien se encontraba sentado sobre una de las bancas. — De alguna u otra forma el entrenador viene con cada idea nueva para todos los jodidos días.

— Si se van a seguir quejando de los entrenamientos será mejor que den la baja. Esto no es para niñas sin experiencia. —espete con tranquilidad.

— Siempre eres tan amargado y rígido. Ya hasta y te pareces a tu padre, Yoongi. — se burló Namjoon. Un moreno alto, incluso más alto que yo.

— Te cortaré la lengua si lo vuelves a decir. — lo mire sin expresión para volver a retomar mi camino hacia las regaderas.

•°•°•°•

Para mí. Yo, Min Yoongi, hijo del director de uno de los mejores institutos y con el mejor equipo de béisbol que es dirigido por mí, jamás podríamos perder un partido. Tengo diecinueve años de edad y estoy en mi último año, tengo varios apodos puestos por los alumnos de este lugar por ejemplo; "El diablo", por tener unos ojos más oscuros de toda la preparatoria, la misma oscuridad. "Lucifer" soy un ángel que fue desterrado del cielo por exceso de belleza. Otros dicen que he matado a golpes a varios alumnos, pero la verdad es; ellos no soportaron mis tratos.

¿Quién sospecharía del hijo de director?

Buenas notas, un atleta y capitán del mejor equipo. ¿Quién podría sospechar de alguien que aparentaba ser perfecto detrás de una máscara de felicidad? Nadie sabía la verdad. Solo yo, un criminal que se dignaba a complacer a una mujer cada noche... Mujeres insatisfechas con sus maridos, desde jóvenes a adultas. Eso sí, cada una de ellas debería de estar dispuesta a pagar lo que crean que valgan sus putas fantasías. Sin titubear las complacería ¿Y qué? Yoongi era yo, un estudiante de último año que quería ir a una de las universidades más prestigiosas.

Nadie conocía la identidad del criminal que follaba por gusto y placer o por mero aburrimiento. Suga no era ni más ni menos que un nombre de distracción, detrás de un antifaz que cubría la mitad de mi rostro, nada ni nadie sabría mi identidad. Quizás solo mis ojos brillaban en la noche, pero... ¿Quién realmente podría despertarme de este mundo creado solo para mí? Donde solo yo podía vivir, sin normas ni reglamentos que seguir.

"Encontraron muerta a la periodista del canal TvN en un callejón sin salida. Marcas de dedos en su cuello, había sido brutalmente estrangu--"

— Cada día las noticias están más fuertes... — suspiro. — Ese criminal debería de pagar con su muerte.

— ¿Y porque con muerte? —el silenció inundó el comedor, ante mi pregunta —. Esa persona solo se deshace de pequeños estorbos de la vida.

— ¿Pero que cosas estás diciendo, Yoongi? —mi madre asustada miró directamente a mis ojos —. ¿Realmente crees que lo que hace ese criminal son obras caritativas? — asentí si más preámbulos. Ella rió con desgano —. Me lástima que creas que las personas son unos estorbos.

Las mujeres nacieron para ser tratadas como tales. Unas esclavas dispuestas a complacer los deseos del hombre, pero ¿Quién las complacía a ellas? Mamá era una de esas mujeres que por estar casada con un director de una preparatoria durante vientres años y sin coger durante quién sabe... Desde que nací. Y no lo digo por solo en vista, si no por qué, he visto entrar a mi madre a esos lugares... Dónde no solo mujeres vendían sus cuerpos, si no que también hombres estaban dispuestos a complacer.

Y yo, Min Yoongi. Les puedo asegurar que no soy un prostituto, más bien prefiero el nombre de "chico en renta".




— Ah~... ¿Por qué paras? —la mujer de quizás unos veintitantos años estaba debajo de mí, jadeando y sudando. — No te he dicho que lo hagas.

— Se acabó el tiempo. —respondí. No tenía tiempo para cosas como para conversaciones sin sentidos.— Si quieres que te siga follando la suma subirá, hermosa.

Una sonrisa se formó en mis labios al verla dudar un par de segundos, mis labios se dirigieron hacia su cuello. No tenía permitido dejar marcas al menos que la persona contraria lo desee. Besé su cuello moviendo mis caderas con lentitud arrebatándole un gemido, acerqué mi boca a su oído.

— Si quieres más... Solo debes aumentar el billete, muñeca.

— No te preocupes por eso... Tendrás lo acordado y más... Pero no pares, joder, no pares.

No hay nada mejor para una mujer que ser tratada como se debe. No hay mejor que hacerla tener un orgasmo con simples roces, hacerlas sentir queridas y deseadas. Para eso están los chicos como yo, las trato como unas reinas sin necesidad de saber información personal al menos de que sólo quiera una plática amena y tranquila. Unas copas, alguna que otra caricia y si lo desean, tener sexo. Nada era imposible.

— Espero y me des un descuento la próxima vez... —ella guiño uno de sus ojos mientras se colocaba su ropa interior. — Mañana me sentiré adolorida... Estoy orgullosa de decir que eres el mejor, suga.

— No hay descuentos, preciosa... Quizás si tú quisieras y solo tal vez te haría sentir más que esto algún día... Más de lo que podría hacértelo saber tu marido. —sonrío de lado.— Encantado de haberle servido está noche, dulzura. Espero y lo vuelvas a repetir.

"solo espero que no me vuelvas a elegir... Hay muchos otros jóvenes, mujer."

— Sin dudarlo lo haré... —ella sonríe y se va.

Solté un suspiro agotador, ya eran pasadas de la media noche. Solía querer irme a mi cama y dormir hasta el día siguiente, los entrenamientos nos tienen fritos y más a mí, que se supone que debo de dar el ejemplo por el capitán e hijo del director. Que vaya a tomar por coño, mañana llegaré dos horas tardes y las críticas me las pasaré por las pelotas.

"Buenas noches, dulzura."

"

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Boy For Rent - [Min Yoongi]Where stories live. Discover now