Capítulo 2 (parte 2)

256K 9K 1.4K
                                    

Sólo hace falta escuchar su voz para que mi cuerpo se convierta en un flan. La adrenalina fluye por mis venas sin control. De lo nerviosa que estoy trastabilleo con un tacón. Siento sus fuertes manos agarrándome por la cintura para evitar que me caiga. Me va girando lentamente y me encuentro con su fuerte pecho cubierto por una camiseta negra. Voy subiendo la vista y lo que veo a continuación me deja sin respiración. Su sonrisa torcida está acompañada está vez por una barba de tres días, que le da un aire autoritario de lo más sensual. Y esta vez no puedo contener el suspiro, lo que hace que él sonría aún más. No puedo apartar los ojos del Adonis perfecto que está delante de mí. Quiero subir mis manos hasta su nuca y acariciar esos rizos mientras...

El fuerte llanto de Alexander me despierta de mi fantasía. Me había olvidado completamente de todo lo que sucedía a mi alrededor; era como si sólo estuviéramos nosotros solos en el mundo. Rápidamente me alejo de James y siento calor allí donde sus manos habían estado, mis caderas ya lo echaban de menos. Cojo a mi sobrino en brazos, tratando de calmarlo. Era la cosita más hermosa del mundo incluso cuando lloraba.

—Ya pasó cariño—digo dándole besos y acunándolo—Ya pasó.

En unos segundos ya estaba más calmado y le pongo su chupete para que pueda seguir durmiendo entre mis brazos. Mi madre lo había malacostumbrado a dormir en sus brazos y ahora era muy difícil hacer que se durmiera en el carrito.

—Lydia no me había mencionado que tuvieras un niño. —me había olvidado completamente que ese Adonis estaba enfrente mía. Tiene el ceño arrugado, tratando de entender la situación.

—No te lo había mencionado porque no tengo hijos. Este es mi sobrino Alexander. — miro hacia abajo y mi sobrino me agarra el dedo con su pequeña manita, y sólo puedo sonreír como una tonta. Si algún día llegaba a tener un hijo quería que fuera como mi sobrino.


—Se nota que lo quieres como si fuera tu propio hijo. —dice sinceramente.

Yo no puedo hacer nada más que asentir con la cabeza. Tenerlo a tan sólo unos pasos de mí me pone muy nerviosa. Alexander se había vuelto a quedar dormido y aprovecho para acostarlo en el carrito. Tardo más tiempo del debido, necesitaba controlar mi respiración. Si seguía actuando de esta forma tan ridícula se iba a dar cuenta de que me gustaba, si es que no lo sabía ya. ¡Joder! Estaba metida en un buen lío. Pero no era culpa mía tener cerca al hombre más guapo del mundo, bueno, de toda la puñetera galaxia. Entonces me acordé de algo.

—¡Me has mentido! —me giro hacía James y este parece confuso ante mi acusación. — ¡No has escrito ningún libro! He leído todos los nombres de los autores y no hay ningún James Hudson. — lo que me sorprende fue que se riera a carcajadas, cosa que no me hace ninguna gracia. Pero tengo que admitirlo, hasta riéndose es adorable.

—¿Te has leído todos los nombres? —dice mirándome sorprendido.

—Bueno... solo he leído los autores de las novedades — digo nerviosa, mirándome las manos. —Son menos de sesenta autores, tampoco son tantos.

Me atrevo a alzar la mirada y el muy gilipollas sigue riéndose de mí. Yo no le veía la gracia por ninguna parte. Seguro que no había escrito ningún libro. Ya decía yo que todo era demasiado perfecto para ser verdad. Seguramente le habría escuchado a Lydia mi afición por la lectura erótica y entre los dos planearon esto para reírse un rato a mis espaldas.

—¿No te has parado a pensar que puede que no haya publicado el libro bajo mi verdadero nombre? —alza el dedo índice, señalándose la cara. — Si hubiera echo eso las mujeres se me tirarían encima por la calle y estoy seguro de que tú habrías sido una de ellas. ¿Pensaste que no me había dado cuenta de que te gusto? — finaliza sonriendo arrogantemente.

Y entonces mi corazón se rompe en mil pedazos. No era más que un engreído y no había rastro del perfecto caballero que había conocido días antes. Me había imaginado que era de otra forma pero nunca se me pasó por la cabeza que fuera un completo gilipollas. Es como si un jarro de agua fría me hubiera caído encima y me diera cuenta de la realidad. Él sabía perfectamente que me gustaba desde el primer momento en que le vi y estaba más que segura de que estaba disfrutando de este momento. Nunca me había sentido tan humillada como ahora. Me tiembla el cuerpo y las lágrimas no tardarían en salir si no me iba de inmediato de aquí, pero mis piernas es como si estuvieran clavadas al suelo y no me podía mover. El sonido del móvil de James me distrae por un segundo de la triste realidad.

Se ríe de algo que le han enviado y teclea una rápida respuesta. Se guarda el iPhone en el bolsillo del pantalón y me mira.

—Lo siento, me tengo que ir. Lydia quiere follar; se muere por un delicioso orgasmo y no me puedo negar a eso. —dijo mirándome con esos intensos ojos azules. —Más tarde te mandaré un mensaje. Ya pensaré en que vamos hacer con esto. —Y sin más se dio media vuelta y se marchó.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Para cualquier pregunta que tengáis respecto al libro o cualquier otro asunto podéis hacerlo a través de mis redes sociales. En Instagram al igual que en Twitter soy albavaazquez.

Correo: vazquezg.alba@gmail.com

Siempre respondo 🖤

Mi PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora