Capítulo Cinco

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Bianca

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Bianca

Otra vez.

Me coloco nuevamente el violin en mi hombro izquierdo. Y empiezo a tocar otra vez la misma parte de la pieza que Ludwig van Beethoven escribió hace muchos años atrás, hago una mueca cuando suena mal.

¡No!, otra vez.

Vuelvo a iniciar, y cuando estoy por terminar la repetición y la armadura de clave está por cambiar, fallo.

¡OTRA VEZ!.

Doy un pequeño salto y las lágrimas inundan mis ojos, lo cual no me deja ver muy bien la pieza, por lo que empiezo a improvisar un poco, y eso sólo lo hace enojar aún más. Él se levanta de la silla y se dirige hacia mí, yo bajo el violin y lo dejo a mi lado, me toma por el brazo, dejándolo lastimado por la fuerza que ejerció sobre él. Alza la mano y de un movimiento rápido estampa la palma de su mano en mi mejilla, girando mi rostro hacia un lado y haciendo que el ardor invada una parte de mi rostro.

¡ES LA TERCERA VEZ QUE TE DIGO QUE NO INTENTES IMPROVISAR, PERO PARECE QUE NO ME QUIERES HACER CASO! me toma por la cintura y me hace ponerme de pie frente a él, yo sólo lloro desconsoladamente y cada vez más fuerte.

No me pegues, por favor.

Mi súplica en voz baja, sólo detonó la bomba, él ya no era el mismo, era un hombre totalmente diferente. Se quitó el cinturón y empezó a golpearme con el, en el abdomen, mis gritos de llanto y lágrimas parecieran apoyo para que su ritmo aumentara más. Cada vez sus golpes son más y más dolorosos, me golpea una y otra vez. Llega un punto en el que se cansa de golpearme y yo respiro aliviada, aún llorando. Bajo la vista, mirando mi abdomen, el cual está con moretones y hasta aberturas pequeñas en el, de ellas escapan hilos de sangre, las miro alarmada.

Unidos por el arteWhere stories live. Discover now