♛ D I E C I N U E V E ✏

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La cabeza de Alicia reposaba en mi regazo y sus piernas estaban sobre el de James, todos en modo medio zombi mirando una película hindú malísima

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La cabeza de Alicia reposaba en mi regazo y sus piernas estaban sobre el de James, todos en modo medio zombi mirando una película hindú malísima. Afuera hacía un frío que no invitaba a nada que involucrara salir de casa, nos habíamos reunido los tres para ir al cine, pero entre charla y charla supimos que ninguno quería salir así que preferimos mala televisión y palomitas caseras y medio quemadas hechas por James. 

—¿Ya hiciste el trabajo que es para el miércoles? —me preguntó Alicia sin dejar de mirar el televisor.

—¿Hay un trabajo para el miércoles?

James se rio, le dio un golpecito en la rodilla a Alicia y me señaló burlón.

—Y pensar que pudiste ser mi compañera de clase y lo preferiste a él.

—Sabes que te amo con loca pasión, pero ¿yo, estudiando derecho? No, eso no es bueno.

—¿Cómo que no? Sabes engatusar a cualquiera y te verías hermosa en un traje formal. Imagínalo: abogada Alicia.

Me reí de imaginar a Alicia con vestimenta formal dado que ella era más fanática de las faldas, el estilo muy femenino, medio adolescente y odiaba la elegancia; si de abogados hablamos ella estaría siempre del otro lado, del que necesita uno.

—Yo no engatuso a nadie. —Alicia resopló—. Ser encantadora es un don que la vida me dio, pero no lo uso con ese fin. 

—Claro que sí —objeté—. Engatusas al que te conviene.

—Incluso si son menores de edad —apuntó James en burla. Agaché la mirada para no reírme pero mi amigo siguió—: Sí, Andy me contó de tu seducción al cuaderno.

Alicia me miró frunciendo sus cejas y luego pulió un gesto inocente a James.

—¿También te contó que el crayón lo besó a él? —Mi risa se fue y ahora James me miró a mí, sorprendido—. Y no solo eso, sino que la espantó y salió corriendo.

—Así de mal besas que la sacaste corriendo —respondió James y Alicia soltó una carcajada.

—No fue por eso.

—Debió ser que le encantó y por eso huyó —apuntó Alicia.

—No sé qué pasa con ustedes que solo persiguen niños. Eso es ilegal en este país.

—En dos meses cumple dieciocho —respondí en reflejo, luego negué con la cabeza—. No, no importa, yo no voy detrás de ella. Ella me besó, pero sé que fue un error y ya.

—Así empiezan todos —se burló James—. De Alicia lo esperaba, pero ¿de ti? Detrás de niñas y haciéndolas correr.

—¡Qué no es una niña!

Blanqueé los ojos y Alicia, aún con su cabeza en mi regazo, estiró la mano para pellizcar mi mejilla como si fuera un nene de cuatro años.

—Awww, no te enojes, no nos meteremos más con tu niña.

De una fuga y otros desastres •TERMINADA•Where stories live. Discover now