Entre Sombras (Anteriormente: Dangerous Love) ©

Capítulo 6; ¿Coincidencia o destino?

Editado.

Solté un suspiro al echar un vistazo al día que apuntaba mi móvil. Era jueves y habían pasado dos semanas desde la última vez que había visto a Ethan, ni siquiera sabía en dónde buscarlo o cómo dar con él. También habían intentado comunicarse con su tutora, hasta dónde me había enterado, por su ausencia en el instituto.

Me había cansado de llamarle, le había dejado mensajes de voz y mensajes de texto pero no había tenido ninguna respuesta. Ni una señal, absolutamente nada. Era como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra.

También me había encargado de evitar todo lo posible a Tyler, los días de la semana anterior, llegaba más tarde de lo acordado o me iba más temprano del instituto. Desaparecía lo más pronto posible, en los recesos también tenía que escapar o esconderme en algún salón vacío, el depósito del conserje y en los baños de mujeres. Sophia, por supuesto, me cubría y también insistía en que debía enfrentarlo y decirle lo que me pasaba o cortar la relación. No quería verlo pero tampoco podía cortar la relación.

Pero, para mi desgracia, no pude continuar evitando a Tyler porque la tarde anterior apareció en casa de manera sorpresiva. Apareció como si nada hubiese sucedido, con un ramo de flores, una botella de cerveza, helado y una lista de películas que podíamos ver en Netflix. Se quedó a cenar y luego se marchó, cuando le pregunté sobre Ethan esquivó el tema y se excusó con que tenía que irse. Como dije, actuó como si nada hubiera ocurrido.

Era todo demasiado extraño y merecía respuestas a todo lo que rondaba por mi cabeza desde hacía dos malditas semanas.

― ¡Mérida!― exclamó Sophia a mi lado. Me sobresalté y mis mejillas se enrojecieron, llevaba hablándome y no había escuchado una sola palabra de lo que había mencionado―. No estabas escuchando de lo que hablaba.

Se cruzó de brazos y negó la cabeza mientras arrugaba su nariz, estaba molesta. Siempre hacía eso cuando estaba molesta.

― Lo siento― me disculpé y ella rodó los ojos a la vez que soltaba un suspiro. Pasé ambas manos por mi rostro en un gesto que denotaba frustración, no podía ser que aquello continuara torturándome, obviamente había algo malo para que nadie quisiera decírmelo―. Sabes que tengo la cabeza en otro lado. Ahora sí, cuéntame de lo que hablabas antes.

Sophia extendió sus manos por encima de la mesa, los brazaletes que llevaban chocaron entre sí e hicieron ruido cuando alcanzó mis manos para cogerla entre las suyas. Me observó con cierta compasión, sus finas cejas doradas se arrugaron un poco y el enojo pareció esfumarse, me sonrió intentando darme algo de tranquilidad que era todo lo que necesitaba.

Estaba intentando comprender qué diablos había sucedido la noche de la fogata, parecía que todo había cambiado repentinamente, de la noche a la mañana y para ser más exacta, desde la noche que me había cruzado a Ethan. Todo se había vuelto en mi contra y...mierda, las únicas dos personas que podían darme respuestas estaban evitándome por completo. También sabía que debía dejar de pensar tanto, pero no podía hacerlo, no cuando parecía estar involucrada en aquello que se esmeraban por ocultar.

― Ya te lo dije y lo volveré a repetir, deja de pensar tanto en todo esto porque estás haciéndote realmente mal. Es muy probable que veas cosas donde no las hay― dijo. Sus ojos turquesas me miraban con preocupación, solté sus manos y terminé por asentir, no quería preocupar a Sophia. Suficiente había tenido.