Capítulo 3: tengo que afrontarlo

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El anciano colocó la mano sobre la puerta y desapareció, segundos después la puerta comenzó a abrirse, entonces una suave voz se escuchó por todo el lugar:

"Adelante guerreros".

Uno a uno pasó por la puerta, algunos quedaron sorprendidos y otros decepcionados por el extravagante paisaje del otro lado. Un jardín, con lo que parecía más de cien extraños capullos se extendía ante sus ojos, parecía no tener límites. No era un campo hermoso ni nada por el estilo, pero tenía un toque especial de alguna manera.

Mientras los chicos comenzaban a caminar por el lugar, el grito de una chica rubia la volvió el centro de atención.

La muchacha se elevó a unos cuantos metros del suelo y desapareció. Todos volvieron a caminar por el jardín, pero Abi comenzó a preocuparse por Maikol, lo buscó con la mirada, pero no lo encontraba, hasta que, por fin, minutos después lo vio, se encontraba parado como una estatua, con una de sus manos en un capullo, sus ojos totalmente negros le indicaron a su hermana que había sido elegido.

Mientras retomaba su camino sintió que alguien la llamaba, miro hacia los lados, pero nadie estaba cerca de ella y aquella voz sonaba tan suave y profunda que...

"En la mente de Abigail"

—Abi —Voz misteriosa

—¿Quién habla?, ¿Por qué no puedo verte? —Preguntó volviendo a mirar a los lados

—Necesito ayuda ven por mí por favor —Contestó

—Está bien —Asintió Abi

Sin darse cuenta había puesto su mano en el capullo y todo se ensombreció.

Una luz le empezó a molestar, de pronto notó que su cuerpo se sentía cansado, intentó abrir los ojos y observó la habitación en la que estaba, parecía ser algún tipo de salón de recuperación, de pronto vio a su hermano en la cama que estaba junto a la de ella, estaba mirándola.

—Hola ¿Cómo estás? —Le preguntó

—Sabes que mal, yo no quería esto —Respondió sin mirarlo

—Yo te traje hasta aquí, lo siento, sólo te arruino la vida...primero no te cuidé cuando él te... —Su voz se quebró...se quedó en silencio

—Mira, llegó la esfera, es una sola, será porque somos hermanos —Dijo cambiando el tema —Voy a toparla... ¿Listo?

Su hermano asintió mientras Abi tocó la esfera que brillaba cerca de ella y esta explotó haciendo aparecer a un precioso elfo, la cual pronunció las siguientes palabras.

"Hola queridos guardianes, les deseo muchas felicidades por haberse convertido en parte de algo muy especial. Este año las cosas serán diferentes, comenzando porque no se abrieron cien capullos, sino ciento uno, lo cual deja hasta los más sabios, desconcertados. Se logró predecir que este año los Dragones tendrán diferentes colores y quizás hasta formas variadas también. Su formación comenzará a partir de mañana, para lo que asistirán a clases y sus dragones después de ser humanos igual. Mañana recibirán otra esfera, suerte y a por sus capullos"

Abigail y Maikol salieron al pasillo, se encontrándose con más jóvenes, al parecer guardianes también. Después de varios minutos, intentando abrirse paso entre ellos, bajaron las escaleras.

"Atención a todos los guardianes, sus capullos fueron enviados a sus casas y hoy en la noche recibirán instrucciones para sus clases mañana, por favor diríjanse a sus casas"

Después de terminado el anuncio los chicos se miraron confundidos, se suponía que deberían quedarse en el gran árbol.

—¿Qué crees que pasó? —Preguntó Maikol

—Seguro es por todo eso de que ahora será diferente —Le respondió mientras tomó su mano y decía —Vamos a casa.

Dos segundos después se encontraban en la entrada de una pequeña pero cuidada casa. Tenía en su jardín, unas bellas flores que bailaban al compás de las canciones que los pequeños pájaros cantaban. Algunos gnomos intentaban entrar en la pequeña morada, pero resbalaban una y otra vez. Cuando se fueron acercando Abi miró las bellas enredaderas que cubrían su hogar, en cada hoja tenían el nombre de los miembros que habían conformado a los Bestard por lo largo de los años. Entraron a la casa y todo continuaba rústico como siempre. Sillas grandes de madera, puertas pesadas y extrañas esculturas de su madre.

—Abi...

La voz de su padre resonó en lo más profundo de ella...

—¡Eres tú mi niña! Perdóname, por favor, perdóname.

Echó un mar de lágrimas, se acercó a ella y la abrazó. Casi por instinto su hija le devolvió el abrazo y le susurró. "No te preocupes papá, todo está bien"

Después de un rato familiar con su padre y con su madre, por fin obtuvo la charla que necesitaba para que su conciencia se relajase. Abrazó a su hermano y cada quien se dirigió a su habitación para completar su misión del día. Al entrar en su pequeño cuarto los recuerdos volvieron como una gran tormenta.

"—No, por favor déjame —Gritaba una niña de doce años mientras un señor la sujetaba y postraba contra la cama —No. "

Cerro los ojos, respiró y pensó," Tengo que afrontarlo. "Concéntrate Abi"

Observó el capullo que estaba en su cama lo tomó y salió de la casa. Pasados unos minutos estaba en la cueva a la que solía ir de pequeña. Colocó el capullo en el suelo y dijo:

"Now"

Una terrible explosión la hizo caer de espalda, cuando se levantó y disipó el humo con las manos ahí estaba, sobre la roca chamuscada su pequeño dragoncito negro.

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Atrapada entre dragones Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt