19: En los zapatos del Diablo

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Este capítulo se lo dedico a mi queridísima amiga saraaburguera , quien por alguna extraña razón ha leído esta historia y me ha apoyado desde el principio 🤔
Un beso bby🥰

Viernes, 18:50:

LUC

Nina Kaine era una cazadora muy... ni siquiera sabía cómo describirla. Siempre estaba hablando, era demasiado curiosa, sensible y despistada. A la vez, también era inteligente y no se dejaba amedrentar por su mayor enemigo: yo. Eso era algo que a veces me agradaba, pero la mayor parte del tiempo no, porque hacía que quisiese ponerle cinta aislante en la boca.

—¿Qué estamos haciendo? —Le preguntó Nina a Dante, por trigésima vez en diez minutos.

Llevaba toda la semana supervisando los entrenamientos de Nina con Dante. Era una tarea aburrida, debo admitir, pero también necesaria para obligarla a mejorar antes de que se enfrentase a ángeles o demonios. Y más tras el desastre que fue la primera noche de cacería. Además, Dante seguía odiándola bastante, por lo que prefería mantenerles vigilados a los dos... por si acaso, porque el chico era muy capaz de estrangular a Nina sin querer.

—Se supone que intentas mantener tu respiración acompasada para no cansarte tan rápido —le respondió Dante, con clara molestia en su voz—. Pero veo que sigues respirando como un puerco.

Intenté reprimir mi sonrisa y fingí que estaba centrado en inspeccionar el suelo.

—¡No entiendo a qué te refieres! —Exclamó Nina. Sus mejillas se tornaron un poco rojas. Dante le lanzó una mirada molesta y siguió practicando, ignorando sus protestas. Mientras tanto, yo seguía analizando a la cazadora.

Nina era una chica guapa, nadie podía negarlo.

Sus ojos castaños tenían pequeños trazos verdes, y una mirada muy afilada e inteligente, una mirada que te retaba a sostenérsela. Sus labios formaban un corazón cuando estaba relajada. Además, sus mejillas y su frente estaban llenas de pequeñas pecas, casi imperceptibles.

Está bien, igual era más que sólo guapa, y por eso me había enfadado tanto al verla por primera vez. Por suerte

—¿Así es como se hace? —Le preguntó a Dante, frunciendo su ceño con concentración. Él elevó una ceja con ironía y negó:

—No, tienes que utilizar tu diafragma... —Dante puso una mano en su abdomen y se lo apretó.

—¡Oye! ¿Qué haces? —Exclamó Nina, apartando sus manos con un manotazo—. No tenemos tanta confianza, compañero —le advirtió. Dante puso los ojos en blanco, pero no dijo nada más. 

Por suerte, ambos sabíamos que Dante jamás se sentiría atraído hacia Nina. 

—¿Es así como lo tengo que hacer? —Volvió a preguntar mientras lo intentaba, como si fuese una niña pequeña queriendo aprender de su profesor.

¿Cómo se podía ser tan insistente? Nina siempre quería la supervisión de alguien, o estar con alguien, o tener a alguien cerca... 

Dante y yo bufamos cuando repitió la pregunta al ver que nadie le respondía. 

Todos en el Inferno estábamos acostumbrados a la soledad y la independencia, pero Nina venía de un sitio en el que hacían todo en grupo, por lo que era comprensible que quisiese nuestra aprobación todo el rato.

Todo el maldito rato. 

Para cualquier maldita cosa.

A veces creía que necesitaba aprobación incluso para respirar.

INFERNO: Pacto con el Diablo (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora