♛ T R E I N T A Y C U A T R O ✏

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James había llegado para recoger a Martina y llevarla al almacén de los Villamar, pero llegó temprano así que se quedó conmigo en la cocina mientras mi hermana terminaba de estar lista y era hora

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James había llegado para recoger a Martina y llevarla al almacén de los Villamar, pero llegó temprano así que se quedó conmigo en la cocina mientras mi hermana terminaba de estar lista y era hora.

—¿Ya tienes fecha para la cita con la crayoncito? —preguntó, distraído, tomando una taza para servirse café. No pude evitar una mueca preocupada cuando me miró—. ¿Qué pasó? ¿ya discutieron?

—No exactamente. —Pensar en Isa me producía risa y a la vez curiosidad, era tan difícil de explicar lo que ella era en sí que prefería reírme un poco a aceptar que era extraña en niveles poco conocidos por los humanos—. No sé cómo llegue a salir una cita con ella y eso me preocupa.

—No la lleves a donde haya lagos —resolvió con simpleza—. Ni drogas. Ni nada potencialmente peligroso. Descarta deportes de riesgo, actividades que incluyan armas, autos que pueda manejar o lugares con elementos que fácilmente se puedan romper. Una piscina de pelotas suena a buen plan, ni los niños de dos años se lastiman ahí —resumió en tono bromista.

—No es gracioso.

Soltó una risotada que me llevaba completamente la contraria. Dio un sorbo a su humeante café y reclinó el cuerpo contra uno de los mesones.

—Vamos, el que ella sea... no sé un adjetivo que no suene ofensivo, así que usaré el "desequilibrada". El que ella sea desequilibrada lo sabes desde la fiesta de Martina, es decir, ¿quién carajo se disfraza de crayón y salta por una ventana? Luego corrió cuando te besó, luego se cayó en un lago estando sentada. No es sorpresa para ti que esté desequilibrada y aun así te gusta, admítelo.

—Es que siento que estando con ella entro en estado paranoico esperando que algo loco suceda. Me inquieta y no sé si sea buena idea salir juntos.

James sorbió sin elegancia de su taza y luego estiró el mentón hacia arriba, pensativo.

—Bueno, ya tenemos una lista de locuras que ha hecho que hacen que pongamos en duda su normalidad, ahora haz una lista de lo bueno que tiene, así equilibra la balanza. No todo pueden ser vergüenzas.

Lo consideré por varios segundos y pensar en ella me hizo sonreír... sacando lo malo, claro. Sacando su imagen preguntándome a qué sabía una mandarina, sacando el que me besara por hacer enojar a Lucas, sacando el hecho de que vomitara toda la cena luego de que golpeé a su tío loco, sacando el hecho de que me golpeó antes de caerse del tronco y el haberla visto corriendo junto con un cuaderno gigante.

Excluyendo toooodo eso, lo que quedaba de Isa me hacía sonreír.

—Sus ojos son muy lindos —murmuré, mirando a James—, son parecidos a los tuyos. —Arrugué la frente al escucharme—. No, aguarda, eso sonó muy gay.

James casi escupe su café para reírse.

—Gracias, cielo, eres un encanto. Tus ojos son divinos también —se burló, soltando otra carcajada—. Quién diría que Andy me echaría un piropo en su propia cocina.

De una fuga y otros desastres •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora