Idiota sexy _ 16:28

Resulta que terminé todos mis pendientes y quería continuar con nuestro proyecto.

Yo _ 16:40

Dijiste que los domingos eran sagrados para ti.

Idiota sexy _ 16:41

Y lo son.

Pero ayer me dijiste que tus compañeros iban más adelantados y por eso decidí hacer una excepción.

Además, técnicamente no estaríamos rompiendo las reglas porque se trata de una video llamada. No estoy saliendo de mi casa.

Yo _ 16:41

Estás aburrido.

¿Cierto?

Idiota sexy _ 16:42

Como una maldita ostra...


Sonreí. Podíamos hacerlo, pero sería incómodo entrevistarlo manteniendo el móvil en alto todo el tiempo. Victor no tardó mucho en darle la vuelta y me preguntó si tenía laptop y cuenta de Google Meet, a lo cual respondí que sí porque la usaba mucho para hablar con mi papá que vivía en Valle Almenara, una pequeña ciudad que quedaba a unas cuatro horas de Besana, la ciudad donde vivíamos. También solía usarla mucho para hablar con mi hermano que estaba estudiando una especialización en Alemania, gracias a una beca.

Sí, estaba muy orgullosa de mi querido futuro cardiólogo, aunque me molestara en exceso.


Idiota sexy _ 16:55

En cinco minutos te llamo. Prepara tu computadora.


No tenía problema con eso, pero... al encender mi laptop, comencé a dudar. La panorámica de la cámara era más amplia que la del móvil... por lo que se vería parte de mi hogar. Comencé a correr en círculos con la laptop en mis manos, tenía que buscar la mejor locación.

—Desde aquí se ve la cocina y desde allá se ve la puerta del baño. —Comencé a sudar frío y luego bajé mi mirada—. ¡Oh, Dios!

Corrí con la computadora hasta mi habitación y comencé a desvestirme a la carrera. ¡No podía permitir que me viera con mi pijama de ositos! Caminé hacia el armario y tomé un leggin negro con un suéter verde que solía usar en casa. Me los puse súper rápido y luego peiné mi cabello húmedo.

—¿Maquillaje? No... Se supone que en casa no se usa maquillaje. Naturalidad, Issy, naturalidad.

No me dio tiempo de buscar una mejor ubicación porque enseguida escuché el tono característico del Meet. Cinco minutos, ni uno más ni uno menos. Realmente, Victor tenía un asunto con la puntualidad.

Corrí hasta la cama y en el camino, me golpeé el dedo pequeño del pie. Terminé llegando dando saltitos y me lancé sobre el colchón para darle al botón verde. Usé los pocos segundos que se tardaba en cargar la imagen para calmarme y aparentar tranquilidad. La imagen de Victor se mostró en mi pantalla.

Hola, gatita.

Condenada sonrisa ladeada. Debería patentarla.

21 preguntas para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora