IV. The logbook of a half dead man: Hora 26

94 6 0
                                    

"¿Qué haces tú para mantenerte en pie sin decaer?"



Las clases con el pequeño Tenko son lo único bueno que queda. Iniciamos desde el mismo 20 de agosto.

Toshinori, (al menos lo que veo de él), se ha mantenido fuerte, sigue mejorando en su danza, piano y ha entrado a concursos de ambas cosas. Visita frecuentemente la sepultura de mamá y parece tener una buena relación con su dolor.

No sé cuántas semanas han pasado desde que se me cayó el mundo.

Esa misma primera quincena de agosto Inko llegó a verme para dar algo de apoyo emocional y se quedó desde entonces, honestamente me dio igual, aunque es de las primera veces que nos encontramos los tres juntos en casa.

El padre de Hisashi murió, y él parece haberse apagado también. Ha sufrido tanto como yo, pero no lo he visto llorar y tampoco me importa demasiado por ahora.

Me hice novio de Uraraka cuando todos pensaban que ella estaba de pareja con Kacchan. Me ama a mí. Está despertando en mí un tierno amor que crece a la par de mi tristeza.

He vuelto a la escuela y he iniciado una bitácora de la melancolía.


Octubre, quizás 10.
Me arrebatan la vida y no me dejan morir. He visto el cielo hasta convertirlo en la más grande de mis angustias, en la más eterna de mis búsquedas, hasta que el dolor se volvió una necesidad.

"[...] con esa estrella mía que,
ignorante de todo,
por cavar dos lagunas en mis ojos,
me ha ahogado en dos mares [...]"
Rafael Alberti.

A veces también me duele la falta que le hace el abuelo a Hisashi.

Pero más me duelen los ojos de mi maestra. He buscado tanto en las estrellas su mirada, he buscado hasta que se me agota el cielo, hasta hacer parecer que me he rendido.

Cada noche es mayor mi duda cuando, aquel Dios en que creían, me pregunta si quiero seguir en esta tierra. Dios, ¡Dios! Déjame disfrutar de mi dolor, te ruego, déjame saborear el diluvio de mis lágrimas y ahogarme en mi propia oscuridad, deja que el tiempo torture mi garganta mientras los recuerdos que se alejan me siguen obstruyendo el habla.

Tú me matas, ausencia.

Jamás me imaginé que se podía extrañar a alguien como yo la extraño a ella, a mi bendición del cielo encarnada en mujer.

"Una viola de luz yerta y helada
son ellos ya por las rocas de la altura.
Una voz sin garganta, voz oscura
qué suena en todo sin sonar en nada.

Su pensamiento es nieve resbalada
en la gloria sin fin de su blancura,
su perfil es perenne quemadura,
su corazón, paloma desatada.

Canten ya por el aire sin cadena
la matinal fragante melodía,
monte de luz y llaga de azucena.

Que nosotros, aquí, de noche y día,
haremos en la esquina de la pena
una guirnalda de melancolía."
Federico García Lorca.

¿Por qué no puedo realmente escuchar su voz teniéndola en la mente todo el tiempo? ¿Por qué?

Recuerdo cuando sabía que algo como la felicidad podía existir.

Algo sobre la muerte de la Gran Shimura | BnHA fanfiction | Artists AUWhere stories live. Discover now