TaeHyung empezó con los movimientos ahogando los gemidos en la boca de su alfa. Saltaba sobre él de manera lenta y quizás tortuosa para ambos, pero la sensación era exquisita, el poder sentirlo cuando se hundía lentamente en él y el cómo sus paredes se contraían que sabía devoraban al alfa bajo suyo. Contorneando sus caderas de adelante hacia atrás y en círculos, se sentía desfallecer por el placer que lo golpeaba y que para el alfa no era indiferente. 

Por lo mismo, invierte las posiciones y ahora el omega estaba bajo él, el alfa no tardó en embestir y succionar aquellos rosados pezones. Haciendo que el omega se arqueara por el placer que le otorgaba con esa acción. Unas estocadas más en esa posición y salió de él. Una pequeña protesta por parte del omega se escuchó, pero fue acallada cuando el alfa lo volteó boca abajo y lo penetró sin más. 

Y un gritito fue la respuesta de TaeHyung, el alfa agarró sus manos y las dejó a cada lado de su cabeza mientras entrelazaba las propias con las del omega, las penetraciones eran lentas pero certeras en aquel punto sensible del omega. Besó la espalda de éste mientras apretaba sus dedos en aquella unión de sus manos. El omega amortiguaba sus gemidos en el colchón. 

Ambos se sintieron a punto de llegar, por lo que el alfa hizo que ambos se enderezaran, él se sentó sobre sus talones y el omega sobre él, con sus manos unidas, la espalda del omega golpeando el pecho del alfa mientras se volvía a auto penetrar. El alfa no duraría más por lo que se hincó y en esa misma posición tomó de la cintura a su omega sin despegar sus cuerpos, pero acelerando las estocadas. Con una de sus manos tomó el miembro de su amado el cual no tardó en venirse y él lo hizo de igual manera.

Aquel bello cuello se inclinó dispuesto a él y no tardó en enterrar sus caninos en esa piel. Un grito envuelto en gemido escapó del omega y él igual gimió extasiado.

Con cuidado por el nudo, se recostaron jadeando, cansados por tal encuentro.

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Unas horas mas tarde luego de haberse limpiado y quedarse dormidos, ambos se encontraban abrazados sobre la cama. TaeHyung estaba recostado sobre el pecho del pelinegro mientras que éste acariciaba su espalda desnuda. Ambos lo estaban.

Se sentían en paz, sus lobos volvían a estarlo, aceptando aquella realidad donde sabían que aquel par se amaba por encima de ellos y sólo les tocaba aceptar, aunque no negarán que se extrañaban también y que también amaban. Sólo que a veces el instinto podía más. 

El omega se sentía feliz, renovado. Se sentía vivir de nuevo. Estaba de vuelta con su alfa, con su marca. Estaba más que contento, volvía a tener vida.

Por otro lado, el alfa se sentía que volvía a respirar, como si hubiera estado en un coma y por fin despertaba, sus sentimientos volvieron a despertar, por fin tenía a una parte muy importante de su mundo entre sus brazos, faltaban dos más. 

Ambos agradecían esa nueva oportunidad y seguirían forjando su propio destino, con altos y bajos, pero tratarían de mantener la comunicación que les faltó en ese tiempo separados. Ya no serían tontos y aprovecharían todo su tiempo, a su familia, a aquellos dos cachorros que les esperaban.

—¿En qué piensas? —le pregunta el omega al sentirlo suspirar.

—En nuestro bebé, su nacimiento. Es irónico que naciera el mismo día que yo.

TaeHyung levanta la cabeza para verle un momento y sonreírle. Baja de nuevo su cabeza y besa su pecho para quedar de nuevo en su posición inicial. 

—Fue loco, no le bastó parecerse a ti, sino que también le dio la gana de nacer el mismo día. —el alfa ríe al escuchar bufar con fingida molestia al omega—. ¡Se adelantó dos semanas! ¡dos! Sólo para nacer ese día.

La verdad no contada |KookV| [Omegaverse]Where stories live. Discover now