¡Mᥙᥱ́strᥲmᥱ ᥙᥒᥲ soᥒrιsᥲ, qᥙᥱrιdᥲ! ~Aᥣᥲstor x Tᥒ~

~12~

Me senté en la cama de Angel Dust mientras él estaba malhumorado por la falta de internet.

Angel Dust: Si Vox estuviera aquí, él ya nos hubiera dado internet gratis. -murmuró, cruzando sus brazos.

Tn: Ya, tranquilo... No nos vamos a morir. 

Pasaron unos minutos y la tormenta cesó.

...

Yo estaba en la cocina.
Algo me preocupó: Niffty estaba amarrada con cadenas para que no limpiara el desastre que Alastor y Vox hicieron y Vaggie no tuvo una opción más que amarrarla hasta que Alastor limpiara lo que hizo.

Mientras estaba en la cocina, estaba parada frente al microondas viendo la taza con leche que había metido allí para echarle chocolate en polvo.

Niffty: Tn, ¡quítame esto!

Tn: Vaggie te tiene así. No puedo hacer nada. -dije, encogiendo mis hombros sin verla.

Niffty: Agh...

****: Vaya, vaya, ¿qué es esto, querida Niffty?

Y ya apareció éste.

Niffty: ¡Vaggie me tiene así, Al! -exclamó, histérica.

Alastor: Oh... El desastre que hice ya lo limpié. Así que... -él chasqueó sus dedos y se escuchó el ruido de las cadenas caer al suelo dejando libre a Niffty- De nada, querida.

Niffty: ¡Al fin! -exclamó, y fue afuera.

Alastor: ¿Qué haces, mi querida suicida?

Yo solo seguí viendo mi taza sin hacerle caso a él, y de la nada, el microondas, se detuvo. ¡Dejó de funcionar!

Alastor: ¿Cómo te atreves a calentar leche en esa cosa? -preguntó, con asco, haciéndome a un lado sacando mi taza.

Tn: ¡MIRA, IMBÉCIL!, ¡YA ME HICISTE EL DÍA MIER-¡BI! Y AÚN LO SIGUES HACIENDO! -exclamé, alterada.

Alastor; ¡Jaja...! ¡Debes acostumbrarte a mi bella presencia!

Empecé a ver a mi alrededor buscando la bella presencia.

Alastor: ¿Buscas algo? -preguntó, poniendo su cabeza a un lado mientras tiraba la leche que estaba en el microondas al fregadero.

Tn: Oh... Estoy buscando la bella presencia. -dije, sarcástica.

Alastor: ¡Ja!, ¡La tienes aquí, ante tus ojos, mi querida!

Tn: ¿No entiendes el sarcasmo, pedazo de manco?

Alastor: ¡Jajaja!

Él agarró una tetera y echó leche allí y lo empezó a calentar en la estufa.

Intentaba calmarme por lo que había hecho con la leche que estaba en el microondas.

Alastor: Querida -canturreó-, ¿quieres acompañar esto con panqueques?

Empecé a tener un Tic en el ojo y empecé a acariciar mis sienes para tranquilizarme.
¿Quién putas te ofrece panqueques después de haberte hecho mierda el día y ahora parte de la noche?

Alastor: ¡Creo que es un sí! -exclamó, ladeando con la cabeza-, deberías de dejar de ser tan apocada, ¡tienes una nueva vida aquí y-

Tn: Tú la cagas.

Alastor: ¡Ja!, ¡No! Y como iba diciendo: tienes una vida nueva en este mundo de fracaso, con él, una nueva oportunidad. Así que, ¡Sonríe!

Tn: Si quieres, puedes ser presidente... Con tus mentiras, halagas a la gentuza.